miércoles, 17 de abril de 2024

Más allá de las elecciones: La revolución asamblearia cotidiana (aprendiendo de Rojava)

 


 

Todos los procesos de toma de decisiones en Rojava se han convertido en una forma de asamblea, además de las asambleas convocadas para elecciones, sistemas de delegación y para la representación del gobierno autónomo. La organización generalizada de la autonomía en forma de dimensiones, la formación de sus propias asambleas, los pueblos que se movilizan en forma de asambleas para tomar decisiones comunes en todos los campos, desde las comunas hasta las cooperativas, desde las asociaciones hasta los campos, muestran que la práctica de las asambleas generan una experiencia organizativa de por si movilizadora. Hay una reunión de la asamblea después de las cinco de la tarde para casi todo el mundo. Las asambleas no son solo espacios de toma de decisiones, sino también son espacios donde los pueblos discuten y producen herramientas para realizar las decisiones comunes tomadas. Entre las asambleas inferiores y superiores hay un sistema de informe recíproco, cual generaliza una horizontalidad entre asambleas, y en relación del gobierno autónomo y los pueblos. Los informes incluyen críticas y autocríticas sobre el cumplimiento de las tareas a través del tekmil que significa la participación y presentación directa. Los pueblos de Rojava participan directamente en el proceso de construcción de la autonomía a través de una o más asambleas, con su voz, decisión y hacer. Rojava es una experiencia histórica en términos de mostrar que la democracia y la participación directa pueden realmente ser practicadas e implementadas con el ejercicio de la asamblea como movimiento. Recrea el significado de la revolución y trasciende los límites de la autonomía que a menudo son territoriales y de identidad. En este sentido, las comunas y las asambleas son importantes prácticas revolucionarias que crean la transformación social y la emancipación sin crear un estado o tomar el poder, la sociedad puede gobernarse a sí misma, determinar su propio destino a pesar de todas las contradicciones



Somos de quienes no votamos, porque no creemos ni en este sistema electoral, ni en las instituciones que de ellas surgen, ni en la configuración estatista que las conforma, ni en la idea de política (y mucho menos de participación) en la que se basan. Pero tampoco nos parece sacrilegio alguno que quien quiera vote. Desde nuestra forma de verlo, lo realmente importante no es lo que se haga o deje de hacer ese día, sino lo que hagamos o dejemos de hacer los 364 días del año restantes. Por eso el principal riesgo que le vemos al truco electoral es que para mucha gente se convierta en su único acto de responsabilidad política cada cuatro años, delegando todos los demás en los profesionales de la política, aquellos que por la recepción del voto parecen sentirse legitimados para decidir todo por nosotras.


Entre quienes desde posturas más o menos de izquierda optan por ese delegacionismo, no son pocas las personas que nos reprochan a quienes defendemos la propuesta de las asambleas populares el apoyar una idea bonita pero utópica, alejada de la realidad. También desde posturas revolucionarias recibimos la crítica por nuestro supuesto espontaneísmo, que impediría la organización de un verdadero proceso revolucionario.


Podríamos entrar por enésima vez en un debate teórico sobre la cuestión, pero siempre nos ha parecido mucho más interesante aprender de la práctica revolucionaria que de su teoría, y, aunque parezcan (interesadamente) olvidadas por algunas corrientes revolucionarias actuales, hay en marcha dos procesos revolucionarios que dejan bien a las claras la viabilidad de las formas revolucionarias comunitarias y asamblearias. Son, no hace falta decirlo, la experiencia zapatista y la kurda. Y es de esta segunda experiencia de donde hemos extraído los párrafos que introducen esta breve entrada, que forman parte de un libro publicado ya hace unos cuatro años y que abordaba todas esas cuestiones (y muchas otras) con grandes dosis de análisis autocrítico: se trata del libro de Azize Aslan Economía anticapitalista en Rojava Las contradicciones de la revolución en la lucha kurda. La perspectiva desde la que está redactado el texto queda reflejada en estos párrafos de su introducción:


Hasta principios de la década de 2000, el “Kurdistán unido e independiente” era visto como la única solución tanto para los movimientos nacionalistas como para los socialistas. Sin embargo, con el tiempo, el Movimiento Kurdo liderado por el PKK y Abdullah Öcalan, que en principio partió con el objetivo de formar el Estado socialista del Kurdistán, se ha transformado.

Hizo una autocrítica como partido y afirmó que estaba equivocado por tomar al Estado como una solución para la emancipación. Así, en 2003, propuso la autonomía democrática como un nuevo horizonte de lucha bajo el paradigma del confederalismo democrático. Por esto, el tema y pregunta principal que necesito abordar, es por qué y cómo el Movimiento Kurdo, que surgió como un partido leninista (PKK), se convirtió gradualmente en un movimiento popular y experimentó esta transformación intelectual. Para comprender tal transformación fue necesario analizar el enfoque revolucionario de la izquierda tradicional, centrado en la toma del poder y el enfoque de la revolución espontánea del siglo XXI, que surgió tras la negación de la organización (partido).

La transformación del PKK es un acto que pretende superar ambos enfoques revolucionarios (puramente jerárquicos u horizontales) y construir un proceso revolucionario donde el pueblo sea el sujeto.

En esta parte se encuentran a menudo muchas referencias sobre el Movimiento Zapatista. A pesar de tener dinámicas sociales e historias diferentes, el ver reflexiones similares me impulsó a establecer una relación reflexiva entre el Movimiento Kurdo y el Movimiento Zapatista.

La transformación intelectual y organizativa del Movimiento Kurdo a través de la autocrítica y la adaptación de la autonomía como una nueva política de emancipación, no solo son el trasfondo histórico que ha creado la Revolución de Rojava, sino que también definen el presente de Rojava. El hecho de que el Movimiento Kurdo, primero, problematizara el poder en el sentido de romper con la idea del Estado y posteriormente experimentara y se diera cuenta —viviendo los conflictos de género dentro del movimiento— donde las relaciones de poder pueden surgir en todas las áreas en las que el patriarcado es dominante, y convirtiendo la crítica y la autocrítica en una metodología de organización contra el surgimiento de los poderes, han creado un cambio para que el movimiento siempre tenga una capacidad dinámica y transformadora. Rojava, en este sentido, es una experiencia revolucionaria que combina esta aportación intelectual y organizativa del Movimiento Kurdo hacia una transformación social.

Por lo tanto, la autonomía expresada con el proceso de construcción de la revolución y como se produce la transformación social, es una de las interrogantes que se plantea este libro. Sin embargo, antes de pasar a la autonomía de Rojava se van a encontrar con la historia de su resistencia y en la segunda parte, “La historia común”, para poder comprender las bases sociales de la Revolución y las subjetividades del pueblo que la hizo. Esta parte se basa en una crítica fundamental: la historia del colonialismo siempre se cuenta a través de las acciones de la dominación (colonizadora), mientras que los pueblos colonizados siempre han resistido por su libertad, como en Rojava, pero en lugar de ver esta resistencia, la historiografía o las ciencias sociales tratan a estos pueblos como víctimas del colonialismo. Esta forma de mirar reproduce el poder dominante del colonizador. Para ello, subraya que la búsqueda de la autonomía acompaña constantemente esta resistencia, trabajando en la memoria común de la resistencia de los kurdos en Rojava.


Pero, volviendo a la cuestión electoral y a lo que trasciende de lo que cada vez se parece más a una celebración folclórica del “día internacional de la participación ciudadana”, queremos abordar una cuestión que nos parece importante. Y no, no hablamos de los resultados. Nos referimos a las consecuencias directas que sobre el movimiento popular tiene la apuesta reformista de la antigua izquierda revolucionaria, esto es, la actual izquierda abertzale oficial, y su formación electoral EHBildu. Tal y como ya hemos ido viendo tras anteriores procesos, en la medida que esa fuerza política va ganando presencia en las instituciones de gobierno y órganos de poder, para ocupar los cargos administrativos que de ellos se derivan (desde personas asesoras hasta aparato burocrático propiamente dicho) está recurriendo a personas que hasta entonces tenían un papel importante en el impulso de algunos de los diferentes sectores que componen el movimiento popular, lo que tiene como consecuencia directa el debilitamiento de éste.


Si, como a menudo se nos dice desde esa opción, la institucional no es más que una vía que está a disposición del movimiento popular, el proceso debería ser el contrario. Está claro que no es así, pues lo vemos una vez tras otra, cuando eligen a las personas que serán candidatas en los diversos procesos electorales. Es habitual encontrar en esas listas personas que antes han destacado por su compromiso con algún sector del movimiento popular, y a quienes las labores parlamentarias e institucionales alejan de su actividad en el movimiento popular. Pero mucho más preocupante nos parece (pues la dimensión es bastante mayor) cuando esas otras labores de asesoramiento y aparato burocrático se le ofrecen a personas del movimiento popular que, a partir de ahí se encuentran con una disyuntiva en la que no es fácil mantener la coherencia y dignidad personal: seguir implicada con el movimiento popular, desde el compromiso voluntario, es decir, sin retribución económica y sin peajes de obediencia política, o pasar a profesionalizar su militancia disponiendo de un sueldo fijo, en ocasiones nada desdeñable cuantitativamente, y con peaje de disciplina política.


Algo parecido, en su contexto de guerra y sus parámetros concretos, también es denunciado por Azize Aslan

Mientras que el capitalismo trata de integrar a Rojava con sus armas a la institucionalización, como la guerra y a veces su idea de paz, la nacionalización, el embargo y la hambruna, y de obligar a los pueblos a asumir relaciones capitalistas, el Movimiento Kurdo trata, por un lado, de restringir el capitalismo (resistir al capitalismo) y, por otro, de fortalecer la autogestión económica (autodefensa económica) de los pueblos contra el capitalismo, creando nuevos espacios y relaciones comunales no capitalistas. Este proceso es en sí mismo un proceso de lucha y resistencia, y tiene lados muy diferentes. Por ejemplo, mientras que el Movimiento Kurdo se esfuerza por capacitar a las personas con una economía social basada en la autosuficiencia y la autogestión para que se conviertan en responsables de la toma de decisiones en la economía, las ONG que se están extendiendo a través de la Coalición Internacional contra el ISIS, están tratando de frustrar la política de autonomía mediante las relaciones monetarias que están construyendo con la ayuda financiera o los proyectos de micro financiación, tratando a las personas como víctimas; de este modo quieren crear una sociedad dependiente y obediente, como en cualquier otro lugar del mundo, generando una psicología de la desesperación.


Lo dicho, la opción elegida que realmente importa no es la del día de las elecciones, sino la del resto de días del año. De eso depende la posibilidad de avanzar colectivamente hacia la transformación revolucionaria que tanto se necesita. Esa es la verdaderamente importante elección.


 

 

 

 

 

 

 

jueves, 4 de abril de 2024

Cambio de Paradigma y Liderazgo Revolucionario

 


 

 

Las personas que desde La Saó animan la propuesta de un proceso revolucionario en los Països Catalans acaban de publicar un nuevo texto muy interesante bajo el título de Canvi de Paradigma i Lideratge Revolucionari que, además de acercaros (en su original en catalán, y en una versión retocada de traducción mecánica), queremos comentar muy brevemente.

 

No es la primera vez que comentamos un texto de La Saó, y en esta ocasión, como en la anterior, hemos de comenzar por decir que nos ha gustado mucho -a pesar de ciertas discrepancias de calado que ahora señalaremos- y que nos parece especialmente loable el tono de su texto, algo muy de agradecer.

 

En este texto la gente de La Saó le entra a la controvertida cuestión de las vanguardias y los liderazgos en los movimientos revolucionarios. Pero, junto a ello (o para ello), se introducen también en algunas otras cuestiones también interesantes. Por ejemplo, este párrafo de la parte inicial del texto, que aborda un tema casi ausente en las reflexiones de la mayoría de las propuestas revolucionarias occidentales actuales, aunque echemos de menos la cosmovisión espiritual a la que luego nos referiremos (los resaltados que aparezcan son suyos):

Gracias al trabajo de muchos movimientos revolucionarios, en particular en la periferia mundial, este paradigma está ya en construcción. Como todos los movimientos revolucionarios dignos de tal nombre, tenemos que construir una cosmovisión basada en los conocimientos filosóficos, científicos, arqueológicos adquiridos en la actualidad, renovando y enriqueciendo los elementos de nuestra tradición emancipadora.

 

O estos otros, que encontraréis hacia el final de su texto:

 Es necesaria a la vez visión y unidad estratégica, para plantear una estrategia que pueda construir este movimiento y superar el orden existente. Es necesaria también amplitud de miras y más ambición: no se trata de hacer colectivos donde realizamos prácticas transformadoras, sino construir espacios de contrapoder donde cubrir nuestras necesidades materiales e inmateriales, bajo nuestros principios y para nuestra gente, con la ambición de poder llegar cada vez a más capas de población.

 Hay que partir de lo que hemos aprendido en las últimas décadas en estos proyectos, normalmente locales y pequeños, para plantear proyectos que sean escalables o replicables, que se encuadren en una estrategia revolucionaria nacional e internacional. También deberemos crear nuevas formas de intervención política en ámbitos que aún no se han desplegado en toda su dimensión como el del ecologismo, el movimiento anticolonial o el movimiento por una nación democrática.

 Necesitamos construir un movimiento más amplio, pero con unas bases ideológicas, políticas y estratégicas más claras y sólidas. Este movimiento revolucionario que ahora debemos imaginar porque todavía no existe, debe ser quien realmente lidere y abra el camino hacia la revolución. Las organizaciones ideológicas o políticas tenemos la tarea de nutrirlo para que tenga la perspectiva, la capacidad organizativa y estratégica para hacerlo.

 

Pero vayamos al nudo gordiano del texto, el que hace referencia a liderazgos y vanguardias en el movimiento revolucionario. Al abordar estas cuestiones, no pocos de los posicionamientos de La Saó nos recuerdan a textos que le hemos leído a Kimua (que no podemos enlazar, pues su web lleva tiempo caída), lo que no es de extrañar, dada la sintonía y relación entre ambas organizaciones. Pero en los de La Saó encontramos posicionamientos tanto más pedagógicos como claros y abiertos. Es más, nos da la impresión de que con debates sosegados no sería demasiado complicado poder llegar a consensos –al menos en nuestro caso-  por parte de quienes impugnamos la idea de la necesidad de liderazgos y vanguardias en su sentido clásico.

 Porque al comienzo del texto de La Saó, podía llegar a parecer que se trataba de una cuestión terminológica (incluso de mala traducción mecánica), y que lo que La Saó califica como liderazgo podría ser entendido como personas que impulsan o inician. Es lo que se podría deducir de este párrafo:

jueves, 21 de marzo de 2024

Errekaleor: un laboratorio de democracia comunal en un barrio de Euskal Herria

 

En Errekaleor las paredes hablan (Foto de Mikel Urabaien Otamendi)

    

La crisis creciente del modelo de democracia liberal ha posibilitado la emergencia de modelos alternativos. Uno de los más novedosos ha sido el de la democracia comunal, que se postula como una propuesta antagónica a las perspectivas dominantes. Frente a la representatividad y el sujeto liberal reivindica un sujeto comunitario que se autogobierna. En esta investigación, se realiza un análisis de la experiencia del barrio autogestionado Errekaleor, situado en la ciudad de Vitoria-Gasteiz (País Vasco), en donde se está intentando desarrollar un modelo de democracia de carácter comunal. La metodología utilizada es de carácter etnográfico, con gran peso de la observación y de las entrevistas en profundidad. Entre los principales hallazgos destaca el germen de un modelo alternativo en el que destacan prácticas de autogobierno, autogestión y de cuidado mutuo.



El párrafo que encabeza esta entrada es el resumen del texto escrito por Luis Miguel Huarte Pozas y Saúl Curto-López, ambos investigadores sobre procesos de democracia comunal, y Saúl Curto uno de los principales impulsores de esta propuesta, tanto en Euskal Herria, como a nivel internacional. En este caso, el trabajo de los autores se centra en una experiencia comunal en marcha en Euskal Herria desde hace 10 años, la de Errekaleor, a la que, por mucho que su presencia se nos comience a hacer como habitual y por ello nos sorprenda menos, haríamos bien en no perder la referencia de toda su importancia y potencial transformador. El resumen breve de esta experiencia en plena capital vasca y su situación actual, en palabras de los autores:

la falta de apoyo institucional provocó el deterioro de algunos barrios populares y el vaciamiento progresivo de estos, como ocurrió en el barrio de Errekaleor. En este contexto, se da la ocupación de Errekaleor en la segunda década del actual siglo. Concretamente, en el año 2013, un grupo de estudiantes ocupa varias viviendas del barrio con un doble objetivo: por un lado, dar una respuesta a la necesidad de vivienda para la juventud; por otro lado, crear un proyecto de convivencia de carácter comunitario, antagónico al modelo dominante anclado en la lógica capitalista e individualista. A partir de ideas alternativas como autogobierno, autogestión, etc., van configurando una experiencia que pretende ser un modelo diferente de gestionar lo político y lo económico, poniendo la lógica comunitaria en el centro.

Lo relevante, además del carácter político-económico alternativo ya citado, es la dimensión de la experiencia, ya que la ocupación espacial va más allá de las habituales ocupaciones de un edificio de viviendas. En este caso, se ha producido la ocupación de un barrio en su totalidad, con todos sus edificios y espacios aledaños, lo cual supone un control territorial notable. Actualmente, en Errekaleor viven alrededor de 120 personas que ocupan 16 bloques de viviendas con 32 portales. El barrio, además de las viviendas, dispone de dos plazas públicas, una casa de cultura, una biblioteca, una ludoteca, un cine, un centro juvenil (“gaztetxe”), un frontón, un bar y una imprenta. Alberga además tierras donde se han impulsado proyectos comunitarios de producción agrícola. 1 Tras una década de existencia, Errekaleor se ha convertido en un laboratorio social muy sugerente donde se están ensayando nuevos modos de convivir, de practicar la democracia y de concebir la comunidad.


La investigación sobre la práctica de “poder popular” en Errekaleor la realizan los autores mirando desde la perspectiva de una forma concreta de entender ese poder:

La idea del “poder popular” implica la transferencia de poder hacia los sectores populares desprovistos históricamente de poder: “[L]as clases subalternas se transmutan en célula constituyente de un poder social alternativo y liberador que les permite ganar posiciones y modificar la disposición del poder y las relaciones de fuerza” (Mazzeo y Stratta 2007, 11).

El nuevo modelo de poder exige un nuevo sujeto que ejerza de protagonista en el día a día a la hora de tomar decisiones de todo tipo. Este nuevo sujeto sería el “sujeto popular” o “sujeto comunal”, un sujeto antagónico al sujeto “individual-liberal” y a los sujetos colectivos que detentan habitualmente el poder en los regímenes representativos (Mazzeo y Stratta 2007, Curto-López 2021).

La nueva arquitectura del poder necesita, a su vez, de una estructura y unos mecanismos específicos para que el despliegue del poder comunal sea efectivo. Frente a la clásica estructura de gobierno de los regímenes representativos, se aboga por una estructura basada en la idea de “autogobierno” (Bookchin 2019, Iglesias 2021). Esto supone que el sujeto comunitario ejerce directamente el poder, en clave de democracia directa, sin mediaciones ni representaciones. La nueva estructura garantiza el protagonismo del nuevo sujeto en términos de participación, deliberación y toma de decisiones (Tapia 2007, Rauber 2016).

La económica es otra de las dimensiones que la democracia comunal integra en su cosmovisión y alude a aquellas variables que están relacionadas con la constitución de un modelo económico alternativo al dominante (Cattani 2004, Coraggio 2016c). En esta propuesta teórica le damos relevancia a tres cuestiones que consideramos sumamente relevantes: por un lado, un nuevo concepto de economía; por otro, una estructura coherente con dicho concepto y, por último, un modelo alternativo de cuidados.

Un sistema económico alternativo necesita una concepción teórica alternativa. En este caso, la democracia comunal reivindica el concepto de economía comunal o comunitaria (Azzellini 2010, Álvarez 2011, Andrade et al. 2014) frente a los conceptos de economía capitalista y de economía estatizada-centralizada. La economía comunal sería un sistema que se funda sobre la “propiedad y la gestión directa por parte de las comunidades organizadas” (Álvarez 2011, 54).

(…) La tercera dimensión de la democracia comunal es la dimensión espacial y se refiere a todos aquellos aspectos que tienen que ver con el control del territorio y con el uso que se le da a éste. En este trabajo nos interesan específicamente dos aspectos: el modelo de apropiación del territorio y la capacidad de expansión territorial.

El modelo de apropiación del territorio alude a dos cuestiones fundamentales: quiénes controlan el espacio y qué tipo de uso hacen de éste. La democracia comunal considera que el control territorial debe ejercerlo la comunidad y debe tener como horizonte el “bien común” de quienes habitan en ella (Manzanal 2014, Blanco et al. 2014). Esto significa la expropiación del espacio a los agentes que antes lo controlaban y que tenían como fin la explotación lucrativa del territorio (Harvey 2018).

La democracia comunal aspira a que experiencias locales de carácter micro vayan creciendo, apropiándose de más territorio, colonizando en clave emancipatoria más espacio y poniéndolo al servicio de los intereses comunales. La disputa con el capital y con su Estado es de carácter global (Coraggio 2016a), por lo que resulta vital ampliar el control territorial.


Aterrizando este concepto en la realidad de Errekaleor, señalan:

jueves, 7 de marzo de 2024

Mancomunidades de Trabajadores. Islas de liberación del capitalismo, el militarismo y el nacionalismo

 


 

Es necesario que haya un reconocimiento generalizado de que la raza humana está en una lucha a vida o muerte con un capitalismo globalmente destructivo, y que nuestra propia supervivencia como especie y la continuación de cualquier cosa reconocible como sociedades industriales avanzadas requiere una renovación democrática total.

  Sólo una democracia directa en la que el poder económico esté colectivamente en manos de los trabajadores puede garantizar el éxito de la transición a una sociedad postcapitalista. Los símbolos de progreso que surgieron de las primeras luchas, como el sufragio universal y la representación sindical, fueron solo victorias parciales y limitadas. Enmascaran verdades esenciales sobre la desigualdad de las relaciones de poder entre ricos y pobres, y cómo las élites irresponsables dominan la política en los estados nacionales capitalistas.

Una comunidad obrera, en la que el poder económico recayera en la gente común, tomaría la mayor parte de las decisiones directamente a través de sus lugares de trabajo y asambleas locales. A medida que se ampliaran las áreas de autonomía económica, se lograría el paso de la represión antidemocrática e institucional a una democracia económica liberadora. Aquí, el poder político fluye del poder económico y es completamente responsable ante las comunidades locales.

 

Los párrafos precedentes no pertenecen a ninguna de las propuestas revolucionarias que están sobre la mesa hoy en día en Euskal Herria, pero ofrecen un punto de vista sobre cómo enfocar la transformación revolucionaria que echamos de menos entre esas propuestas (aunque puede tener similitudes con la que hace unos años se lanzó desde Euskal Herria, por la denominada Red Internacional por la Democracia Comunal). Tampoco tienen su origen en algún grupo revolucionario de América Latina, son parte del trabajo titulado Mancomunidades de Trabajadores. Islas de liberación del capitalismo, el militarismo y el nacionalismo, escrito por Steven Schofield, un británico de 68 años, bastante ligado a movimientos sindicales libertarios y al antimilitarismo, en especial en su lucha contra la industria militar, o lo que él denomina MIIC ( Complejo Militar-Industrial-de Inteligencia)

 

Su propuesta está, en no pocas cuestiones, a mitad de camino entre la utopía y la ingenuidad, de lo que él mismo es consciente:

 La idea de que las comunidades locales de trabajadores reemplacen a un sistema capitalista globalizado puede parecer utópica. Pero los verdaderos fantasiosos son aquellos que se aferran a la creencia de que podemos seguir viviendo en un mundo Disney de crecimiento capitalista sin restricciones. Los deslumbramientos tecnológicos venerados como maná del cielo no deben cegarnos ante el hecho de que el desfile triunfal ha dejado a su paso a miles de millones de personas que viven en la pobreza y la privación. El consumo insaciable de las élites está robando a las generaciones futuras la base material y ambiental para un nivel de vida razonable, y pone en tela de juicio nuestra propia supervivencia como especie

 

Sin embargo, en este texto (la versión en castellano que ofrecemos es de traductor “mecánico”) toma en consideración algunos de los grandes retos actuales, que tampoco se tienen demasiado en cuenta (al menos en lo concreto) en las propuestas revolucionarias vascas. Por ejemplo, en la sección de conclusiones del capítulo titulado Capitalismo: De la fase delirante a la patológica, nos dice:

miércoles, 21 de febrero de 2024

Las relaciones entre el Movimiento Socialista y el Movimiento Popular

 

 (Ilustración del blog contracultura)

 

 

Hace ya unos seis años que comenzó a tomar cuerpo y forma el espacio político que hoy en día da en denominarse Mugimendu Sozialista (MS). Sus relaciones con ese otro espacio vaporoso denominado Movimiento Popular (MP) han sido bastante tumultuosas, aunque también con experiencias diversas, dependiendo del ámbito tanto territorial como de actuación, y del momento concreto. Creemos que hasta ahora son muy pocas las voces del MP que (al menos de forma pública y más allá de comunicados anónimos) hayan opinado sobre esas tormentosas relaciones, intentando ir más allá de la visceralidad producto del dolor sufrido por las heridas recibidas. Y, sin embargo, nos parece que esa es la única forma para salir de una situación de bloqueo que amenaza con paralizar por completo al MP, que es a quien en realidad perjudica (y quien en realidad nos preocupa). Unido a ello, tras la reciente presentación del documento Nueva Estrategia Socialista. Bases estratégicas para la composición internacional del comunismo, pensamos que existen nuevos elementos para analizar esa relación en su proyección futura. Estas cuestiones acerca de las relaciones ente el MS y el MP son las que intentamos abordar en esta entrada, siempre desde nuestro nada ortodoxo punto de vista, con el ánimo de que puedan servir de algún modo como una contribución más al intento de desencallar la situación, pero sin un planteamiento ingenuo que impida ver la estrategia de fondo del MS hacia el MP.

 

El texto está compuesto por los siguientes apartados:

 

1.- Algunas cuestiones previas

1.a.- Desde dónde elaboramos el análisis

1.b.- El “vaporoso” mundo del Movimiento Popular

2. La relación inicial del MS con el MP

3.- El maltrato del MS al MP se extiende, y en algunos sectores (feminismo) se agrava

4.- El visceralismo predomina como inadecuada respuesta del MP

5.- El inaceptable veto del MP al MS en algunos espacios festivos

6.- ¿Se atisban cambios en el proceder del MS hacia el MP?

7.- Concluyendo

 

jueves, 8 de febrero de 2024

Euskal Herria Bizirik y Ostia sareak

 


 

 

Frente a ese modelo fagocitador, en la Red Euskal Herria Bizirik compartimos un objetivo: garantizar la protección del entorno natural, la defensa de una transición energética descentralizada y de gestión comunitaria, un medio rural vivo y funcional, la universalidad del aprovechamiento de los recursos naturales necesarios para la supervivencia humana sin sobrepasar los límites biofísicos del planeta, garantizando una sociedad basada en la cooperación, el bien común y la descentralización en la toma de decisiones. La lucha contra todos estos megaproyectos es imprescindible y muy urgente.

(Euskal Herri Bizirik Sarea)

 

Arbonako okupazioaren ondotik jalgi Ostia kolektiboan, herrietan diren dinamikei laguntza eman nahi izanez eta beste taldeen gogoak kontuan hartuz, jauzi berri hau helburu zehatz bati lotu nahi diogu: bihar, multinazionalek eta etxegintza enpresek dituzten eraikuntza asmoei erantzun garbia eman. Zer gertatuko litzateke, okupazio iraunkor bat iragartzearekin ez bada aski, benetan hunkituak izanen diren eremuetan molde herrikoian, determinatuan eta festazalean instalatzen bagina? Nola erantzungo luke prefeturak? Indarrez biztanleak eta herri oso bat kanporatu, lanak egin behar dituzten hilabete luzeetan lekuak militarizatu? Zer gertatuko litzateke, hamarnaka, agian ehunka pertsona komisariara eta Baionako auzitegira eraman behar balituzkete, guzti hori interes pribatuak salbatzeko? Ikustekoa. Dena den, saiatzeak benetan merezi du. Beraz, noiz hasten gara?

(Ostia Sarea)

 

Si no somos capaces de entender definitivamente que Ama Lurra es el principio de todo, y que sin ella no somos nadie, porque por ella somos, es que no entendemos nada. Una idea tan simple en ciertos momentos como los actuales, debería estar en el centro de los análisis y prácticas de cualquier movimiento revolucionario y/o transformador que pretenda serlo realmente. Por eso nos alegra ver el nacimiento de Euskal Herri Bizirik Sarea y que tantos colectivos e iniciativas particulares hayan sido capaces, en los tiempos que corren, de ponerse de acuerdo para defenderla de las múltiples amenazas que el brutal sistema neoliberal capitalista cierne en torno a los mares, tierras, profundidades y aires que conforman Ama Lurra. Por eso celebramos también la continuidad que a un trabajo similar, con matices y objetivos concretos tal vez distintos (pero una misma raíz) le está dando el colectivo Ostia Sarea en Iparralde.

 Esta entrada de hoy está pues dedicada a estas iniciativas que sin tanta etiqueta de revolucionarias nos parece que realmente van al fondo y a la raíz de los problemas, haciendo frente a quienes intentan imponer su modelo, al mismo tiempo que, con la propia forma de autoorganización, lucha y solidaridad, van abriendo surcos donde depositar su semilla en Ama Lurra con el convencimiento de que tarde o temprano brotarán frutos realmente distintos

 Para que quienes no los conozacan puedan hacerlo ahroa, os dejamos, por un lado, con el texto de presentación de Euskal Herri Bizirik Sarea, y sus primeras iniciativas a las que nos convocan, así como la forma de contacto. Por el otro, varios textos y entrevistas con personas de Ostia Sarea que pueden servir para conocer su plantemiento y recorrido.

 Larga vida y mucho éxito a ambas iniciativas. Es el futuro de Ama Lurra lo que está en juego, y por lo tanto el de todas las que la habitamos.

 

 

 

 

                                           Euskal Herria Bizirik Sarea sortu da

 

    Lurraldearen defentsan lanean ari garen Euskal Herriko hainbat herri mugimendu eta plataforma ezberdinek gure indarrak, ezagutzak eta ekintzak batu ditugu natura eta landa-ingurunea suntsitzen dituzten makroproiektu andana baten inposaketari aurre egiteko.

     Lan horretan, arreta berezia jarri dugu Euskal Herrian gaurdaino iraun duten ekosistema natural eta sozialen babesean, defentsan eta kontserbazioan. Lurreko eta itsasoko habitatak suntsitzea eta atmosferaren kutsadura egungo kontsumo neurrigabea eta etengabeko hazkundea oinarri dituen ereduaren ondorio dira. Gure planetan bizitza ahalbidetzen duten ezinbesteko baldintza ekologikoak arrisku larrian jartzea da horren emaitza.