domingo, 27 de noviembre de 2022

KURDOEKIN BAT!!: La Revolución en Rojava: mucho que aprender del Confederalismo Democrático

 


 En estos momentos en que la solidaridad con el pueblo kurdo y su revolución es imprecindible ante los graves ataques asesiones de Erdogan y el ejército turco que está padeciendo, vaya esta entrada a modo de apoyo a su increible lucha de la que tanto hay que aprender. (Más información sobre la situación actual en esta entrevista de Argia, y en el comunicado firmado por 187 organizaciones sirias)

La revolución de Rojava es uno de los procesos de transformación social más profundos que se pueden observar desde hace décadas. Pocos eventos han tenido un efecto empoderador a nivel popular tan fuerte. Solo por este hecho merece nuestro respeto y solidaridad. Pero no solo por eso. La revolución de Rojava supone un rayo de aire fresco para los movimientos contestatarios de todo el mundo, de la misma forma que lo fue Chiapas en los años 90’. La experiencia de Rojava supone un salto cualitativo respecto al resto de revueltas de la actualidad, tanto a nivel de práctica revolucionaria como a nivel de teoría política. El movimiento de Rojava ha conseguido hacer avances allí donde muchos de los revolucionarios occidentales llevaban años estancados, elevados en sus tronos de pureza ideológica. Sobran los motivos para fijarnos en Rojava, en su experiencia y en sus aprendizajes. 

(Nota editorial de la Editorial Descontrol en La Revolución ignorada. Liberación de la mujer, democracia directa y pluralismo radical en Oriente Medio (VV.AA.)

Cuando la práctica mostró  que la narrativa marxista-leninista les estaba conduciendo a un callejón sin salida, la organización se abrió a actualizar el análisis y la cosmovisión de partida con el conocimiento práctico que  habían ido obteniendo, pudiéndolo realizar antes de llegar al estancamiento.

En este proceso, el PKK se da cuenta que para  llevar a cabo la revolución les hace falta de entrada una revolución en la forma de analizar la sociedad. Hay que romper con el positivismo científico que impregna las ciencias sociales (y por lo tanto también con el marxismo, que comete este grave error de base) y establecer una nueva ciencia, que no caiga en la diferenciación entre sujeto (el que estudia) y objeto (la sociedad, en este caso); que no pretenda ser imparcial ante la dominación, sino que tome parte a favor de los pueblos. A diferencia de la ciencia fomentada y tutelada por los Estados, la forma de conocimiento que edifica este nuevo paradigma es producida por los propios pueblos. Es en esencia un acto en que la sociedad-comunidad busca conocerse a sí misma: su historia, sus culturas, sus lenguas y las cosmovisiones que esconden, sus mitologías...

(…) De entrada, la revolución de Rojava nos interpela a hacer autocrítica sobre por qué no estamos sabiendo construir un movimiento revolucionario potente en nuestro territorio, a deshacernos dentro de lo posible, de nuestra mirada de superioridad occidental (y de los mitos que lo alimentan como el «progreso»), a detenernos a conocer a fondo el movimiento del CD y así entender mejor por qué está consiguiendo éxitos que nosotros no podemos ni soñar actualmente, a desarrollar nuevas estrategias y líneas de trabajo revolucionario a partir de lo que hemos aprendido... en definitiva, a seguir el liderazgo que está ofreciendo este movimiento en la lucha contra la Civilización Estatal, tomándolo más seriamente y siendo más capaces. Como se ha explicado anteriormente, esto queda lejos de un seguimiento ciego y acrítico, así como de la pretensión de trasladar a nuestro contexto, «piedra a piedra», la estrategia que funciona en Oriente Medio.

(Aprendamos de la revolución de Rojava (Baran Pedraforca)

 

Como se puede ver en la imagen de cabecera de este blog, las revoluciones zapatista y kurda son para nosotras toda una fuente inspiradora. Sin embargo, tal como acabamos de ver en los párrafos iniciales y los títulos de los textos a los que pertenecen, la revolución kurda en Rojava (bueno, no solo kurda, y no solo en Rojava) es (a escala global, pero también en EH) una revolución ignorada, de la que, sin embargo podríamos aprender mucho. El desconocimiento sobre esta revolución llega hasta el punto de que, hablando con algunas personas de las que se mueven en la actualidad en colectivos o iniciativas que están planteando la revolución en EH, nos ha llamado la atención la poca (y a veces confusa o errónea) información que parece haber al respecto, incluso en alguna de las propuestas revolucionarias que dice basarse en ella para defender la idea del centralismo democrático, que responde al planteamiento inicial del PKK, pero que está muy alejado de lo que supone su propuesta posterior de Condeferalismo Democráctico.

 Creemos que parte de ese ignorar a la Revolución kurda por no pocas de las propuestas revolucionarias vascas actuales tiene que ver con que, lo que inicialmente era un planteamiento típico de revolución de corte marxista-leninista, haya evolucionado a una propuesta que, entre otras cosas, supone también un cuestionamiento de algunas de las bases fundamentales de ese enfoque clásico. Tal y como recoge Zibechi en el prólogo al tomo 2 del Manifiesto por una Civilización Democrática, Civilización Capitalista, algunos de esos cuestionamientos se resumen en:

 La crítica a El Capital de Marx es demoledora, pero sobre todo es muy valiente, muestra el tipo de valor de un pueblo/prisionero que sólo tienen sus cadenas para perder, porque ya perdieron la libertad y la muerte les pisa los talones. En esa situación extrema, casi al borde del abismo, Öcalan nos brinda una estupenda crítica del modernismo capitalista que atraviesa la principal obra del socialismo científico. “El Capital funciona como un nuevo tótem que ya no es útil para los trabajadores”. Y relaciona esa conclusión, “al error de intentar delimitar al terreno de la economía, cuando el capitalismo no es economía, y a considerar económicos aspectos básicos que no lo son” (p. 214).

La obra de Marx es tributaria, según Öcalan, de “una ofuscación mental ́ilustrada ́”, de cuño positivista y economicista, visión del mundo a la que responsabiliza por el fracaso de siglo y medio de luchas por la libertad y por una sociedad democrática

(…) En una mirada muy profunda sobre las sociedades, sostiene que la llamada lucha de clases no es el motor de la historia, sino que los conflictos verdaderos suceden entre conjuntos sociales, a los que denomina “la sociedad estatal y las sociedades democráticas”. En su profunda vocación anti-estatista, rechaza el concepto de hegemonía como instrumento analítico y propuesta de quienes pretenden cambiar el mundo. “La hegemonía significa poder y el poder no puede materializarse sin dominio, que no puede existir sin el uso de la fuerza” (p. 301).

No obstante, no confunde Estado con poder. Sostiene que el poder es una tradición, la más antigua, que tiene especial tendencia a la concentración. El Estado, por su parte, es algo más concreto pero de mayor duración, que “se formó en base a un sistema jerárquico sobre la domesticación de la mujer, con la servidumbre y la esclavitud”. “El poder contiene al Estado pero es mucho más que el Estado”, escribe Öcalan.

(…) Sólo resta decir que sería necesario que los militantes de todo el mundo se familiaricen con la obra de Abdullah Öcalan y con la resistencia del pueblo kurdo. Es una de las tareas más urgentes ya que, junto a los zapatistas de Chiapas, encarnan lo mejor de la acción emancipatoria y del pensamiento crítico de este período. Dejarnos iluminar por su sabiduría no puede sino enriquecer nuestras luchas.

 

Teniendo en cuenta todo ello, nos ha parecido oportuno acercar algunos textos sobre la revolución en Rojava, pero no tanto los habituales, sino otros que nos permitan conocer algunos de los entresijos de esa revolución de una forma más humana o más accesible, al tiempo que pudieran ser herramientas para ayudar a obtener aprendizajes y cuestionamientos de provecho para cualquiera que se plantee ser parte activa de un proceso de revolución o transformación en la Euskal Herria actual.

 El primero de ellos se trata de La Revolución ignorada. Liberación de la mujer, democracia directa y pluralismo radical en Oriente Medio , publicado en Descontrol (189 páginas), y que recoge textos de diferentes personas autoras (Gatamaula, Marta Jorba,  Jordi Vàzquez, Joaquín Martínez Martínez, Solidaridad Kurdistán, @BlackSpartak, Janet Biehl, David Graeber, Ercan Ayboga, Laia) del que, además del párrafo del prólogo que ya hemos reproducido al principio, adjuntamos ahora, como cebo para incentivar su lectura, estos párrafos del Epílogo, escrito también por la propia editorial.

 Como conclusión podemos decir que el proceso de Rojava no está exento de problemas, sombras o contradicciones. Es un proceso revolucionario que se está llevando a cabo en medio de unas condiciones durísimas y con unos precedentes muy desalentadores. Sin embargo están consiguiendo llevar adelante este proyecto y están aportando un ejemplo a seguir para las personas revolucionarias de todo el mundo. Evidentemente la lucha no se puede llevar a cabo en todas partes de la misma forma, pero su teoría y praxis es suficientemente flexible para servir de inspiración en cualquier contexto. En todo caso creo que hay algunas lecciones muy valiosas.

(…) Por otro lado han demostrado un gran pragmatismo, capacidad de ceder y de hacer autocrítica. Pasar de ser un movimiento marxista-leninista a otro de inspiración libertaria tiene mucho mérito. El cuestionamiento de las propias propuestas y la capacidad de cambio se han demostrado muy saludables y sobre todo les ha permitido tener una relación no-dogmática con su propia ideología. Crean los conceptos ideológicos a partir de la práctica y no al revés.

También creo que es muy interesante su concepción de lo que es su proyecto político del Confederalismo Democrático. Para el movimiento revolucionario este no es una propuesta de cómo se debería organizar la sociedad en un mundo ideal o de cuál es el modo de producción que se llevará a cabo después de la revolución. Para ellos y ellas el Confederalismo Democrático representa un proceso, es un modelo que se adapta, que es voluble y flexible, por el que se va construyendo la sociedad deseada. El Confederalismo Democrático no es el objetivo, sino el medio por el cual se llega a la liberación de la sociedad.

Por todo ello creo que los movimientos contestatarios occidentales deberían replantearse  muchas cosas, tales como el uso de las etiquetas ideológicas o el dogmatismo teórico; que nos llevan a crear diferencias entre movimientos que quizás no son tan diferentes y a ver adversarios allí donde podríamos ver camaradas. Hay que actualizar las propuestas políticas, así como las estrategias. Se deben abandonar los tronos de cristal desde los que se analiza la sociedad para pasar a un contacto directo con la realidad social, que muchas veces nos llevará a contradicciones prácticas, pero también a la búsqueda de nuevas soluciones. Y también hay que abandonar las comodidades de la vida diaria en las que todos, en mayor o menor medida, nos hemos abandonado. Llevar una vida consecuente pasa de ser una opción política a una necesidad revolucionaria.

Finalmente creo que el principal aprendizaje es que la transformación social no es un suceso, sino que es un proceso. Un proceso largo, que vive momentos de aceleración y momentos de ralentización; pero que sólo avanza si existe organización, determinación y fuerza.

 El segundo, trata la cuestión desde un punto de vista más humano. Se trata de Aprendamos de la revolución de Rojava (105 páginas, también de la Editorial Descontrol, que tiene una colección dedicada al tema, Sol de Revolta), escrito por Baran Pedraforca, que acomete la escritura de su texto desde el siguiente enfoque:

 ¿Cómo es que en Europa, y en Catalunya en particular, donde tenemos la inspiración y herencia del anarquismo de inicios de siglo XX , no estamos sabiendo crear una fuerza que pare la degradación de la sociedad y la vida en esto que podríamos denominar sistema capitalista, construyendo como respuesta un modelo democrático y comunitario? ¿Cómo es que en el Kurdistán parece que se está consiguiendo hacer pasos mucho más firmes en este sentido? ¿Cómo aprendemos? ¿Cómo nos podemos poner las pilas?

(…) La voluntad de profundizar en su conocimiento, de aprender, de hacer autocrítica y de trazar líneas y propuestas de cara a trasladar los aprendizajes a la práctica nos llevó a aprender la lengua kurda y viajar a Rojava. Sólo fueron tres meses de estancia allí, tiempo insuficiente para tener una comprensión total de lo que pasa, pero suficiente para generar reflexiones que creo que nos pueden ser útiles a todas aquellas personas que queremos defender y construir esta vida en la que creemos. Este texto es un intento de trasladároslas, para contribuir al debate sobre cómo impulsamos el proceso revolucionario en Cataluña (y en Europa, y en el mundo...).

 Por ello en el libro de Pedraforca nos vamos a encontrar, por un lado descripción y análisis militante de lo que supone la Revolución de Rojava

 El problema de la modernidad capitalista (y de toda la «Civilización Estatal») según cómo se entiende desde el movimiento del Confederalismo Democrático se podría resumir como que el individuo es separado de la sociedad para ponerlo al servicio de las dinámicas de dominación.

(…) La concepción de «libertad individual» se considera parte del problema: la libertad es vacía si la persona no la vive y la construye desde la sociedad-comunidad, desde los vínculos de amor con otras personas y ha sido el Estado quién ha promovido una concepción fraudulenta de la libertad para erigirse como único garante de esta y a la vez desintegrar las relaciones comunitarias. En particular en Occidente, las personas hemos sido educadas en estos valores individualistas, y los llevamos muy adentro. Seria muy necesaria pues, una reflexión profunda del tema para deshacernos de las numerosas y profundas implicaciones de esta «libertad individual», sin caer en el otro extremo negando el individuo y la autonomía individual, idea inseparable de la autonomía colectiva. Con todo esto, la situación de cara a buscar salida en el pozo civilizacional donde estamos es clara: nuestra acción transformadora pasa por rehacer los vínculos entre individuo y sociedad.

(…) Otros conceptos relacionados con esto son el esfuerzo y la autodisciplina. En palabras de una militante del PKK, la tarea revolucionaria tiene que «conectar el esfuerzo con la vida, de forma que sea algo que la gente hagamos con alegría». Y esto no es algo que surja espontáneamente -en particular en personas que cómo nosotros han crecido rodeados de valores individualistas y hedonistas- sino que hay que entrenarlo, y para entrenarlo hace falta autodisciplina. Me refiero aquí en primer lugar a la autodisciplina personal, como capacidad de perseverar en unas pautas de trabajo que venzan las tendencias propias al acomodamiento, así como al conjunto de prácticas que se pueden establecer colectivamente para favorecer este trabajo. Nuevamente esto choca con lo que decíamos más arriba, del individualismo y la «libertad individual».

 Pero, por otro lado, aporta también un esfuerzo por contemplar los posibles aprendizajes que nos aporta, así como las dificultades para aprovecharlos:

 Precisamente, creo que este ha sido uno de los problemas de la mirada que desde Occidente – incluso desde sectores «libertarios» o «revolucionarios» – se ha puesto sobre Rojava y el PKK: una mirada desde arriba, desde una supuesta superioridad occidental para juzgar «imparcialmente» lo que está pasando en todo el mundo, sin involucrarse, desde la tribuna, sin ver qué conecta con nuestros propios problemas y carencias.
Para poder entender y aprovechar la sabiduría de lo que en Rojava se está construyendo creo que hay que hacer un cambio en la forma de mirarla:
• Deshacernos dentro de lo posible de la concepción del mundo occidental-céntrica, esa que llevamos muy adentro, de lo mucho que nos han repetido una versión sesgada de la historia que nos sitúa a nosotros al frente de la civilización en su supuesto «Progreso». Esto además de ser progresivamente refutado en la actualidad por el colapso de los Estados del «Bienestar» y del modelo capitalista, obstaculiza enormemente el hecho que podamos entender otros contextos complejos como el de Oriente Medio, y aprender de voces como las kurdas, que ofrecen vías de salida a la trampa civilizacional donde estamos metidos. Es cierto que los horrores del «Socialismo Real» de la URSS nos empujan a ser prudentes a la hora de valorar experiencias revolucionarias lejanas, pero instalarnos en una desconfianza por defecto es tanto o más perjudicial.

(…) En Catalunya, incluso en los movimientos sociales, hay mucha gente que califica de «pretencioso» afirmar que «queremos contribuir a la revolución», y ya no hablemos de considerarse «revolucionario». Entiendo que en gran parte se debe a que, en momentos como el 15M y por parte de algunas organizaciones y colectivos, se haya banalizado la palabra «revolución». Al mismo tiempo, sin embargo, creo que calificarlo de «pretencioso» es un planteamiento erróneo, que nos corta las alas. Como hemos visto, dedicarse a la revolución es una apuesta vital que va más allá del juicio de lo que es posible o lo que no, y por lo tanto considerándonos revolucionarios no estamos pretendiendo que podamos hacer la revolución, sino que simplemente queremos dedicar la vida a ello. Para las personas, en el fondo, nuestras creencias son tan importantes como la «realidad» misma, y el hecho de creer en que se pueden cambiar las cosas y desarrollar una sociedad donde el amor y la comunidad sean motores principales es algo que nos da fuerza, algo de lo que hacer bandera y contagiarnos los unos a los otros!

(…) los movimientos sociales en Catalunya hemos tendido a generar formas de lucha más bien poco conectadas con nuestra sociedad: los «ghettos» ideológicos o de estilo de vida; los centenares de actividades y acciones de autoconsumo, que no interesan a la inmensa mayoría de la población porque las perciben alejadas de sus problemáticas reales y con un lenguaje que a menudo no entiendes si no eres del «ghetto»; la falta de análisis sobre cuáles son los problemas reales de las diferentes personas de nuestra sociedad y cómo se conectan estos problemas concretos con las cuestiones globales y civilizatorias; el «vender humo» de muchas organizaciones e iniciativas, a veces bajo la funesta pretensión de que la revolución se puede construir a partir de la manipulación de las personas con fines «revolucionarios», como si de un rebaño de ovejas se tratara; etc...

Para mí, todos estos problemas concretos tienen un gran problema de base: no estamos siendo capaces de creernos la lucha como algo serio a través de lo que impulsar una transformación revolucionaria de la sociedad, sino más bien como una afirmación individual de «coherencia» ante la degeneración social que vivimos. La sensación de derrota impera sobre el optimismo y los sueños de transformar la sociedad, y esto hace que tendamos a quedarnos con aquellas opciones que nos permiten una cierta «liberación personal» autorreconfortante sin entrar en la dura lucha que supone buscar despertar motivación transformadora en la gente de nuestro entorno.

 Sin embargo, estos textos son escritos desde fuera, y por hombres, cuando la Revolución kurda se realiza muy desde dentro y principalmente por mujeres, así que nos ha parecido que, para ser fieles a ese espíritu de Rojava, había que incluir textos o vídeos de mujeres, contando esa revolución desde dentro. Y el primero que nos ha parecido adecuado es la interesantísima entrevista que publicó Argía a una joven cuadro de la Revolución, que os dejaremos a continuación. En segundo lugar, el video donde mujeres de las YPJ cuentan su propia experiencia. Además, aunque no sea una mujer protagonista de la Revolución kurda, creemos relevante también incluir un artículo de Meredith Tax, (fallecida recientemente a los 80 años), una de las principales valedoras de la Revolución de Rojava dónde y en USA.

 Esperemos que estos materiales aporten más conocimiento sobre la Revolución de Rojava (que ya ha cumplido 10 años de existencia) y, sobre todo, despierte las ganas de profundizar en todo lo que aporta, todo un tesoro para cualquier planteamiento revolucionario y/o transformador.

 

 

LAS YPJ CONTADAS POR ELLAS MISMAS

 

En 2012 se creaban las YPJ (Unidades de Protección de la Mujer-Yekîneyên Parastina Jîne) compuestas por unas 10.000 mujeres combatientes. La imagen de mujeres portando AK-47 impactó en el mundo, lo que impulsó el interés por la revolución antipatriarcal y de democracia comunalista que se estaba llevando a cabo en el Kurdistán Sirio, Rojava.

Junto con las Unidades de Protección Popular mixtas, YPG, prosigue su exitosa defensa y lucha por un nuevo modelo de sociedad libre en Siria y todo Oriente Medio, el Confederalismo Democrático.

En palabras de una de sus comandantes Nesrin Abdullah: “En este momento en Kurdistán el papel de las mujeres es histórico, no sólo para las mujeres kurdas y del Medio Oriente sino también a un nivel internacional. La meta de nuestra lucha es la creación de una nueva sociedad que empiece con una visión ecológica, de respeto a la naturaleza y la afirmación de los derechos y la identidad de las mujeres”.

Publicado por Ragihandina YPG. Traducido y subtitulado al castellano por Rojava Azadî.




RONAHI KURDISTANE (PKK kurduko koadroa)

“Mentalitateen iraultza egiten dugu guk”

Aitziber Beitia Laiotz

2022ko uztailaren

Uztailaren 19an hamar urte bete dira Rojavako iraultza hasi zenetik Siria ipar-ekialdean. Hamar urtez Konfederalismo Demokratikoaren sistema garatzeko lanetan dabil Kurdistango Askapen Mugimendua: egitura komunalak sortzen, Estatu Islamikoaren kontra borrokan eta Turkiaren inbasioei aurre egiten, besteak beste. Alarma egoera ezarri berri da lurraldean, Turkia erasoaldi berri bat abiatzekoa delako, NATOren onespenarekin.

PKK, Kurdistango Langileen Alderdia da askapen mugimenduaren erreferentzia ideologikoa. Bere militanteak koadro politikoak dira, eta aipagarria da borrokarekiko duten dedikazioa. Alderdira batzean uko egiten diote jabetza pribatuari eta harreman sexu-afektiboei, eta bizitza mendietan gerrilla borrokan edo gizartearen dinamizazioan ematen dute. PKKko milaka koadro politiko daude mundu osoan zehar, eta urte gutxitako bizitza laburra izan ohi dute. Beren lana eta ikuspegia zein Rojavako prozesua ezagutu nahian elkarrizketatu dugu, Kurdistan hegoaldeko Bashur hiriran, 22 urteko Ronahi Kurdistane PKKko koadroa.

Noiz batu zinen PKKra eta zergatik?

2016an batu nintzen. Arrazoia, batez ere, kide koadroen jarrera izan zen, gizartean egoteko daukaten modua. Baina nigan eragin gehien izan zuena emakumeen antolakundera hurbiltzea izan zen, bertan ikusitakoak erakarri ninduen.

Zein izan da urte horietan zure ibilbidea?

Rojavan batu nintzen antolakundera. Formakuntza bat egin bertan, eta zuzenean mendietara batu nintzen. Mendian ere hainbat formakuntza eta heziketa egin ostean Rojavara itzuli nintzen, eta bertan eman zidaten herri arabiarrarekin lan egiteko ardura. Urtebetetik gora Manbij-en egon nintzen lanean, Siria ipar-ekialdeko hiri arabiar batean, Eufratesen beste aldean.  

Gizartean lan ezberdinak egin ondoren, hezkuntza batzordean hasi nintzen. Bertan formakuntzak antolatzen genituen antolakundeko jendearentzat eta ingurukoentzat. Rojavan nengoen 2019an Gire Spi eta Serekaniyeko inbasioa gertatu zenean. Ostean, urtebete gehiago eman nuen mendietan gerrillarekin, eta orain Bashurren nabil lanean, Hegoaldeko Kurdistanen, Iraken.

Zer da koadro izatearen zailena?

Hasteko, korapilatsua da koadro izatea erabakitzea eta koadro batek hartu beharreko bidea, zaila da berez. Baina iraultzaile bezala ezin dugu esan zaila denik, egin behar dugula baizik, aitzakiek ez dute balio. Kurdistanen, borroka honengatik ez balitz, ez lirateke posible izango Rojavako iraultza, kurduok gure hizkuntza hitz egin ahal izatea, eskola kurdueraz jasotzea, eraikitzen aritzea Konfederalismo Demokratikoa eta nazio demokratikoa Rojavan… zaila da, baina egin beharra dago eta zentzua dauka egiteak.

Azken finean, egiten dugun lana pertsonak eraikitzea da. 5.000 urte dauzkan mentalitate baten aurka gabiltza borrokan, mentalitate patriarkala, zapaltzaileen mentalitatea. Eta oso zaila da hori egitea, pisu handia eta historia luzea daukalako. Sakontasun izugarria dauka, ez da erraza horri buelta ematea. Baina egin nahi dugu pertsonak maite ditugulako, gure herria maite dugulako eta askatasuna maite dugulako. Zaila izanda ere, inoiz ez dugu pentsatzen ezinezkoa dela. Inoiz ez dugu esaten “mendi horretan ezin da ibili”: pixkanaka egiten dugu bidea.

Zertan aldatu du zure mentalitatea koadro izateak?

Aldaketa handiak izan ditut azken urteetan. Baina koadro izanda ere ezin duzu esan amaitu duzula, amaierarik gabeko bide bat da. Amaiera litzateke pertsona guztiz askeak izatea, sistemaren eraginetik garbi, eta hori ezin du ia inork esan.

Nire kasuan, 16 urterekin batu nintzen. Pentsa daiteke ume bat nintzela, baina familia kurduetan gauza asko bizi dira, ez da berdina 16 urte izatea hemen edo munduko beste leku batzuetan. Gauza asko ikusiak nituen, batez ere familia barruko presioa: aitak amari eta seme-alabei egindakoa, nebek arrebei, baita amak seme-alabei ere. Familiaren islamismoak asko eragin zidan, eta gizartearen indibidualismoak ere bai.

Oso pertsona isila nintzen, ezin nuen publikoan hitz egin;orain lasaitasunez hitz egin dezaket emakume zein gizonen aurrean, ez daukat arazorik pentsatzen dudana esateko. PKKko koadroak ez gara perfektuak, horretarako daude kritika eta autokritika metodoak. Tresna horien helburua da nork bere buruaren aurkako borrokan sakondu eta arazoak gainditzea. Horrela soilik lortu daiteke pentsamendu askea, azkenerako nortasun askea garatu dezakeena. Hori izan behar da gure lanaren emaitza.

Mendietan izan zara, gerrillan. Nolakoa da bertako bizitza komunala?

Zaila da azaltzea mendian izaten ditugun sentimenduak. Mendia gure ama bilakatzen da, dena erakusten digu. Ibiltzerakoan arropa zuhaitzen batean harrapatuta gelditzen zitzaidanean, mendia erakusten ari zitzaidan nola ibili behar nuen

Asko aldatzen zaitu hango bizitzak, beste modu batean sentitzen duzu. Hirietako jendeak, aitortzen ez badu ere, askotan ez du bizi nahi. Bizirik daude baina ez dute bizitza maite. Mendian, aldiz, ikasten da maitatzen, sentimenduak eraikitzen. Ni oso pertsona indibidualista nintzen, oso itxia, mendian jende asko ezagutu nuen, eta garatu egin nintzen, pertsona asko maitatzeko gai nintzen. Ez da harreman bat izatea pertsona batekin soilik, baizik eta maitasun harremanak garatu ahal izatea pertsona askorekin,maitasunaren ohiko ulerkeratik kanpo, emakumeak zein gizonak izan.

Kritika asko jaso nituen hasieran, ez nintzelako bizitza komunalera batzen, asko egoten nintzen bakarrik, baina lortu nuen gainditzea. Kide helduagoei begira asko ikasi nuen: nola sortzen dituzten harremanak, nola ulertu nahi duten ondokoaren iritzia, beti galdezka eta eztabaidatzen. Eta batez ere emakumezko kideen artean egoteak eta han eraikitako harremanek bultzatu ninduten gehien aldatzera. Alderdira batzea berriz jaiotzea bezalakoa da. Izen berri bat hartzen duzu eta bizitza berri bat idazten hasten zara, baina kasu honetan ez zure familiarentzat, ez sistemarentzat, zuretzat baizik.

Askok aipatzen duzue “berriz jaiotzea”, zure aurreko bizitzarekin apurtzea. Zer kritika dauzkazu zure lehengo bizitzarekiko?

Dena kritikatu nezake. 16 urterekin batu nintzen, baina gustatuko litzaidake lehenago batu izana, sistemaren eragin gutxiago izango nukeelako, ez nengoke hain kutsatua.

Asko eragin zidan adibidez nire amaren nortasunak. Aitak ama eta nebak jotzen zituen, asko sufritzen nuen horrekin. Beti esaten nion amari ez nuela bere bizitza nahi:beti zegoen isilik, agian noizbait alde egiten zuen baina beti itzultzen zen etxera, umeengatik. . Ezinegon horrek bila ibiltzera bultzatzen ninduen, nola eduki beste bizitza bat, nola bilakatu emakume indartsu. Momentu hartan ez nuen besterik ezagutzen, baina alderdia ezagutu nuenean jakin nuen hori zela beti nahi izan nuen bizitza, antolakundearen bizitza, PKKren bizitza.

Ni batez ere hirietan hazi naiz, hirien garapena indibidualismoan oinarrituta dago, hil egiten du bizitza komunala.

Koadroek dena ematen duzue iraultzagatik. Zalantzak izaten dituzu?

Garrantzitsua da hori, gure buruari egin behar dizkiogun galderak dira. Kontraesanak izan ditzakezu noizbait, baina ezberdina da zalantza edo kontraesanak edukitzea. Pertsona guztiek daukagu alde on bat eta alde txar bat, elkarrizketan daudenak haien artean. Zentzu horretan, zalantzak zure buruaz izan ditzakezu, nolakoa izango zaren etorkizunean, zer ekarpen egingo diozun borrokari.

Baina alderdiarekin ezin dut zalantzarik eduki. Ulertzen dugulako antolakundeak dena egiten duela herriaren eta iraultzaren alde, ez du ezer egiten etekin propioa ateratzeko, ez dago inor irabazi pertsonala ateratzen antolakundetik. Adibide argiena dira Qandileko mendietan dauden pertsonak. Bizitza eman diote antolakundeari, ordainetan ezer jaso gabe (ez soldatarik, ez autorik, ez etxerik...). Hori da herri abertzalea sortzen duena, pertsona horiek ezer jaso gabe herriagatik dena ematea.

PKK ur garbia da, goitik begiratzen badiozu hondoraino ikusten duzu argi. Jogurt txuri bat, zerbait beltza erortzen bada barruan azkar ikusten duzu. Zenbat eta konfiantza gehiago izan alderdiak bere helburuak lortuko dituela, orduan eta zalantza gutxiago izango dituzu.

Rojavako iraultza ezagutu duzu gertutik. Behin lurraldearen kontrola izanda, zein zailtasun topatu dituzue ?

Esan daiteke Rojavan nazio demokratikoa eraiki dela. Lehen aldia da herriak lidergoa daukana, lehen aldiz erabiltzen da kurduera eskoletan, unibertsitateetan... berria da guztiz. Baina ezin da esan iraultzaren lana amaitua dagoenik. Oraindik existitzen da mentalitate autoritarioa. Herri kurdua beti bizi izan da horren menpe, eta Rojavan badago oraindik. Egia da autonomia demokratikoaren sisteman herriak abangoardia paper handia hartzen duela, baina koadroak oraindik beharrezkoak dira herria hezten eta mentalitateen iraultza indartzen jarraitzeko.

Hori argiagoa da zonalde arabiarretan, non PKKk ez duen hainbeste eragin izan orain arte. Aurrerapausoak egon badira ere, herri arabiarra oso lotua dago autoritarismoari eta dominazioari, eta hori antzematen da mentalitatean. Orain gizon-emakume kopresidentzia sistema egoteak arazoak ematen ditu, baina aurrera doa. Emakume bat egon behar da beti gizartearen lidergo postuan, oso gauza berria gizarte arabiar honetan.

Guk mentalitateen iraultza egiten dugu, horretarako bitartekoak jartzen ditugu. Komunak daude herria antolatzeko, lanean gabiltza lan banaketa parekidea lortzeko, izan gizon eta emakumeen artean zein gizarteko maila ezberdinen artean. Dirua existitzen da oraindik, oso sartua dago soldatapeko lanaren kultura, baina kideak lanean ari dira horri buelta emateko, elkartasuna eta trukea sustatzen. Mentalitate aldaketa prozesu geldoa da, hezkuntza asko eskatzen du. Alderdia ezin da joan herria baino bost pauso aurrerago.

Emakumearen askapen prozesua nola lantzen duzue Rojavan? Zein zen abiapuntua eta zer garatu ahal izan duzue?

Leku bakoitzean adierazpen ezberdinak izan ditzakeen arren, emakumeen arazoa berdina da mundu osoan, Rojavan, Ekialde Hurbilean edo Mendebaldean. Emakumeon esklabotza dago oinarrian, eta ez du balio arazoa zatikatzeak. Abdullah Ocalanek [PKKko liderrak] esaten du gizartearen askatasuna soilik lortu daitekeela emakumeen askapenaren bidez. Iraultza bat ez bada askatzailea emakumeentzat, ez da askatzailea izango gizartearentzat. Horregatik Rojavako iraultza emakumeen iraultza da, eta PKK emakumeen alderdia.

Noski, ezin da esan emakumeak guztiz askeak direnik Rojavan, zapalkuntza jasaten dute oraindik ere. Esklabotza egoera larriago batetik gentozen, baina orain emakumeen mugimendua instituzionalizatua dago, emakumeen etxeetatik Kongra Star-rera [Rojavako Emakumeen Antolakundeen Konfederazioa]. Ehunka erakunde dabiltza emakumeen arazoetan lanean, formakuntzak antolatzen, familietako arazoetan bitartekari gisa eta abar. Maila praktikoan ikus daitezke emaitzak,emakumeak dira gehienbat ekintzak antolatzen dituztenak eta mugimendura batzen direnak. Rojavan ikus daiteke nola berriz ari den agertzen emakumeen autoritate naturala, neolitoko garaietan zeukatena.

Hala ere, emakumeen iraultza horrek alde txar bat ere badauka. Irakurketa okerra egiten duten emakumeak daude, ulertzen dutenak askatasuna dela gizon askorekin joan eta haiek egiten dituzten gauzak egitea, etikoak ez diren gauzak. Nola gizonek egiten duten, zuk ere bai. Hori gertatzen da modu liberalean hartzen dutelako emakumeen askatasuna.

Zein da zure ametsa Rojavarentzako?

Ez dira nire amets pertsonalak, antolakundearen helburuak baizik, ez soilik Rojavarentzat, baizik eta mundu osoarentzat. Helburua da eraikitzea koadroaren rola beharko ez duen gizarte demokratiko bat. Gizartea bere kasa antolatu dadila eta bere beharrak ase ditzala, herria bera izan dadila abangoardia. Orain beharrezkoa da koadroaren figura, baina hori da daramagun norabidea.

Zer kritika egingo zenizkioke Europako gizarteari eta mentalitateari?

Ezer baino lehen esan beharra dago Mendebaldean badagoela historia iraultzaile handia, eta iraultzaile ugari atera direla handik. Galderari erantzunez, bi arazo nagusi ikusten ditut. Lehena liberalismoa da. Gizartea ahultzen du liberalismoak, otzandu eta lotura sozialak gutxitzen ditu, gizartea hiltzeraino. Beste arazoa askatasunaren ulerkerarena da. Ekialde Hurbilean mundu guztiak joan nahi du Europara, nahiz eta oso zaila den. Ikusten dugu hango askatasuna dela arropa motza eramatea, festa egitea eta 18 urterekin etxetik joatea. Oso azaleko gauzak dira horiek, ez dute zerikusirik benetan askatasunarekin.

Joera dago Ekialde Hurbila mespretxatzeko, baina zonalde honetan komunitatea defendatu da. Dena ez da ona, baina mantendu ditugu bizimodu komunitarioagoak, Mendebaldean pentsaezinak direnak.

Europan elkarrizketa hau irakurtzen duen norbaitek, edo mugimendu kurdua ezagutzen duenak, zer egin beharko luke?

Ez dut bertako testuingurua ezagutzen, beraz, erantzun orokor bat emango dut. Askatasunaren kontzeptua ulertzeko beharrezkoa da pentsatzea zertara etorri garen mundura. Ea benetan bizi nahi dugun markatu diguten bezala, edo arrastoa utzi nahi dugun munduan. Ocalanek dio arrastoa utzi eta historiaren parte izatera pasatzeko nork bere buruaren aurka egin behar duela borroka, aldatu ahal izateko. Ezin da bizi galdetu gabe: zer nahi dugu? Zer egiten dut niretzat? Zer egiten dut herri honentzat? Nor naiz? Nora noa?

Gaur egun jende asko dago munduan horrelako ezer planteatu gabe, helbururik gabe bizi dena. Baina galdera horien inguruan hausnartu eta erantzuna ematen diegunean soilik sortu dezakegu testuingurua sistemarekin amaitzeko.

https://www.argia.eus/albistea/mentalitateen-iraultza-egiten-dugu-guk

 

 

 

  [Traducción] La Revolución en Rojava

Se trata de una traducción del artículo escrito por Meredith Tax y publicado originalmente en la página web de la revista Dissent: The Revolution in Rojava. Este artículo es un buen resumen de la situación revolucionaria actual en Rojava, así como de sus fundamentos, raíces y antecedentes, con lo cual se trata de una lectura totalmente recomendable para aquelles interesades en informarse sobre este acontecimiento social y que aún no tienen mucho conocimiento sobre el mismo.

 Desde el pasado agosto, cuando supe por primera vez de la lucha contra el ISIS en Kobane, me he estado preguntando por qué tan pocas personas en los Estados Unidos están hablando sobre los cantones de Rojava. Une pensaría que sería una gran noticia que existiese un área liberada en Oriente Medio liderada por socialistas-feministas de la hostia, donde el pueblo toma las decisiones a través de consejos locales y las mujeres ostentan el 40 por ciento de las posiciones de liderazgo en todos los niveles. Une pensaría que sería incluso una noticia más grande que sus milicias fueran lo suficientemente fuertes para derrotar al ISIS. Une pensaría que los análisis de lo que hizo posible esta victoria estarían por toda la prensa de izquierdas.

 Pero muches en la izquierda de EE. UU. tienen que oír aún la historia de los cantones de Rojava –Afrin, Cizîre y Kobani– en el norte de Siria, o Kurdistán oeste. Rojava –la palabra kurda para «Occidente»– está compuesta por tres enclaves izquierdistas, constituyendo un área ligeramente inferior al estado de Connecticut, en un territorio dominado por el ISIS. A mediados de 2012, las fuerzas de Assad se retiraron masivamente de la zona, y la batalla fue dejada a las milicias kurdas: las YPG (Unidades de Protección del Pueblo) y las YPJ (Unidades de Defensa de Mujeres), las milicias autónomas de mujeres. Estas milicias no son las mismas que les peshmerga iraquíes, a pesar de que la prensa norteamericana use dicho nombre para ambos.

 Las YPG y las YPJ, durante la mayor parte de los últimos tres años, han estado centradas en derrotar a los yihadistas, incluso aunque continúan combatiendo con el régimen de Assad (particularmente en y alrededor de la ciudad de Hasakah). El 27 de enero de 2015, lograron una enorme victoria cuando vencieron al ISIS en Kobane. Desde entonces han retomado las estratégicas ciudades de Tel Hamis y Tel Tamr (en los límites del cantón de Cizîre), pero, desde finales de abril, se están preparando para un ataque renovado del ISIS en la zona.

 Mientras que la oposición siria está comprensiblemente resentida con que las YPG y las YPJ retiraran la mayor parte de su energía de la guerra con Assad, les izquierdistas de todo el mundo deben estar observando los extraordinarios esfuerzos que están siendo realizados por les kurdes siries y sus aliades para construir un área liberada donde pueden desarrollar sus ideas sobre socialismo, democracia, mujeres y ecología en práctica.

 Elles han estado trabajando en estas ideas desde 2003, cuando el PYD (Partido de la Unión Democrática) fue fundado por miembros sirios del ilegalizado partido kurdo de Turquía, el PKK. Para enero de 2014, habían establecido un sistema de gobierno de abajo-arriba en cada cantón, con las decisiones políticas tomadas por consejos locales y con los servicios sociales y las cuestiones legales administradas por estructuras locales de la sociedad civil bajo el paraguas del TEV-DEM (Movimiento por la Sociedad Democrática). El TEV-DEM incluye a personas de todos los grupos étnicos en los cantones, que están representadas por más de un partido político, pero la mayoría de su liderazgo ideológico viene de parte del PYD.

 Según Janet Biehl, que formó parte de una delegación académica al cantón de Cizîrê en diciembre de 2014, la comuna de distrito es el bloque de construcción de la estructura al completo. Cada comuna está compuesta por 300 miembros y dos copresidentes electes, un hombre y una mujer. 18 comunas constituyen un distrito, y les copresidentes de todos ellos se encuentran en el Consejo de Distrito del Pueblo, que también está formado por miembros elegidos directamente. Los Consejos de Distrito del Pueblo deciden en materias de administración y economía como la recogida de la basura, la distribución del aceite de calefacción, la propiedad de la tierra y las empresas cooperativas. Mientras que todas las comunas y los consejos están al menos compuestos por un 40% de mujeres, el PYD –en su determinación de revolucionar las relaciones tradicionales de género– también ha creado cuerpos paralelos autónomos de mujeres en cada nivel. Estos determinan la política en materias que conciernen particularmente a las mujeres, como los matrimonios forzosos, los crímenes de honor, la poligamia, la violencia sexual y la discriminación. Desde que la violencia doméstica es un problema continuo, también han construido un sistema de albergues-refugios. Si tiene lugar un conflicto en un asunto concerniente a las mujeres, los consejos de mujeres tienen potestad para sobrepasar y anular a los consejos mixtos.

En resumen, la Revolución de Rojava está cumpliendo los sueños de la Primavera Árabe –y algo más. Si sus ideas pueden sostenerse y prevalecer contra el ISIS, el nacionalismo kurdo y los estados hostiles que rodean a los cantones, Rojava afectará a las posibilidades disponibles para la región entera. Entonces, ¿por qué no está consiguiendo más apoyo internacional?

 En octubre, David Graeber escribió un artículo de opinión en The Guardian comparando la lucha de Rojava contra el ISIS con la Guerra Civil Española y se preguntaba por qué la izquierda internacional estaba mostrando tan poca solidaridad en esta ocasión. La respuesta residía en parte en cómo uno define la solidaridad internacional –que en estos días usualmente parece estar limitada a oponerse a cualquier cosa que los Estados Unidos haga. En diciembre de 2014, un panel del In These Times sobre qué hacer respecto a Kobane encuadró la cuestión en términos puramente de una intervención militar de los EE. UU. Richard Falk respondió:

La difícil situación de les kurdes en Kobane y su coraje resistiendo al ISIS plantean un escenario trágico que pone en tela de juicio la especie de antiintervencionismo que siento que está justificado en general, particularmente en Oriente Medio. Pero para superar la presunción contra la intervención militar, especialmente desde el aire, uno precisa de una evidencia muy potente… La intervención del ISIS de hecho no parece diseñada para lidiar con el problema. Más bien parece una proyección del poder de los EE. UU. en la región.

 Falk inmediatamente orienta la cuestión hacia los motivos de los EE. UU. más que hacia si Kobane necesita ayuda o si la ha pedido, y qué otros tipos de ayuda, además de los bombardeos, pueden prestarse.

 Para Graeber, esta manera de encasillar el problema es tristemente unilateral; la crítica antiimperialista es insuficiente sin la solidaridad. Él visitó Rojava como parte de la delegación académica y, a la vuelta, la describió como “una revolución genuina”:

Pero de un modo que es exactamente el problema. Las principales potencias se han encomendado a sí mismas a una ideología que dice que las revoluciones reales no pueden nunca más tener lugar. Mientras tanto, muches en la izquierda, incluso en la izquierda radical, parecen haber adoptado tácitamente una política que asume lo mismo, incluso aunque elles todavía producen unos superficiales ruidos revolucionarios. Aceptan una especie de marco «antiimperialista» puritano que asume que los jugadores importantes son los gobiernos y les capitalistas, y que ése es el único juego que importa.

 ¿Cuál es el problema aquí? ¿Somos en Estados Unidos demasiado cínicxs o deprimides como para creer que cualquier cosa nueva puede pasar? ¿Estamos preparades para reconocer ideas revolucionarias cuando vienen de Grecia, España o Latinoamérica, pero no de Oriente Medio? ¿Somos tan sexistas que no podemos asumir la idea de una revolución feminista seriamente? ¿O el problema es simplemente ignorancia? Si es así, conocer la historia puede servir de ayuda. Empecemos con les yazidíes.

 

Salvando a les yazidíes

 Hasta agosto de 2014, solo unes poques americanes habían oído hablar alguna vez sobre les yazidíes, un minoría kurda e iraquí practicante de una antigua religión cercana al zoroastrismo. Entonces, elISIS (también conocido como Daesh, ISIL o el Estado Islámico) entró en Sinjar, y les yazidíes –abandonades tanto por el ejército iraquí como por los muy publicitados peshmerga kurdo-iraquíes– huyeron al norte hacia las montañas. Pronto comenzaron a aparecer historias de ataques genocidasque barrieron completamente la población masculina de pueblos y cientos de mujeres yazidíes y niñas siendo violadas, vendidas como esclavas y forzadas a casarse con combatientes del ISIS.

 El 6 de agosto, Reuters informó de que 50.000 yazidíes estaban atrapades en las montañas de arriba de Sinjar, en peligro de inminente inanición. Al día siguiente, Obama autorizó la realización de bombardeos aéreos limitados contra el ISIS en Iraq y el lanzamiento de paquetes de ayuda a les yazidíes. Pero esto apenas fue suficiente para remediar el creciente desastre humanitario. Mientras los Estados Unidos continuaban «ponderando sus opciones», Gran Bretaña y Alemania hablaban sobre enviar ayuda y el Papa condenaba al ISIS, les yazidíes permanecían atrapades.

Entonces sobrevino un rescate tan dramático que fue merecedor de una película de Hollywood: las milicias de las YPG y las YPJ, sin armamento pesado o apoyo aéreo, cruzaron desde Siria a las montañas de Iraq e hicieron un corredor para evacuar a les yazidíes. De repente, la prensa occidental estaba llena de imágenes de atractivas mujeres jóvenes vestidas de uniforme –ha habido más de una pincelada de fantasía orientalista en la cobertura occidental de las milicias de mujeres. Esta cobertura apenas ha tocado su política, más allá de referencias ominosas al PKK (Partido de les Trabajadores de Kurdistán) y a Turquía.

Turquía, por su parte, jugó un rol lamentable en la batalla de Kobane. Observadores, incluyendo a David L. Phillips del Instituto por los Derechos Humanos de la Universidad de Columbia, afirmaron que «Turquía está proveyendo apoyo militar, logístico, financiero y médico a Daesh [ISIS] y a otros yihadistas».

Un portavoz kurdo dice lo mismo. Y el presidente Erdogan no mitigó sus sospechas cuando le dijo a la prensa que, para Turquía, les kurdes y el ISIS eran tres cuartos de lo mismo.

 Erdogan también predijo en octubre que Kobani caería en cualquier minuto. Pero, a pesar de la ayuda de Turquía al ISIS y a la falta de armas pesadas y suministros de les kurdes, las milicias de las YPG y las YPJ lucharon contra fuerzas muy pesadas y, tras meses de batalla, fueron capaces de echar al ISIS de Kobani en enero. Durante el camino, comenzaron a atraer a voluntaries occidentales, varies de les cuales han caído en combate.

 Mientras que les kurdes iraquíes y siries son teóricamente aliades contra el ISIS, les kurdes de Iraq también son aliades de Turquía y esto ha llevado a importantes tensiones entre las dos facciones kurdas. Existen enormes diferencias políticas entre elles en cuestiones de gobierno, derechos de las mujeres, ecología y nacionalismo. Los partidos políticos que condujeron les kurdes iraquíes, favoritos de siempre de los Estados Unidos, están en proceso de establecer su propio petroestado y, mientras que las mujeres quizás estén en mejor situación en Kirkuk que en el resto de Iraq, como Houzan Mahmoud, de la Organización por la Libertad de las Mujeres en Iraq, señaló, ellas aún continúan padeciendo «crímenes de honor, MGF [N. del T.: mutilación genital femenina], matrimonios forzosos, matrimonios infantiles, lapidaciones, violaciones, violaciones maritales y muchas otras formas de violencia». El Gobierno de Barzani ha hecho poco para resolver estos problemas. Como la feminista kurda Dilar Dirik escribe en su «Qué tipo de Kurdistán para las mujeres»:

Es interesante que la entidad kurda que tiene más característica de estado, más integrado en el sistema capitalista y que cumple con los requerimientos de las potencias locales como Turquía e Irán, así como del sistema internacional, despliega el menor interés en los derechos de las mujeres y el desafío del patriarcado.

 Dirik apunta que, en el Kurdistán iraquí, la «falta de verdaderas e independientes organizaciones no partidistas de mujeres», el dominio de «políticas tribalistas y feudales […] fomentan las actitudes patriarcales», y una ironía suprema: «¡Muchas organizaciones de mujeres en el Kurdistán Sur están incluso presididas por hombres!». Ella contrasta esto con el feminismo de los cantones de Rojava, donde «Los hombres con una historia de violencia doméstica o poligamia están excluidos de las organizaciones» y «La violencia contra las mujeres y el matrimonio infantil están fuera de la ley y criminalizados». Esto es un reflejo de la praxis socialista y feminista del PKK, el cual ha evolucionado significativamente desde su nacimiento como un partido marxista-leninista en los 70.

 

¿Quiénes son el PKK?

 El PKK, fundado en 1978, surgió del movimiento de izquierdas estudiantil turco e inicialmente tuvo mucho en común con otros movimientos radicales inspirados por China y Vietnam. Su meta era establecer un estado kurdo independiente y socialista librando la guerra popular. Sus cuadros se establecieron en el campo para construir un movimiento campesino; sus primeros objetivos fueron terratenientes feudales que oprimían al pueblo y actuaban como ejecutores para el Ejército turco.

 Dos años después de que el PKK se fundara, Turquía pasó por un golpe militar seguido de un periodo de represión extrema y una guerra contra les kurdes. Como en otras guerras de guerrillas, el Gobierno levantó la menor provocación posible con una fuerza abrumadora y les aldeanes fueron atrapades en medio, forzades a elegir entre el PKK y el Ejército turco. En un informe de 1993, Helsinki Watch (el comité original de Human Rights Watch) citó atrocidades incluyendo los asesinatos de más de 450 personas –entre ellas periodistas, profesores, médiques y activistas por los derechos humanos– por «asaltantes usando tácticas de escuadrones de la muerte». El Gobierno turco nunca investigó las matanzas y fue ampliamente sospechoso de ser cómplice en ellas. Helsinki Watch también apuntó que, durante esta campaña, Turquía seguía siendo el tercer beneficiario más grande de ayuda norteamericana tras Israel y Egipto, y que la administración de George H. W. Bush expresó de forma vocal su apoyo a la violencia contra les kurdes.

 El PKK también llevó a cabo abusos contra los derechos humanos: intentaron y colgaron informantes, fueron acusades de haber matado a civiles (por ejemplo, bombardeando un centro comercial de Estambul en 1991 y disparando a devotes en una mezquita en Diyarbakir en 1992), de haber secuestrado a turistas occidentales (que fueron más tarde liberades), y de haber coordinado ataques en oficinas turcas en seis países del oeste de Europa, entre otros actos de terrorismo. Pero la escala de su violencia palidece en comparación con los asesinatos en masa de kurdes a manos del Estado turco.

 Desde su fundación, el PKK ha sido liderado por Abdullah Öcalan (pronunciado “uh-djah-lan”). Aunque sus crítiques dicen que Öcalan no repensó su estrategia de guerra popular hasta que fuecapturado en 1999, personas enteradas como Cemil Bayik, otro fundador del PKK, y Havin Guneser, traductor de Öcalan, dicen que, durante los años 1990, él y otres comenzaron a examinar la necesidad de encontrar una solución política más que militar al conflicto; él también puso un énfasis creciente en la democracia y en los derechos de las mujeres. Esto fue, en parte, un reflejo de la evolución de la organización. En los 80, los miembros del PKK eran mayormente kurdes rurales cuyas aldeas habían sido atacadas; para lidiar con las ideas feudales y nacionalistas de estes nueves reclutas, los cuadros de mujeres se dieron cuenta de que precisaban de organizaciones autónomas de mujeres. De acuerdo a Necla Acik, el mismo Öcalan se estaba volviendo más feminista porque «fueron las mujeres quienes lo apoyaron más durante los turbulentos años que siguieron a su arresto y a la declaración de su nueva y, en aquel tiempo, controvertida línea política. En agradecimiento, Öcalan se volvió más radical en su promoción de la liberación de género e instó a las mujeres dentro del partido a cuestionar la dominación masculina dentro de sus propias filas».

 

El nacimiento del confederalismo democrático

 Mantenido en casi total aislamiento después de 1999, cuando fue capturado en una operación combinada de Grecia, Kenia, Turquía y la CIA, Öcalan leyó mucho. Fue particularmente influenciado por el teórico anarquista Murray Bookchin, los teóricos de sistemas mundiales Immanuel Wallerstein y Fernand Braudel, y el teórico del nacionalismo Benedict Anderson. Öcalan renegó públicamente de sus anteriores creencias en el centralismo democrático y en la lucha armada, escribiendo en 2008 que una estructura jerárquica similar al estado era una contradicción con los «principios de democracia, libertad e igualdad»; también se distanció a sí mismo de la cultura del PKK, en la cual «La guerra era entendida como la continuación de la política por diferentes medios y romantizada como un instrumento estratégico». Öcalan fue igualmente crítico del nacionalismo y de la meta de un estado kurdo, argumentando que los estados-nación eran intrínsecamente jerárquicos y que el objetivo, en cambio, debía ser una confederación de kurdes y otros pueblos residentes en la región. La idea era que les kurdes debían retirar sus energías de sus respectivos estados y desarrollar sus propias economías democráticas y métodos de autogobierno –anticapitalistas, antiestatistas y preocupados por el medio ambiente. En resumen, debían trabajar hacia el poder dual.

 Desde su arresto, Öcalan ha escrito varios volúmenes de ensayos en prisión, de los cuales algunas selecciones ya han sido traducidas y publicadas como folletos descargables. Los dos más recientes –Confederalismo democrático (2012) y Liberando la vida: La revolución de las mujeres (2014)– están relacionados directamente con la emergencia de los cantones socialistas y feministas de Rojava.

 Öcalan llama a su filosofía política confederalismo democrático. Mientras que esta filosofía tiene mucho en común con el anarquismo, la democracia participativa y el socialismo libertario, ningún otro movimiento mayoritario de izquierdas, con la posible excepción de les zapatistas, ha puesto la liberación de las mujeres tan de lleno en el centro de su proyecto revolucionario. De hecho, a pesar de eslóganes como el «las mujeres sostienen la mitad del cielo» de Mao, las revoluciones marxistas –en el mejor de los casos– han visto a las mujeres como tropas de apoyo o como una raya en el arcoiris, no como una mayoría históricamente sumergida y dominada cuya liberación es fundamental para todes les demás. Los movimientos de liberación nacional han sido similares: las mujeres son alentadas a ser políticamente activas e incluso a servir como soldados en la lucha, pero,una vez que la batalla se gana, las normas patriarcales son reafirmadas en nombre de la religión o de la tradición indígena. En contraste, aquí está Öcalan en Liberando la vida: «Las soluciones para todos los problemas sociales en Oriente Medio deben tener la posición de las mujeres en el centro. […] El papel que la clase trabajadora jugó una vez ahora tiene que ser asumido por la hermandad de las mujeres». Ésta es una declaración alucinante para un guerrillero exmarxista; solo les feministas más radicales de Occidente se hubieran siquiera atrevido a proponerla.

 

¿Cuánto de esto es real?

 En los meses en los que he estado estudiando esta revolución, me he preguntado frecuentemente a mí misma: «¿Cúanto de esto es de verdad?». He conocido muchos hombres de izquierda que hablan en una buena línea sobre la liberación de las mujeres, pero que lamentablemente se quedan cortos en la práctica. También me pone nerviosa la forma estereotipadamente partidista de escribir que desprende el PKK. Y he visto más de un Pueblo Potemkin. Pero las revoluciones están impulsadas por las contradicciones; el estilo del PKK puede parecerse al de China en los 70, pero el contenido es diferente. Y, a pesar de que tengo problemas con lo que parece como un culto a la personalidad, el mensaje principal de Öcalan para las mujeres ha sido que ellas deben organizarse a sí y entre sí mismas.

 Los 10 miembros de la delegación académica que visitaron Rojava en diciembre se fueron con preguntas similares a las mías: «¿Realmente constituyen sus prácticas una revolución? ¿Cumplen con las expectativas de sus ideales democráticos? ¿Qué rol juegan las mujeres de facto?» A su regreso,redactaron este comunicado público:

En Rojava, creemos, se han establecido en efecto estructuras democráticas genuinas. No solo el sistema de gobierno corresponde al pueblo, sino que brota hacia nuevas estructuras que hacen la democracia directa posible: asambleas populares y consejos democráticos. Las mujeres participan en igualdad de condiciones con los hombres en todos los niveles y también se organizan en consejos, asambleas y comités para hacer frente a sus problemas específicos. […] Rojava, creemos, apunta hacia un futuro alternativo para Siria y Oriente Medio, un futuro en el que la gente de diferentes procedencias étnicas y religiosas pueden vivir juntas, unidas por la tolerancia mutua y las instituciones comunes. Las organizaciones kurdas han abierto el camino, pero han ganado cada vez más el apoyo de personas árabes, asirias, y chechenas, que participan en su sistema común de autogobierno y se organizan autónomamente.

 Yo realicé un viaje similar a China en 1973, durante los últimos años de la Revolución Cultural, y recuerdo la manera en la que traté de pasar por alto mis propias dudas y fallé al reconocer que mucho de lo que une oye de activistas del partido quizá sea más aspiración que logro. Pero incluso si solo la mitad de lo que la delegación académica vio es real, Rojava es un punto de inflexión, cambia las reglas del juego. Imagina lo que un área liberada con un enfoque secular e igualitario para las mujeres, el gobierno, la economía, el uso de la tierra y la sostenibilidad ecológica podría significar para Oriente Medio. Kurdistán tiene fronteras en Irán, Iraq, Siria y Turquía; si Rojava puede sobrevivir, les disidentes de la región entera tendrán un lugar al que huir para escapar de los matrimonios forzosos y conseguir una educación secular –Rojava ha lanzado su propia universidad, la Academia Mesopotámica de Ciencias Sociales, que ahora está llevando a cabo una colecta de libros.

 Pero para suponer un punto de inflexión y cambiar las reglas del juego tiene que sobrevivir. Kobane ha sido liberada, pero la ciudad fue destruida y necesita ser reconstruida –después de que las minas terrestres sean retiradas. Y las YPG y las YPJ están luchando aún contra el ISIS en las áreas rurales, obstaculizadas por un embargo completo de Turquía que les impide conseguir armas y a les refugiades llegar los suministros y alimentos de la ONU. Estes refugiades incluyen yazidíes, árabes, turcómanes y otres tanto de Siria como de Iraq, incluyendo Mosul. Hay un molino de harina para toda la región y no mucho de otros tipos de comidas. El KRG (el Gobierno Regional del Kurdistán [N.del T.: por sus siglas en inglés.] –les kurdes iraquíes, dirigides por Barzani) no está permitiendo mucho paso a través de su lado de la frontera debido a su alianza con Turquía, y la ONU no ha presionado ni a Turquía ni al KRG para permitir introducir suministros o mover a les refugiades a un lugar más seguro. Los cantones no tienen dinero, su economía es minúscula y, dado que el PKK está catalogado como una organización terrorista, Rojava no tiene acceso a ayuda internacional.  Bajo estas circunstancias, la solidaridad internacional no es solo una obligación; es una necesidad.

Recientemente hablé con una persona del movimiento kurdo de mujeres en Rojava y le pregunté qué es lo que más necesitan. Ella respondió que necesitan una campaña de solidaridad internacional masiva, comenzando con una educación política sobre la evolución del PKK y sus políticas, incluyendo su énfasis en la gobernanza democrática, el antisectarismo, el secularismo, la ecología y la liberación de las mujeres. En términos prácticos, elles necesitan toda la presión internacional posible para obligar a Turquía y al KRG a poner fin al embargo y permitir que lleguen las provisiones. Necesitan que la designación terrorista sea eliminada para que puedan viajar, recaudar dinero y hablar en público. Sus representantes deben tener permitida la entrada a los Estados Unidos y otros países occidentales; aunque ni el PYD ni otros grupos de Rojava están en la lista terrorista, están condenados por su relación con el PKK; precisamente en enero, los Estados Unidos le denegaron una solicitud de visado a Salih Muslim, copresidente del PYD.

 Algunes se oponen a la eliminación de la designación terrorista del PKK debido a sus pasadas violaciones de derechos humanos. Pero, mientras que la precaución es razonable, a las personas y a los movimientos se les debe permitir un espacio para evolucionar. Les líderes de muchos movimientos de liberación fueron considerades terroristas alguna vez, incluyendo a Jomo Kenyatta, el primer presidente de Kenia, y dos primeros ministros de Israel, Yitzhak Shamir y Menachem Begin. En Sudáfrica, Nelson Mandela fue encarcelado como un terrorista y liberado después de muchos años, por lo que pudo negociar con el gobierno de Boer. Como Mandela, Öcalan debe ser liberado de la prisión para liderar las negociaciones con Turquía.

En 1988 escribí un artículo para Dissent titulado El sonido de una mano aplaudiendo: la liberación de las mujeres y la izquierda. Concluía:

El movimiento socialista no puede tener éxito sin el sueño y el lenguaje de la transformación, aplicado al trabajo y a la familia, así como a la política internacional. El socialismo precisa de la habilidad de soñar tanto como la liberación de las mujeres precisa de la habilidad para pensar estratégicamente. Solo creando una cultura política que no esté dividida a la mitad por el género puede algune de nosotres encontrar las respuestas que necesitamos para cambiar el mundo.

Empezando desde unas circunstancias cercanas al feudalismo, en medio de una guerra devastadora, el pueblo en los cantones de Rojava está intentando crear una cultura como ésa. Necesitamos aprender de elles –y ayudarles.




 

 

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