domingo, 21 de julio de 2024

Belaunaldi krisia. Ok boomer (BELARRIJANA 04). Gedar TBko Z belaunaldikoen ikuspuntua.

 

 


 

Aspalditik onartu genuen belaunaldi militante iraultzaile edo eraldatzaile ezberdinen artean komunikazio politiko irekiagoa ezartzeko zailtasuna. Bereziki, Boomer edo X belaunaldietan kokatzen garenon eta Z. belaunaldiaren artean. Batez ere, Z belaunaldiak belaunaldi arrakala (edo haustura) ezartzea erabaki duelako, besteak beste konbentziturik, pentsatzen edo egin genuena (gure asmakuntzak eta gure akatsak) interesatzen ez zaizkielako. Erabaki politiko bat da, eta oso errespetagarria (gustatu ala ez). Hala ere, boomer eta X belaunaldietako militanteak ez gara gutxi, Z belaunaldiaren planteamenduak eta ikuspuntuak zehatz-mehatz ezagutzea gustatuko litzaigukeenak, nahiz eta horretarako bidea bakarrizketa bat izan, non belaunaldi Zk hitza hartu, eta besteok adi entzun.

 

Entzute hori nola artikulatu behar genuen bueltaka ari ginenean perla bitxi batekin topo egin dugu: Gedar TBren Belarrijanako laugarren bideo/podcast-a, Belaunaldi krisia. Ok boomer izenekoa, non, modu desenfadatuan (ateraldi mamitsuak ere), Mugimendu Sozialistako bi pertsonak Bommerretik Z-ra doazen belaunaldi bakoitzaren deskribapena egiten duten, haien ikuspuntuetatik.

 

Bideo entretenigarria eta informala da (baina asmo politikoarekin, zentzu onean), eta lehen 45 minutuak eta azken ordu laurdena gomendatzen dizkizuegu bereziki. Ideia asko gustatu zaigu. Hori bai, ea jarraipena ematen diozuen, eta planteamendu berberarekin beste arlo batzuk jorratzen dituzuen;  esate baterako, zuen begiradatik nola ikusten dituzuen belaunaldi bakoitzak politika, militantzia, konpromisoa edo iraultzaren inguruko izandako jarrerak (edota deribak). Hori jakiteak zuek hobeto ulertzen seguru laguntzen digula. Hala bedi!! eta 999 eZker egilei!!




sábado, 6 de julio de 2024

La Comunidad Autoorganizada. Notas para un manifiesto comunero (Miguel Mazzeo)

 


 

 Al no centrar todas las expectativas utópicas en el momento de la revuelta, de la rebelión, de la refundación de la polis, o de alza del conflicto social –ya sabemos que son momentos esenciales del autoaprendizaje y la autoeducación popular, pero también sabemos que son extraordinarios y atípicos– hemos intentado pensar las posibilidades de creación de una subjetividad revolucionaria y de una política radical (orientada a la refundación de lo político y a la producción de comunidad) en los momentos de estabilidad o de reflujo, en las temporalidades que parecen imperturbables, cuando no abundan los indicios de intervenciones práctico-críticas radicales, cuando no asoman las fuerzas desbordantes: una política radical y un tipo específico de acción directa para los “tiempos ordinarios” (superficialmente ordinarios). Una política de la espera. Pero no de una espera pasiva, sino de una espera que va abriendo brechas y va construyendo la trasformación. La comunidad autoorganizada es un territorio de la espera activa, un campamento en que se preparan las “utopías generales”.

En esta línea, consideramos que el marxismo no debería ser reducido a una “filosofía de la crisis” o a una “filosofía de la revolución” (a una filosofía que entiende a la revolución como acontecimiento y no como proceso). El marxismo es eso, sin dudas, pero es más que eso; es, al decir de Antonio Gramsci, una filosofía de la praxis. Ese reduccionismo, junto a otros similares, idealiza algunas vías y niega la diversidad (y la posible complementariedad) de los caminos emancipatorios y de los agenciamientos colectivos revolucionarios

(…) Queremos insistir en un ítem: lo que nos importa en verdad es aquello que, en las mismas sociedades capitalistas, desborda las relaciones sociales capitalistas, lo que no las reproduce (y no reproduce la totalidad del capital); lo que permite romper el círculo vicioso entre el ser social (ser en/para el capital) y la conciencia. Las praxis que remiten a otros modos posibles de la existencia: modos cooperativos, solidarios, afectivos y éticos. Las praxis que brotan de la tozudez del ser social y de la inteligencia de la lucha de clases, que moldean los enfrentamientos colectivos y que expresan políticamente el rechazo a la división del trabajo, a la disímil distribución del producto social y a la elevación de la propiedad privada a categoría ontológica.

(…) Esta universalidad no esquiva el mayor de los desafíos posibles: reconstruye un singular en el seno de un plural. Para horror de las, los y les intelectuales “post”, reinstala la idea (y recoge las hipótesis abandonadas) del sujeto histórico transformador del mundo y la vida, del fundamento y la esperanza. Tengamos presente que de esta última idea se alimentan las revoluciones y menos, mucho menos, de la desesperación. Al mismo tiempo, la universalidad de marras reconoce el valor de la lucha por lo perdurable.

(Miguel Mazzeo, autor del texto)

 

A lo largo de las páginas de este libro, desde las lecturas y críticas sobre la modernidad, sobre la necesidad de renovar universales emancipadores, sobre los puntos de partida, hasta los planteamientos sobre la prefiguración, las TATC, la relación y la lucha contra, desde y más allá del Estado, y los diferentes aspectos relacionados con las transiciones la democracia comunal y la comunidad se encuentran una y otra vez como parte de un mismo puzzle, como parte de una misma totalidad política que clama futuro desde el presente. Como decíamos al inicio, reflexiones como las que se esbozan en este libro son fundamentales, y más en el tiempo histórico de crisis decadentes que nos ha tocado vivir, y dónde otra vez las tensiones entre lo mejor y lo más rancio y conservador del género humano lucharán ante los tiempos difíciles que vienen para la humanidad. Frente a las posiciones de derechas que plantearán salidas populistas, ultraliberales y fascistas, se deben alzar las comunidades autoorganizadas con planteamientos colectivos para abordar las necesidades concretas del presente pero con una perspectiva y discurso de largo alcance. En esa batalla, la construcción y el despliegue de las comunidades autoorganizadas será fundamental. Por ello, acabamos reconociendo el esfuerzo y dando las gracias a Miguel Mazzeo por la contribución que hace con este texto para las luchas sociales y subalternas. Nos parece que hace una bonita y necesaria aportación desde esa espiral praxista de la práctica-teórica-práctica para seguir construyendo el paradigma de la democracia comunal ensayado y experimentado desde los procesos y los laboratorios populares. Sigamos alimentando el hilo comunal que atraviesa la historia, sigamos sembrando desde las comunidades autoorganizadas praxis presentes llenas de futuro.

(Saul Curto, en el epílogo del texto)

 

 

A veces, nos dan tentaciones de comentar textos sin desvelar su autoría, para que no funcionen los prejuicios, y poner sobre la mesa también el hecho de que entre las distintas propuestas o prácticas revolucionarias y populares/comunales puede haber más puentes de los que parece… si no fuera porque, en no pocas ocasiones, nos vencen esos prejuicios sobre quién sea la persona que lo firma. Luego, nos damos cuenta de que si, como en esta ocasión, lo que queremos es acercaros partes de un texto como incitación a la lectura completa… pues el anonimato es imposible. Algo de esto nos ha sucedido con “La Comunidad Autoorganizada. Notas para un manifiesto comunero” de Miguel Mazzeo (publicado recientemente por la Editorial el Colectivo) que es el libro que hoy traemos a este blog y del que os dejamos una recopilación de algunos capítulos o partes del mismo que ya han ido apareciendo en distintos lugares

 

Porque, por ejemplo, hay partes del texto que creemos que, sin conocer previamente su autoría, podrían llegar a pensarse hechos por alguien como Gustavo Esteva: