domingo, 27 de noviembre de 2022

KURDOEKIN BAT!!: La Revolución en Rojava: mucho que aprender del Confederalismo Democrático

 


 En estos momentos en que la solidaridad con el pueblo kurdo y su revolución es imprecindible ante los graves ataques asesiones de Erdogan y el ejército turco que está padeciendo, vaya esta entrada a modo de apoyo a su increible lucha de la que tanto hay que aprender. (Más información sobre la situación actual en esta entrevista de Argia, y en el comunicado firmado por 187 organizaciones sirias)

La revolución de Rojava es uno de los procesos de transformación social más profundos que se pueden observar desde hace décadas. Pocos eventos han tenido un efecto empoderador a nivel popular tan fuerte. Solo por este hecho merece nuestro respeto y solidaridad. Pero no solo por eso. La revolución de Rojava supone un rayo de aire fresco para los movimientos contestatarios de todo el mundo, de la misma forma que lo fue Chiapas en los años 90’. La experiencia de Rojava supone un salto cualitativo respecto al resto de revueltas de la actualidad, tanto a nivel de práctica revolucionaria como a nivel de teoría política. El movimiento de Rojava ha conseguido hacer avances allí donde muchos de los revolucionarios occidentales llevaban años estancados, elevados en sus tronos de pureza ideológica. Sobran los motivos para fijarnos en Rojava, en su experiencia y en sus aprendizajes. 

(Nota editorial de la Editorial Descontrol en La Revolución ignorada. Liberación de la mujer, democracia directa y pluralismo radical en Oriente Medio (VV.AA.)

Cuando la práctica mostró  que la narrativa marxista-leninista les estaba conduciendo a un callejón sin salida, la organización se abrió a actualizar el análisis y la cosmovisión de partida con el conocimiento práctico que  habían ido obteniendo, pudiéndolo realizar antes de llegar al estancamiento.

En este proceso, el PKK se da cuenta que para  llevar a cabo la revolución les hace falta de entrada una revolución en la forma de analizar la sociedad. Hay que romper con el positivismo científico que impregna las ciencias sociales (y por lo tanto también con el marxismo, que comete este grave error de base) y establecer una nueva ciencia, que no caiga en la diferenciación entre sujeto (el que estudia) y objeto (la sociedad, en este caso); que no pretenda ser imparcial ante la dominación, sino que tome parte a favor de los pueblos. A diferencia de la ciencia fomentada y tutelada por los Estados, la forma de conocimiento que edifica este nuevo paradigma es producida por los propios pueblos. Es en esencia un acto en que la sociedad-comunidad busca conocerse a sí misma: su historia, sus culturas, sus lenguas y las cosmovisiones que esconden, sus mitologías...

(…) De entrada, la revolución de Rojava nos interpela a hacer autocrítica sobre por qué no estamos sabiendo construir un movimiento revolucionario potente en nuestro territorio, a deshacernos dentro de lo posible, de nuestra mirada de superioridad occidental (y de los mitos que lo alimentan como el «progreso»), a detenernos a conocer a fondo el movimiento del CD y así entender mejor por qué está consiguiendo éxitos que nosotros no podemos ni soñar actualmente, a desarrollar nuevas estrategias y líneas de trabajo revolucionario a partir de lo que hemos aprendido... en definitiva, a seguir el liderazgo que está ofreciendo este movimiento en la lucha contra la Civilización Estatal, tomándolo más seriamente y siendo más capaces. Como se ha explicado anteriormente, esto queda lejos de un seguimiento ciego y acrítico, así como de la pretensión de trasladar a nuestro contexto, «piedra a piedra», la estrategia que funciona en Oriente Medio.

(Aprendamos de la revolución de Rojava (Baran Pedraforca)

 

Como se puede ver en la imagen de cabecera de este blog, las revoluciones zapatista y kurda son para nosotras toda una fuente inspiradora. Sin embargo, tal como acabamos de ver en los párrafos iniciales y los títulos de los textos a los que pertenecen, la revolución kurda en Rojava (bueno, no solo kurda, y no solo en Rojava) es (a escala global, pero también en EH) una revolución ignorada, de la que, sin embargo podríamos aprender mucho. El desconocimiento sobre esta revolución llega hasta el punto de que, hablando con algunas personas de las que se mueven en la actualidad en colectivos o iniciativas que están planteando la revolución en EH, nos ha llamado la atención la poca (y a veces confusa o errónea) información que parece haber al respecto, incluso en alguna de las propuestas revolucionarias que dice basarse en ella para defender la idea del centralismo democrático, que responde al planteamiento inicial del PKK, pero que está muy alejado de lo que supone su propuesta posterior de Condeferalismo Democráctico.

 Creemos que parte de ese ignorar a la Revolución kurda por no pocas de las propuestas revolucionarias vascas actuales tiene que ver con que, lo que inicialmente era un planteamiento típico de revolución de corte marxista-leninista, haya evolucionado a una propuesta que, entre otras cosas, supone también un cuestionamiento de algunas de las bases fundamentales de ese enfoque clásico. Tal y como recoge Zibechi en el prólogo al tomo 2 del Manifiesto por una Civilización Democrática, Civilización Capitalista, algunos de esos cuestionamientos se resumen en:

 La crítica a El Capital de Marx es demoledora, pero sobre todo es muy valiente, muestra el tipo de valor de un pueblo/prisionero que sólo tienen sus cadenas para perder, porque ya perdieron la libertad y la muerte les pisa los talones. En esa situación extrema, casi al borde del abismo, Öcalan nos brinda una estupenda crítica del modernismo capitalista que atraviesa la principal obra del socialismo científico. “El Capital funciona como un nuevo tótem que ya no es útil para los trabajadores”. Y relaciona esa conclusión, “al error de intentar delimitar al terreno de la economía, cuando el capitalismo no es economía, y a considerar económicos aspectos básicos que no lo son” (p. 214).

La obra de Marx es tributaria, según Öcalan, de “una ofuscación mental ́ilustrada ́”, de cuño positivista y economicista, visión del mundo a la que responsabiliza por el fracaso de siglo y medio de luchas por la libertad y por una sociedad democrática

(…) En una mirada muy profunda sobre las sociedades, sostiene que la llamada lucha de clases no es el motor de la historia, sino que los conflictos verdaderos suceden entre conjuntos sociales, a los que denomina “la sociedad estatal y las sociedades democráticas”. En su profunda vocación anti-estatista, rechaza el concepto de hegemonía como instrumento analítico y propuesta de quienes pretenden cambiar el mundo. “La hegemonía significa poder y el poder no puede materializarse sin dominio, que no puede existir sin el uso de la fuerza” (p. 301).

No obstante, no confunde Estado con poder. Sostiene que el poder es una tradición, la más antigua, que tiene especial tendencia a la concentración. El Estado, por su parte, es algo más concreto pero de mayor duración, que “se formó en base a un sistema jerárquico sobre la domesticación de la mujer, con la servidumbre y la esclavitud”. “El poder contiene al Estado pero es mucho más que el Estado”, escribe Öcalan.

(…) Sólo resta decir que sería necesario que los militantes de todo el mundo se familiaricen con la obra de Abdullah Öcalan y con la resistencia del pueblo kurdo. Es una de las tareas más urgentes ya que, junto a los zapatistas de Chiapas, encarnan lo mejor de la acción emancipatoria y del pensamiento crítico de este período. Dejarnos iluminar por su sabiduría no puede sino enriquecer nuestras luchas.

 

Teniendo en cuenta todo ello, nos ha parecido oportuno acercar algunos textos sobre la revolución en Rojava, pero no tanto los habituales, sino otros que nos permitan conocer algunos de los entresijos de esa revolución de una forma más humana o más accesible, al tiempo que pudieran ser herramientas para ayudar a obtener aprendizajes y cuestionamientos de provecho para cualquiera que se plantee ser parte activa de un proceso de revolución o transformación en la Euskal Herria actual.

lunes, 14 de noviembre de 2022

Mugimendu Sozialista (II): extendiendo la organización comunista

 


 

Las propuestas revolucionarias, además de por las proclamas, han de analizarse también (o sobre todo) por las prácticas y sus modos, y si entre las propuestas revolucionarias actualmente sobre la mesa en EH hay alguna que haya desarrollado prácticas y dinámicas, ésa es sin duda la del Mugimendu Sozialista y los colectivos que lo componen. Por eso podemos analizar sobre los modos y prácticas del MS, cosa que con el resto hoy por hoy no es posible.

 

Pero antes de entrar a ese análisis es necesario dejar clara de nuevo nuestra solidaridad con todos aquellos colectivos u organizaciones que, intentando impulsar la revolución o la transformación social que acabe con el capitalismo, el patriarcado, el colonialismo y cualquier otra forma de sistema de opresión, padecen por parte del Estado y sus diversos tentáculos de poder persecución, descalificación, criminalización y represión.

 Y de esas cuatro democráticas herramientas se está sirviendo el poder establecido para intentar acabar con la expansión del MS. Está claro que el surgimiento del MS y, sobre todo, la capacidad de organización e incidencia que ha conseguido entre la juventud vasca desde su aparición, ha puesto en alerta a los aparatos del Estado; y contra él se ha puesto a trabajar desde diversas instancias del poder policial, político, judicial o mediático. Veamos unos simples ejemplos que no son sino una mínima parte de una larga lista.

 A) de persecución y señalamiento:

La Policía Nacional da por desarticulado un grupo de 'kale borroka' del entorno de Gazte Koordinadora Sozialista[1]

B) de descalificación:

Ortuzar, GKSz: «Aretoko iraultzaileak dira», «burgesiaren seme-alabak, burgesak bezala bizi direnak»[2]

C) de criminalización:

El Movimiento Socialista en el punto de mira de la Fiscalía General del Estado[3]

D) de represión:

Desalojado el antiguo Dia entre cargas y un joven encadenado a Laboral Kutxa [4]; El desalojo de los Centros Socialistas[5]

 Todo apunta a que estas y otras formas de represión se incrementarán, habrá pues que estar atentas para pasar de las palabras a los hechos en nuestra práctica de solidaridad.

 Resaltada esta importante cuestión, abordemos ahora el análisis de algunas de las formas del proceder político del MS que hasta ahora le han caracterizado.

 

 

Abriéndose espacio político

 La aparición de una nueva propuesta política (o la recuperación de una anterior, modificada, corregida y actualizada) como es el caso actual con la que ha puesto sobre la mesa el MS, en el contexto revolucionario y transformador debería ser un elemento que impulsara el debate, repensar y cuestionarse incluso planteamientos previos de cada quien, dialogar constructivamente y, si fuera posible, terminar por entenderse y coordinarse. Aunque parezca absurdo, esa no es la práctica habitual en la izquierda radical, ni en EH ni, en general, en el mundo. He ahí una de las probables causas de nuestra debilidad permanente. La aparición pública del MS, desgraciadamente, está significando la reiteración de rivalidades y enfrentamientos, más típicos de enemigos irreconciliables. Es la pelea por el espacio político.

 Ya hemos visto que el proceso de surgimiento del MS se venía cociendo desde años atrás, pero visto desde fuera, asombra, y tiene mucho mérito, la capacidad para, en tan poco espacio de tiempo, conseguir no sólo lo más difícil, el apoyo de mucha juventud, sino, además, acompañarlo de capacidad de organización, de estructuración y de formación, así como de buenas dosis de imaginación y conocimiento del terreno que se pisa para saber lanzar propuestas adecuadas a situaciones complicadas (por ejemplo, durante la pandemia).

 Si a ello sumamos los periódicos encuentros de formación interna, así como las jornadas y Topagunes (con asistencia de millares de jóvenes), parece más que evidente que el MS ha sabido hacerse y consolidar un importante espacio político, en unas circunstancias nada sencillas, entre otras cosas por las propias condiciones impuestas con la pandemia. Sin embargo, parte de ese proceso de construcción del espacio político propio, desde nuestro punto de vista, y con ánimo de crítica política constructiva, tiene importantes sombras, que pasamos a señalar.

 El texto Conocer Lenin y su obra[6], recoge que:

 (…) la expresión de uno de los rasgos más constantes del hacer político de Vladímir Ilich, de su convicción, puesta en práctica una y otra vez hasta 1924, de que «primero hay que separar, dividir, para después juntar en mejores condiciones, en condiciones más favorables para la tendencia u opción que se representa».

 No sabemos (ni para la cuestión en que estamos importa demasiado) si la frase atribuida es real, pero creemos que sirve para describir el actuar inicial de los colectivos del MS, que gráficamente podría describirse como abrirse paso a codazos (desgraciadamente serviría también para describir la forma de hacerse espacio político que han practicado a lo largo de las historia muchas organizaciones de la izquierda radical). Pero como es una afirmación fuerte, vamos a intentar demostrarla analizando cómo ha sido su proceder con respecto al resto de fuerzas políticas y populares con planteamientos más o menos próximos.

sábado, 5 de noviembre de 2022

La Xarxa d'Estructures Populars i Comunitàries -XEPC- [Red de Estructuras Populares y Comunitarias].

 


 

La Xarxa d'Estructures Populars i Comunitàries -XEPC- es el espacio de encuentro de una serie de organizaciones y colectivos de Manresa. La XEPC la integramos colectivos que compartimos una manera de intervenir en la realidad de nuestra ciudad, desde el apoyo mutuo y lo comunitario, de las vecinas por las vecinas, para que se rebele contra el injusto. Partimos de la idea de que para transformar la realidad, es necesario participar activamente de este proceso de transformación con nuestras vecinas.

Vivimos en un sistema que deja al margen a muchas personas, la explotación laboral, el machismo, el racismo institucional y la falta de acceso a una vivienda digna, son el día a día para muchas de nosotros, para muchas personas de Manresa. Creemos firmemente que otro mundo es posible, pero por eso es necesario que nos activemos y hagamos temblar la estructura que permite todas estas injusticias: El capitalismo.

Las estructuras populares y comunitarias son espacios de apoyo mutuo, de empoderamiento popular que quiere caminar cada vez más fuerte en esta idea de emancipación. Son espacios imprescindibles por la supervivencia de muchas de nuestras vecinas, sin olvidarnos ni un segundo, que lo que queremos es vivir y no sobrevivir.

(traducción telemática del texto de su página web)

 

 

Como la que hoy recogemos es una maravillosa experiencia, que tiene entre sus elementos más importantes el saber colocar en la centralidad transformadora a los sentimientos, comencemos por relatar lo que sentimos la primera vez que la conocimos.

 

Descubriendo la fuerza transformadora de la politicidad surgida de las entrañas

 Hace ahora casi cinco años, aconsejadas por una buena amiga que la conoce bien, acudimos a una charla en el Gaztetxe de Gasteiz que, en el marco de la dinámica Okupatu Gasteiz que, con el título OKUPACIÓN ¿HERRAMIENTA PARA TODAS? Más allá de la juventud antisistema, iban a desarrollar personas de la Plataforma de Afectadas por la Hipoteca y el Capitalismo (PAHC) de Manresa. Pocas veces nos hemos sentido tan sorprendidas y atrapadas por una charla. Comenzaron introduciéndola dos jóvenes (entre 30 y 40 años) que nos relataron cómo ellos habían llegado a esa temática a través de un recorrido militante antagonista, con fuerte concienciación y politización, pero que pronto tuvieron que dejar a un lado su mochila militante al descubrir en las personas que acudían a la PAHC una forma de politización cotidiana, vital, de puro sentido común, y de mucho mayor alcance transformador, pues era válida para mucha más gente, y porque, sin saber de teorías revolucionarias, era mucho más cuestionadora del sistema capitalista. Tras poco más de 10 minutos de intervención, pasaron la palabra a dos mujeres (en la cincuentena), con apariencia de señoras (¡hay nuestros esquemas mentales culturales!) y a las que parecía que les iba a costar hablar en castellano, pues se le notaba rasgos de acento catalán y, sobre todo, árabe, pues las dos habían nacido en Marruecos. Solo les costó los primeros tres minutos de su extensa charla dejarnos con la boca abierta. Nunca habíamos oído hacer un discurso tan profundamente político y antagonista con un lenguaje e imaginario tan coloquial y cotidiano como el de estas mujeres y sus experiencias. Si a ello unimos que muchas de las formas de organizarse y funcionar que relataban eran también poco habituales (por ejemplo, asambleas de domingo en las que las emociones y sentimientos de las afectadas tienen verdadero espacio e importancia… con lo que a menudo se alargan durante 4 ó 5 horas) salimos con el convencimiento de que esa experiencia tenía todos los mimbres para configurarse en una demostración clara de la potencialidad transformadora de raíz de la autogestión popular realmente popular. Todo apuntaba a que en Manresa podía desarrollarse una de esas experiencias de potencial radicalmente transformador y cuestionador, que nace de lo cotidiano, y desde una participación verdaderamente heterogénea… En lo que sigue de texto vamos a poder comprobar que así está siendo. Hay mucho que aprender sobre esta experiencia. Intentemos resumirla y ofrecer formas de seguir profundizando en ella.

 

Los fundamentos de la XEPC

 Antes de hacer el relato de cómo surge y se desarrollan los acontecimientos en el movimiento popular de Manresa hasta llegar a la constitución de la XEPC, creemos oportuno comenzar por recoger las que denominan sus bases, así podremos entender mejor ese proceso: