Como ya comentamos en su día, los pasados 28, 29 y 30 de diciembre tuvo lugar en San Cristóbal de las Casas la primera parte de los Encuentros de Resistencia y Rebeldía convocados por el Zapatismo, que contaron con la presencia de 1.079 firmantes de la Declaración por la Vida; 245 grupos, movimientos u organizaciones, 35 medios libres, y más de 900 zapatistas. El lugar de procedencia de las personas asistentes era de prácticamente todos los Estados de la República Mexicana, y de 46 países o geografías del mundo. Los videos y audios están disponibles en esta página de enlace zapatista.
Para quienes no hemos tenido oportunidad de oír a las gentes de las comunidades zapatistas explicando sus análisis y actual proceso, es todo un descubrimiento oír a decenas de ellas, ellos, elloas, contarnos los detalles de todo ello. Mucho más si tenemos en cuenta que “el Castilla” que utilizan para ello es en muchos casos su tercer, cuarto o quinto idioma. Así que el esfuerzo es muy notable y de agradecer. Y consiguen hacerse entender, que es de lo que se trata. Ya quisiéramos conseguirlo algunas con un tercer idioma, al que habitualmente ni llegamos.
No obstante, el captar en toda su profundidad el mensaje de las y los compas, no depende sólo del conocimiento de idiomas. Así, a quienes no conocemos bien la cultura de las comunidades indígenas, ni su cosmovisión, ni sus referencias vitales… nos viene de perlas la labor de traducción/explicación que habitualmente realiza el capitán Marcos, quien ha dejado claro en sus intervenciones en este encuentro que sigue en plena forma en su “labor traductora”, tanto en lo pedagógico, como en los humorístico y, sobre todo, en la claridad sin concesiones, que es la que practican las comunidades zapatistas. Ello lo lleva a cabo a través de sus intervenciones denominadas “La Cofa del Vigía”, especialmente de la denominada “Señales al mañana”, de la que ahora, para animar a que la escuchéis entera, vamos a resumir algunos de los principales pasajes.
El capitán, como ya sugirieron hace tiempo, nos pone mirando a 2144, es decir, dentro de 120 años:
Vamos a suponer lo siguiente, se imaginen. Imaginen que un compañero o compañera ciudadano, (ustedes no tienen que sentirse ofendidos porque digamos ciudadanos, nos estamos refiriendo a su lugar de lucha de resistencia, así como los de Europa les decimos del charco -no podíamos decirlo antes porque no habíamos brincado el charco, pero ahora ya lo brincamos). Entonces hagan de cuenta que se acerca un ciudadano o una ciudadana, alguno de ustedes y me dice, capitán, quiero hablar contigo. Yo lo primero que pienso es que no me puse el pantalón y que ese compañero y compañera con mucha discreción me va a decir, estás en pelotas, capitán (tampoco hay mucho que ver, eh) Pero bueno, yo pienso bien de ese compañero o compañera y digo, sí, di, mi compañera. La compañera o compañero trae cara de ¡patria o muerte! ¡Venceremos! ¡No nos moverán! O sea, está firme, ¿no? Entonces me dice, Oye, capitán, ustedes están chingue y jode con lo del día después y están con eso de que dentro de 120 años, ¿no? ¿cómo es eso? Entonces yo le digo, ahí lo vamos a ver, compañero o compañera. Y entonces le pido a los compañeros y compañeras tercios: compa comuníqueme como el año 2144, dentro de 120 años.
Consiguen ponerle en comunicación con ese año, y en la transmisión aparece una niña de 7 años. Y sigue su relato el capitán:
pero usted lo que quiere saber es cómo es el futuro; es lo que le quiere preguntar y entonces pregunta, ¿cómo están allá? La niña parece entender ahora porque hace gestos, se acciona y le responde: depende. Usted maldice que está hablando con una niña y no con un especialista, un gobernante o una historiadora. Así que, desesperado o desesperada, usted responde, ¿depende de qué? Y la niña le vuelve a responder: depende de qué estás haciendo allá en tu calendario. Se corta la comunicación. Usted maldice al equipo de apoyo, a los tercios compas, a los medios libres, a los Gales, a los Acegazes, a los Acegazes, al Comité Clandestino Revolucionario Indígena, comandancia general, etcétera, a los zapatistas en general y en especial al capitán, por ponerle a usted, una persona seria y respetada y respetable, en esa situación absurda. El capitán solo sonríe, como diciendo, odio decir que te lo dije, pero te lo dije. Mientras, usted cae en la cuenta de que lo que importa no es esa comunicación, sino poder responder a la pregunta de qué estás haciendo ahorita, para que yo te pueda contestar, qué está pasando dentro de 120 años.
El capitán nos sitúa también tanto en el momento actual del zapatismo, como en el marco que le quieren dar a estos Encuentros por la Resistencia y la Rebeldía: