Se propone la idea de democracia comunal
como un horizonte de largo alcance para la construcción de un nuevo proyecto
emancipador. La democracia comunal no se propone como un modelo único y
acabado, sino como una propuesta-horizonte en continua construcción, dinámica y
abierta. La idea de democracia comunal no se propone como una propuesta
uniformadora, sino como un “proceso de procesos” o “propuesta de propuestas”,
es decir, una referencia aglutinadora donde deben caber muchas otras
propuestas, formas, ideas, contenidos y prácticas emancipadoras. Pensamos que
es vital afinar de manera concreta en algunas líneas maestras que definan esta
propuesta netamente como alternativa a la sociedad patriarcal del capital, pero
al mismo tiempo conjugar la definición concreta con una gran flexibilidad en
las formas, intensidades y contenidos, respetando las estrategias y los
procesos concretos emancipadores que se desarrollan en diferentes partes del
mundo.
El que acabamos de reproducir es uno de los párrafos
explicativos de la Democracia Comunal
que contiene el Documento
provisional para la construcción de la Red internacional por la Democracia
Comunal (hementxe euskaraz), que se presentó en el otoño
de 2021, en el marco de la convocatoria al I Congreso
Internacional sobre Democracia Comunal, que tuvo lugar en esa época en
Hernani. Pero antes de entrar a comentar mínimamente esa propuesta, vayamos un
tiempo atrás para conocer, porque es interesante el proceso, cómo y de dónde
surge.
Los primeros pasos, al menos en lo que nosotres conocemos,
vienen de dos años antes cuando:
En otoño de 2019 se iniciaron los contactos
para la puesta en marcha de un Grupo de Reflexión sobre la temática “Euskal
Herria y el Poder Popular1*”, potenciado por Oinharri eskola. Estos contactos
se llevaron a cabo con personas de diferentes movimientos populares, con
militantes de diferentes perfiles que tienen los pies en el barro en múltiples
campos. Se mantuvo relación con 40 miembros diferentes, sosteniendo un
equilibrio entre los territorios vascos, la edad, la trayectoria militante, el
sexo-género, la perspectiva ideológica y las diferentes mochilas de
experiencia. El nexo de unión entre todas estas personas era la de tener un
compromiso activo sobre el terreno (aRitua) en el movimiento popular y en la
militancia popular. La propuesta para los contactos era clara: formar el Grupo
de Reflexión que se reuniría durante todo un año y de manera mensual. Las 40
personas valoramos positivamente el tema y la necesidad de reflexionar, es
decir, hacer una reflexión innovadora y estimulante que aborde hoy y aquí el
tema de Euskal Herria y el poder popular, poniendo en el punto de mira la Auzogintza y la
construcción popular. ¿Para qué? Para actualizar, reforzar y ampliar la
auto-organización popular y los procesos y dinámicas de empoderamiento del
Pueblo en esta nueva fase histórica; con la idea de empezar a despertar un
nuevo impulso colectivo desde ciertos ámbitos para ir dando el salto progresivo
desde los movimientos populares al Poder popular.
El anterior párrafo, que explica la génesis de este proceso,
es parte del librito Euskal Herria eta Herri Boterea. Auzogintza
eta herri eraikuntzarako zenbait gogoeta (euskaraz, castellano y francés)
que se publicó con el resultado de las deliberaciones y debates llevado a cabo
por ese Grupo de Reflexión. En ese texto ya estaba presente el concepto de
democracia comunal, que se definía así:
Democracia comunal y directa: La democracia
burguesa es la forma política que necesita el capitalismo patriarcal, las
instituciones administrativo-políticas del gobierno representativo en beneficio
del mercado que establecen una división artificial y firme entre el ámbito
político y el económico. La democracia burguesa utiliza hoy, en ciertos
ámbitos, la participación y la democracia directa para legitimar la lógica
liberal representativa. La democracia comunal, por el contrario, abarca y
relaciona todos los ámbitos (económico, político, espacial, ético-cultural y
social) y fomenta la organización colectiva e integral de la sociedad, en
beneficio de la vida y de las personas, como procesos de construcción
alternativa. La participación y la democracia directa la enmarcamos dentro del
poder popular y de esa lógica comunal transformadora.
Es verdad que la idea de la organización comunal o
comunitaria para la Euskal
Herria actual, tiene en nuestros días su pequeña historia (en
el pasado más lejano, aunque no tanto, también ha contado con diversas
propuestas desde el ámbito libertario, véase, por ejemplo, la recogida en Anarkherria, y
en el pasado remoto son muchas las referencias a la organización comunal
durante siglos presente en Euskal Herria). Por no retrotraernos ni extendernos
demasiado, recordemos que estaba de alguna forma incluida ya hace 10 años en Elorri
Ponentzia, (esa ponencia que al final no pudo ser defendida en el primer
congreso de Ernai, para el que fue elaborada por las personas que la
redactaron; no les dejaron). Un par de años más tarde, más elaborada y también
más centrada en la organización comunal, se dio a conocer Autonomía
Comunal en Euskal Herria (dándose la curiosidad de que, en ambos casos,
en su elaboración tomaron parte varias personas hoy muy presentes en algunos de
las propuestas y movimientos revolucionarios que ya hemos analizado en este
blog, y que, sin embargo no se encontraban entre las que formaban parte de este
Grupo de Reflexión con la idea de la Auzogintza y el Herri Botere). La idea, con mayor
o menor desarrollo y mayor o menor papel protagonista, o diversas
caracterizaciones, aparece también en la propuesta de Hauspoa,
de Herribiltza
y, sobre todo, de Kimua,
pero algunas de estas son propuestas posteriores a la de Democracia Comunal, y
no hacen de ella su columna vertebral.
Sea como fuere, la cuestión es que, algunas de las personas
que impulsaron ese Grupo de Reflexión sobre la auzogintza y el poder popular,
siguieron trabajando en esa línea, dando lugar, por ejemplo, las que tuvieron
lugar en el primer semestre de 2022, y que ellas mismas presentaban así: