jueves, 7 de septiembre de 2023

Democracia Comunal y Poder Popular en Euskal Herria y el mundo

 


 

Se propone la idea de democracia comunal como un horizonte de largo alcance para la construcción de un nuevo proyecto emancipador. La democracia comunal no se propone como un modelo único y acabado, sino como una propuesta-horizonte en continua construcción, dinámica y abierta. La idea de democracia comunal no se propone como una propuesta uniformadora, sino como un “proceso de procesos” o “propuesta de propuestas”, es decir, una referencia aglutinadora donde deben caber muchas otras propuestas, formas, ideas, contenidos y prácticas emancipadoras. Pensamos que es vital afinar de manera concreta en algunas líneas maestras que definan esta propuesta netamente como alternativa a la sociedad patriarcal del capital, pero al mismo tiempo conjugar la definición concreta con una gran flexibilidad en las formas, intensidades y contenidos, respetando las estrategias y los procesos concretos emancipadores que se desarrollan en diferentes partes del mundo.

 

El que acabamos de reproducir es uno de los párrafos explicativos de la Democracia Comunal que contiene el Documento provisional para la construcción de la Red internacional por la Democracia Comunal (hementxe euskaraz), que se presentó en el otoño de 2021, en el marco de la convocatoria al I Congreso Internacional sobre Democracia Comunal, que tuvo lugar en esa época en Hernani. Pero antes de entrar a comentar mínimamente esa propuesta, vayamos un tiempo atrás para conocer, porque es interesante el proceso, cómo y de dónde surge.

 

Los primeros pasos, al menos en lo que nosotres conocemos, vienen de dos años antes cuando:

En otoño de 2019 se iniciaron los contactos para la puesta en marcha de un Grupo de Reflexión sobre la temática “Euskal Herria y el Poder Popular1*”, potenciado por Oinharri eskola. Estos contactos se llevaron a cabo con personas de diferentes movimientos populares, con militantes de diferentes perfiles que tienen los pies en el barro en múltiples campos. Se mantuvo relación con 40 miembros diferentes, sosteniendo un equilibrio entre los territorios vascos, la edad, la trayectoria militante, el sexo-género, la perspectiva ideológica y las diferentes mochilas de experiencia. El nexo de unión entre todas estas personas era la de tener un compromiso activo sobre el terreno (aRitua) en el movimiento popular y en la militancia popular. La propuesta para los contactos era clara: formar el Grupo de Reflexión que se reuniría durante todo un año y de manera mensual. Las 40 personas valoramos positivamente el tema y la necesidad de reflexionar, es decir, hacer una reflexión innovadora y estimulante que aborde hoy y aquí el tema de Euskal Herria y el poder popular, poniendo en el punto de mira la Auzogintza y la construcción popular. ¿Para qué? Para actualizar, reforzar y ampliar la auto-organización popular y los procesos y dinámicas de empoderamiento del Pueblo en esta nueva fase histórica; con la idea de empezar a despertar un nuevo impulso colectivo desde ciertos ámbitos para ir dando el salto progresivo desde los movimientos populares al Poder popular.

 

El anterior párrafo, que explica la génesis de este proceso, es parte del librito Euskal Herria eta Herri Boterea. Auzogintza eta herri eraikuntzarako zenbait gogoeta (euskaraz, castellano y francés) que se publicó con el resultado de las deliberaciones y debates llevado a cabo por ese Grupo de Reflexión. En ese texto ya estaba presente el concepto de democracia comunal, que se definía así:

Democracia comunal y directa: La democracia burguesa es la forma política que necesita el capitalismo patriarcal, las instituciones administrativo-políticas del gobierno representativo en beneficio del mercado que establecen una división artificial y firme entre el ámbito político y el económico. La democracia burguesa utiliza hoy, en ciertos ámbitos, la participación y la democracia directa para legitimar la lógica liberal representativa. La democracia comunal, por el contrario, abarca y relaciona todos los ámbitos (económico, político, espacial, ético-cultural y social) y fomenta la organización colectiva e integral de la sociedad, en beneficio de la vida y de las personas, como procesos de construcción alternativa. La participación y la democracia directa la enmarcamos dentro del poder popular y de esa lógica comunal transformadora.

 

Es verdad que la idea de la organización comunal o comunitaria para la Euskal Herria actual, tiene en nuestros días su pequeña historia (en el pasado más lejano, aunque no tanto, también ha contado con diversas propuestas desde el ámbito libertario, véase, por ejemplo, la recogida en Anarkherria, y en el pasado remoto son muchas las referencias a la organización comunal durante siglos presente en Euskal Herria). Por no retrotraernos ni extendernos demasiado, recordemos que estaba de alguna forma incluida ya hace 10 años en Elorri Ponentzia, (esa ponencia que al final no pudo ser defendida en el primer congreso de Ernai, para el que fue elaborada por las personas que la redactaron; no les dejaron). Un par de años más tarde, más elaborada y también más centrada en la organización comunal, se dio a conocer Autonomía Comunal en Euskal Herria (dándose la curiosidad de que, en ambos casos, en su elaboración tomaron parte varias personas hoy muy presentes en algunos de las propuestas y movimientos revolucionarios que ya hemos analizado en este blog, y que, sin embargo no se encontraban entre las que formaban parte de este Grupo de Reflexión con la idea de la Auzogintza y el Herri Botere). La idea, con mayor o menor desarrollo y mayor o menor papel protagonista, o diversas caracterizaciones, aparece también en la propuesta de Hauspoa, de Herribiltza y, sobre todo, de Kimua, pero algunas de estas son propuestas posteriores a la de Democracia Comunal, y no hacen de ella su columna vertebral.

 

Sea como fuere, la cuestión es que, algunas de las personas que impulsaron ese Grupo de Reflexión sobre la auzogintza y el poder popular, siguieron trabajando en esa línea, dando lugar, por ejemplo, las que tuvieron lugar en el primer semestre de 2022, y que ellas mismas presentaban así:

En mayo-junio de 2022 se organizarán Debates Colectivos en algunas comarcas y zonas de Euskal Herria. Al menos, Pamplona, Vitoria, Donibane Garazi, Bilbao y Donostia. Pero es posible que se organicen en más sitios.

El objetivo de estos Debates Colectivos no será, en ningún caso, la presentación del Libro. Sino hablar y debatir en torno a las reflexiones y 7 invitaciones de convocatoria que se realizan en Gogoak. Y sobre todo, en Euskal Herria, hoy y aquí, para hablar sobre ideas, propuestas y plateamientos para impulsar el poder popular desde el punto de vista práctico y desde el punto de vista de la articulación.

Para organizar estos Debates Colectivos se crearán grupos de trabajo en cada zona con un funcionamiento autónomo y coordinado.

 

Posteriormente, (y con todas las dificultades que supuso hacerlo durante la pandemia, más algún que otro saboteo político-institucional) llevaron también a cabo la organización en Chile del II Congreso Internacional de Democracia Comunal. Al mismo tiempo, de vez en cuando han ido haciendo públicos textos y trabajos centrados en la realidad vasc como, por ejemplo, este: Habitar la ciudad desde la comunidad autogestionada. Prácticas urbanas para la democracia comunal en Errekaleor. Últimamente les tenemos un poco perdida la pista, pero no nos cabe duda de que sus iniciativas y propuestas para el impulso de la Democracia Comunal seguirán apareciendo.

 

 

Analicemos ahora someramente la propuesta Documento provisional para la construcción de la Red internacional por la Democracia Comunal, centrándonos en lo que nos parece más novedoso o distinto a lo planteado en otras propuestas.

 Parte de una clarificadora consideración previa:

Este es un documento provisional, en construcción permanente, que pretende cristalizar de forma momentánea la discusión y consensos a las que distintas personas activistas, procedentes de distintos ámbitos y movimientos sociales y políticos de alrededor del mundo, han llegado sobre los aspectos necesarios en la tarea de poner las bases de una futura red internacional de movimientos sociales. En este momento se encuentran trabajando en este proyecto personas provenientes de espacios sociales y políticos de Kurdistán, Argentina, Brasil, Venezuela, Italia, Euskal Herria y dels Països Catalans. El documento es modificable en la medida en que más personas procedentes de otros ámbitos se incorporen al trabajo de la red y aporten nuevos enfoques, argumentos y perspectivas. El objetivo de dicha red es articular un espacio de reflexión, solidaridad, encuentro y apoyo mutuo que permita a los distintos movimientos gestar las estrategias y tácticas para afrontar, desde el presente, la construcción de un futuro no capitalista. Dicho de otro modo, la red pretende trabajar para elaborar los comunes denominadores necesarios para la construcción de este futuro global anticapitalista compartido.

 

A renglón seguido nos resumen la estructura del documento:

El documento consta de tres partes. En la primera se aborda, desde una perspectiva crítica, el diagnóstico del momento actual de desarrollo del capitalismo con el objetivo de señalar aquellos elementos imprescindibles que deberán ser abordados desde una lógica transformadora. El segundo punto presenta la propuesta de la democracia comunal como elemento productivo desde donde avanzar en la transformación anticapitalista. El tercer punto del documento presenta la estrategia política de construcción de la “Red internacional de Democracia Comunal”.

 

En su apartado de diagnóstico de la situación, lo que más resaltamos es que, en ésta hay una observación de la realidad desde una perspectiva mucho más amplia, algo de lo que desgraciadamente carece el análisis de coyuntura de la mayoría de las propuestas revolucionarias que hasta ahora hemos analizado, como se ve claro en estos párrafos:

La crisis del modelo de democracia liberal, como sistema de gestión de carácter representativo y/o participativo, se expresa en procesos de concentración del poder político en instancias supra estatales y supra gubernamentales que alejan cada vez más los centros de decisión política de las personas que se ven afectadas por sus actuaciones. También implica la fusión del poder político y los poderes económicos, pues los intereses de las corporaciones transnacionales, productivas y financieras son los que conducen las decisiones políticas, convirtiendo a los dirigentes electos en meros gestores al servicio de intereses privados. Así pues el capitalismo también precariza la democracia, la instrumentaliza y la dota de significado según sus intereses. Hoy en la mayoría de países del mundo, el estado, como espacio de lucha y de conflicto de clase, se encuentra bajo el poder capitalista y orientado a la satisfacción de sus objetivos. En este sentido el neoliberalismo ha consistido precisamente en el dispositivo cultural, político y económico válido para desmantelar, allí donde existían, los pilares de las políticas sociales y de “bienestar” y orientar las políticas públicas según la lógica del beneficio privado. A la vez que supone un instrumento formidable para consolidar los procesos de dominación de los centros capitalistas sobre las distintas periferias globales.

En esta situación histórica las fuerzas hegemónicas del capital, tanto parlamentarias como extraparlamentarias, y de todos los arcos ideológicos posibles (desde algunos “centros izquierdas” hasta la extrema derecha) se siguen organizando en diferentes foros y a diferentes niveles regionales, nacionales e internacionales. A veces de manera más clara y otras veces de manera más difusa, pero existe claramente una articulación y una unidad de acción, no exenta de divergencias y conflictos internos. No se trata de plantear que al capitalismo se gobierna desde la conspiración, sino de constatar que existe una voluntad de dominación por parte de los poderosos que, con matices, comparte argumentos y prácticas en el conjunto del planeta.

 

Esa perspectiva amplia a la que aludimos está presente también en la caracterización que realiza sobre el futuro al que aspirar, que nos recuerdan a la propuesta que el Zapatismo ha difundido en los últimos años allá por donde han querido escucharle:

(...) debemos avanzar en la dirección de propuestas internacionalistas, solidarias y fraternas, que ante la búsqueda de la competitividad propia del comercio internacional y de la globalización, se construyan a partir del apoyo mutuo, la cooperación y la generosidad. Atravesando estos tres pilares de manera transversal por una lógica comunal frente a la lógica liberal-individual-mercantil del capitalismo.

(…) Se propone la idea de democracia comunal como un horizonte de largo alcance para la construcción de un nuevo proyecto emancipador. La democracia comunal no se propone como un modelo único y acabado, sino como una propuesta-horizonte en continua construcción, dinámica y abierta. La idea de democracia comunal no se propone como una propuesta uniformadora, sino como un “proceso de procesos” o “propuesta de propuestas”, es decir, una referencia aglutinadora donde deben caber muchas otras propuestas, formas, ideas, contenidos y prácticas emancipadoras. Pensamos que es vital afinar de manera concreta en algunas líneas maestras que definan esta propuesta netamente como alternativa a la sociedad patriarcal del capital, pero al mismo tiempo conjugar la definición concreta con una gran flexibilidad en las formas, intensidades y contenidos, respetando las estrategias y los procesos concretos emancipadores que se desarrollan en diferentes partes del mundo.

 

Tras la necesaria aclaración de la idea general de Democracia Comunal:

La democracia comunal no es una variante de la democracia liberal, ni la intenta mejorar, se opone a la propia concepción de la idea de democracia liberal como forma política para la sociedad de mercado. El capitalismo es incompatible con el ideal de democracia, y se quiere disputar la concepción misma de la democracia. Se aspira a disputar al liberalismo del universal de democracia que han vaciado de contenido. En ese sentido, no se habla de procedimientos de elección para los representantes políticos para el Estado Liberal, sino de un modelo de sociedad democrático desde el punto de vista integral y holístico: hablar de democracia comunal es hablar de democracia integral y plena: democracia económica, democracia territorial, democracia social, democracia cultural, democracia epistemológica, democracia de gestión, etc.

 

Señalan cuál es una de las mayores carencias y retos que tiene el movimiento popular a nivel internacional:

Una de las mayores necesidades actuales es superar la descoordinación y la dispersión de fuerzas y dinámicas emancipadoras. Crear redes y articular de manera sólida espacios y alianzas comunes, para aumentar la visibilidad, la incidencia y las capacidades de actuación es una función fundamental para este momento histórico. La democracia comunal aspira a ser uno de los posibles espacios de encuentro para esa articulación del Poder popular (o de poderes populares) en diferentes ámbitos y niveles. Se aspira a que en las próximas décadas se pueda disputar la hegemonía social, cultural, simbólica y material en diferentes niveles y espacios. Tener la ambición para que cientos de miles de espacios contrahegemónicos colaboren en una gran apuesta común por emerger poco a poco como un proyecto susceptible de ser hegemónico durante este siglo XXI. Organizarse con ese objetivo y desde esa perspectiva será algo vital.

 

En ese contexto es donde plantean la siguiente propuesta: UN LABORATORIO COMÚN DE EXPERIMENTACIÓN POLÍTICA: UNIDAD DESDE LA DIVERSIDAD 

Dejando a un lado las recetas únicas, absolutas y cerradas, desde la democracia comunal se aspira a generar durante el siglo XXI un gran laboratorio colectivo donde cientos de miles de proyectos y dinámicas generen miles y miles de experimentos vivos para ensayar las nuevas formas de un proyecto emancipador colectivo. En cada país, en cada región y en cada marco local se están desarrollando dinámicas y procesos muy diversos, cada cual desde sus peculiaridades. Inventando y experimentando formas dispares en las propuestas alternativas.

La democracia comunal asume la diversidad en la experimentación política de la construcción de alternativas; diferentes ritmos, intensidades, contenidos, formulaciones, procedimientos y planteamientos. Todas las diferentes experiencias emancipadoras se reconocen como parte de la riqueza teórico-práctica de ese laboratorio experimental mundial, pero se aspira a intentar que desde toda esa diversidad se avance en una dirección común, diversa, pero común. Y aunque tengamos diferencias sustanciales, debemos asumir todas como nuestras, en la medida que son parte de una diversidad colectiva experimental para la construcción de un proyecto común. El impulso de la idea-matriz de la democracia comunal, buscará además de la lucha ideológica, la potenciación y la multiplicación de las prácticas para experimentar la democracia comunal

 

Para impulsar todo el proceso es para lo que se propone utilizar como motor la Red Internacional por la Democracia Comunal, a la que le definen el siguiente objetivo:

El objetivo de esta Red sería la generación y profundización de marcos comunes para un proyecto emancipador renovado, ofreciendo espacios para generar conocimiento compartido, redes, articulación, aprendizajes y nuevas ideas para el impulso de una praxis colectiva en favor de la construcción de la democracia comunal. Aspira a ser un espacio de reflexión, diálogo, estudio, debate y sistematización de experiencias prácticas y de propuestas teóricas para el potenciamiento, el desarrollo y la generalización de la democracia comunal; impulsando así la lucha ideológica por la hegemonía de un proyecto emancipador común, y potenciando a la vez dinámicas de solidaridad.

 

Por no hacer este resumen del texto más largo que el propio texto, vamos a ir acabando. Ya hemos comentado algunas de las virtudes que le vemos a la propuesta, abordemos para terminar el principal problema que le vemos y que, a nuestro entender estriba en que la propuesta de Red se esté dinamizando (al menos cuando se elaboró el documento) por, recordemos, “personas provenientes de espacios sociales y políticos de Kurdistán, Argentina, Brasil, Venezuela, Italia, Euskal Herria y dels Països Catalans”, planteando también que la Red tendría como uno de sus principales articuladores los Congresos Internacionales sobre Democracia Comunal, que, al menos por lo que vimos en el I, tuvo más implicación o eco en ciertos sectores del mundo académico que en el movimiento popular. Nuestra principal duda es: para llevar a cabo una cuestión tan delicada y complicada como una coordinación a nivel internacional que, además, sirva de motor impulsor y aglutinador de las variopintas iniciativas transformadoras comunitarias ¿no sería mucho más sencillo echar manos de estructuras populares ya existentes, por ejemplo, los grupos de apoyo al Zapatismo que cuentan con una amplia presencia en muchas zonas del mundo?; ¿o del movimiento feminista con planteamientos anticapitalistas y comunitarios, también extendido a nivel mundial?, ¿o de otras redes ya existentes, y que entre ellas comiencen a coordinarse en torno a la idea?. Insistimos, algo no muy distinto a esa necesidad de unir esfuerzos y coordinarse era el mensaje central del Viaje Zapatista por la Vida, que además sirvió para estrechar relaciones entre gentes diversas, relaciones que podrían realimentarse para esta iniciativa.

 

En cualquier caso, habrá que seguir atentamente las próximas iniciativas de esta Red Internacional por la Democracia Comunal, así como agradecer el esfuerzo que durante ya varios años llevan realizando las personas que impulsan la iniciativa.

 

 

 

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