sábado, 27 de septiembre de 2025

Rita Segato analizando el genocidio en Gaza: El poder de muerte como ley (y un comentario de Zibechi)

 


 

 

Yo soy una persona que tengo una compulsión de justicia. Por eso digo, un mundo sin justicia no sé si vale la pena ser vivido. Creo que mucha de esa gente que va en esa flotilla a enfrentar la muerte es porque siente algo así, que un mundo sin justicia no vale la pena ser vivido. Y a eso me refiero cuando digo que soy exhumana, porque una humanidad sin justicia e y que exhibe la injusticia como una forma de existencia, esa especie, esa humanidad, no vale la pena formar parte de ella.

Es imprescindible seguir manteniendo el grito de denuncia del genocidio israelí contra Palestina. Pero, al mismo tiempo, es importante analizar los cambios de fondo y calado que ello está suponiendo en el mundo que conocíamos hasta ahora. Y no nos referimos precisamente a la geopolítica, sino a la propia dimensión de eso que denominamos humanidad, sin duda afectada y trastocada tras lo que está sucediendo en Gaza y, sobre todo, ante las reacciones o falta de reacciones habidas ante el genocidio, a todos los niveles. Sobre estas cuestiones dialoga Rita Segato con Martín Gak, que es quien le realiza la entrevista, un periodista y filósofo argentino de origen judío radicado en Alemania, experto en en ética y religión. La entrevista diálogo creemos que aporta reflexiones muy oportunas y de considerable enjundia (como la que encabeza esta entrada). No obstante, estamos de acuerdo con Raúl Zibechi, quien comparte mucho de lo expuesto por Rita Segato, pero le añade un comentario, a nuestro juicio también adecuado, y que incluimos al final de la transcripción de la entrevista.

Demos paso ya a la transcripción de la entrevista en la que las preguntas e intervenciones en negro pertenecen a Martín Gak, y las palabras de Rita Segato van en violeta.




El poder de muerte como ley


En las últimas eh semanas apareció una frase tuya eh en una entrevista en la que dijiste que no querés ser más vista o no te queres reconocer a vos misma más como humana, querés te presentas como exhumana. Y esto fue en el contexto de Gaza, de las cosas que me imagino que estuviste viendo, como estuvimos viendo todos en Gaza.

Sí, claro. La esa es una frase que le dije a a John Akerman, que es un profesor de la UNAM. Yo estaba en México en ese momento, eh, y él para la para la televisión de la UNAM me hizo esa entrevista y yo dije esa frase que circuló así por muchísimos lugares, por muchísimos países. Y la puedo explicar inclusive de una forma técnica, ¿no? Para nosotros en la antropología, nuestra especie se diferencia de las otras porque lo que orienta su comportamiento no es el instinto, sino las normas, o sea, la las reglas o las leyes, o sea, normas de interacción social que caracteriza nuestra nuestra especie, que es la especie humana. Las otras todas en mayor o menos grado tienen tienen lo instintual, que es lo que define su comportamiento, ¿no? Hay hay especies en que todo su comportamiento es derivado del instinto, otras en que hay un aprendizaje de reglas, los domésticos, por ejemplo, los animales domésticos tienen una parte de instinto, pero nuestra especie para los antropólogos es una especie no instintual, sino una especie que convive mediante la existencia de normas. Y lo que yo digo para el momento presente de la historia es que la gramática normativa, o sea, la ley, no funciona. está la ficción, lo que llamo de ficción jurídica, que es el conjunto de normas en las cuales creemos. que son ficcionales porque en realidad no siempre entran en vigencia como deberían o son activadas como deberían o tienen un impacto o deciden como deberían. Todos vivimos gramatical y agramaticalmente, pero creemos en una ficción y que es esa ficción dice que se puede tener comportamientos esperados en la interacción social. O sea, hay cosas que pueden suceder y cosas que no pueden suceder y no van a suceder porque todos los seres humanos, o sea, los miembros de esta especie obedecemos a reglas. Creo que el caso de Gaza muestra la absoluta obsolescencia, el absoluto fin de la ley. Es un momento de la historia en que opera completamente fuera de la ley. Lo que está sucediendo en Gaza es un comportamiento absolutamente no regido por el derecho.

Fuiste fuiste, te quiero preguntar, fuiste criticada, dijiste, e o me dijiste, fuiste muy criticada incluso por gente en la izquierda. ¿Cuál fue la base de la crítica?

La base de la crítica es, ay, cómo no, que no somos humanos, como una especie de quiebre de laesperanza. y quiebre de la fe en nuestra especie, ¿no? Y sí, tengo un quiebre de la fe, porque en este momento la manera en que yo leo lo que está sucediendo es que la ley es el poder de muerte. Entonces, nuestra especie siempre se ha regido por por reglas, como dije, de lo que se puede y no se puede hacer. Han habido constantemente infracciones sobre lo que se puede y no se puede hacer, pero nunca ha exhibido al mundo que la capacidad de muerte, o sea, el poder letal es la ley.

Y esa es la manera en que yo leo el presente.

¿Cuál? Déjame, déjame preguntarte cuál, cuál es la diferencia que ves entre Sudán, entre la República Central africana y Gaza. Digamos, hay otras instancias en las que el poder de muerte...

lunes, 15 de septiembre de 2025

Contra el genocidio en Gaza: ¿Y si se organiza un bloqueo a Israel del personal estibador vasco?

 


 


Si perdemos el contacto con nuestros barcos o con nuestros compañeros y compañeras aunque solo sea veinte minutos, bloquearemos Europa». Estas fueron las palabras de los estibadores del Collettivo Autonomo dei Lavoratori Portuali (CALP) del Sindicato de base USB que resonaron poderosas en la noche de la partida de la Global Sumud Flotilla desde Génova. El mensaje era claro: la ayuda humanitaria debe llegar a Gaza y nadie debe atreverse a tocar la flotilla, a pesar de las amenazas del ministro de Seguridad Nacional israelí, de lo contrario «ni un clavo partirá más de nuestros puertos»


Siguen surgiendo iniciativas diversas para intentar parar el genocidio en Gaza. A veces cunde el desánimo pensando en que nada se consigue y el genocidio avanza. Otras veces, como en la reciente vuelta ciclista, se ve cómo un acto puntual puede multiplicar por mucho el efecto de nuestros actos.

En la línea de intentar aportar ideas y sugerencias, que parten de experiencias previas, hoy lanzamos la pregunta que encabeza esta entrada: ¿Y si se organiza un bloqueo a Israel del personal estibador vasco? Para comprobar cómo puede ser menos complicado de lo que parece os dejamos a continuación una entrevista a José Nivoi, estibador y sindicalista miembro del Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios de Génova, es una versión de la entrevista publicada originalmente en Machina-DeriveAproddi que ha sido resumida y editada para adaptar su contenido a un contexto próximo, y, traducida por Pablo Oliveros, ha sido publicada recientemente en Zona de Estrategia. Este Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios de Génova:

Desde el 2014 trata de frenar el tráfico de armas que hace escala en el puerto de Génova, al mismo tiempo que construyen una red de solidaridad internacional que una a los estibadores italianos y europeos en esta lucha. En el año 2019, este colectivo protagonizó el bloqueo de la nave saudita Bahri Yambu que estaba cargada de armas que iban a ser utilizadas en la guerra de Yemen. En la actualidad, el colectivo ha tratado de responder de forma activa a los llamamientos en ayuda del pueblo palestino.


Si en Euskal Herria ya comprobamos la importante repercusión de la negativa del bombero Ina Robles a participar en un operativo de carga de bombas en el puerto de Bilbao con destino a Arabia Saudí. Por eso, insistimos en la pregunta ¿Y si se organiza un bloqueo a Israel del personal estibador vasco? Para animar a ello, aquí os dejamos el texto de la mencionada entrevista:




«Queremos que cada trabajador sea libre de decidir si quiere o no participar en el transporte de armas»

por Stefano Serretta | Sep 11, 2025

Entrevista a José Nivoi, estibador y sindicalista miembro del Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios de Génova.


José Nivoi se ha embarcado en la Global Sumud Flotilla que partió desde Génova con la intención de romper el bloqueo naval impuesto por Israel a Gaza, y de establecer un corredor humanitario. «Si perdemos el contacto con nuestros barcos o con nuestros compañeros y compañeras aunque solo sea veinte minutos, bloquearemos Europa». Estas fueron las palabras de los estibadores del Collettivo Autonomo dei Lavoratori Portuali (CALP) del Sindicato de base USB que resonaron poderosas en la noche de la partida de la Global Sumud Flotilla desde Génova. El mensaje era claro: la ayuda humanitaria debe llegar a Gaza y nadie debe atreverse a tocar la flotilla, a pesar de las amenazas del ministro de Seguridad Nacional israelí, de lo contrario «ni un clavo partirá más de nuestros puertos».

El CALP tiene una importante experiencia de organización de los trabajadores portuarios de Europa y el Mediterráneo en su compromiso por no participar del transporte de armas. Este colectivo nació en el puerto de Génova en 2011, donde un grupo de estibadores que decidió organizarse de forma autónoma. Al principio formaban parte del sindicato mayoritario en los puertos (Filt-CGIL), pero con el tiempo se apartaron para unirse a la Unione Sindicale de Base. El CALP representa una derivación militante dentro del sindicalismo portuario italiano: no solo pelea por mejores condiciones de trabajo, sino que también se inscribe en una lucha internacionalista contra la guerra y la explotación.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

David González (D.G. o @davidutti) el sensacional(ista) periodista policial de El Correo Álava.

 

La Policía no solo tiene agentes infiltrados que trabajan para ellos en los movimientos sociales y políticos: también tienen gente que trabaja para ellos "infiltrada" en los medios de comunicación. En este caso, no para obtener información, sino para difundirla, para propagar las versiones policiales sobre determinadas cosas (que muchas veces tienen que ver también, a su vez, con las acciones de colectivos sociales o de movimientos que trabajan para transformar la sociedad). 

(Los "infiltrados" de la Policía en los medios de comunicación; Manu Levin, Público, 01-01-2023)


Con esta entrada abrimos una pestaña nueva en este blog que vamos a dedicar a desvelar el sensacionalismo y amarillismo con el que habitualmente elabora sus artículos el más claro ejemplo alavés de eso que Manu Levin califica como “infiltrado” de la Policía en los medios de comunicación. Sabemos que, en mayor o menor medida, son muchos los medios, tanto locales como autonómicos o estatales que cuentan con este tipo de periodistas, y creemos que va siendo hora de desvelar sus maniobras, no tanto (que también) por el daño que puedan causar directamente a los colectivos o movimientos que cuestionan el sistema, sino porque, al menos en el caso de David González (que suele firmar como D.G.; o en redes como @davidutti) llevamos más de una década padeciendo su inquina contra determinados colectivos, de los más castigados social y/o económicamente, ya sea por su origen, por su etnia, o por prácticas (como la ocupación) a la que se ven abogadas estas personas para conseguir un techo o simplemente sobrevivir.


Pero no solo eso. Lo peor es que D.G. con el enfoque y tratamiento que da a sus artículos (que, como analizaremos con detenimiento en posteriores entradas de este apartado, conculca con ello numerosos aspectos del Código Deontólogico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España) genera miedos sociales, animadversiones, rechazos y predisposiciones punitivas, xenófobas y aporofóbicas (rechazo a las personas pobres o desfavorecidas) que envenenan la convivencia, denigran, cosifican y demonizan a personas y colectivos, siendo el germen y sustento de actitudes e iniciativas de tintes fascistas. En esta primera entrada ofreceremos un primer ejemplo concreto de esa pésima praxis periodística, en esta ocasión relacionada con la no veracidad de los datos sobre la “creciente delincuencia” en Gasteiz en el primer trimestre de 2025.


Por supuesto que para ello cuenta con el aval y el respaldo tanto de su medio de comunicación (el de mayores ventas en Araba) como de sus habituales fuentes policiales. De su medio de comunicación porque, al menos en el apartado de la información policial y de tribunales (de la que se encarga D.G.), parece optar por algunos de los objetivos que habitualmente se le señalan al sensacionalismo:


Los objetivos del sensacionalismo son espurios para el periodismo: la obtención a toda costa de mayor repercusión (audiencia o tirada), y por tanto mayores beneficios económicos, o la manipulación de la opinión pública (con un determinado propósito: empresarial, político, social o ideológico).


Y cuenta con el apoyo y respaldo de sus habituales fuentes policiales (y las organizaciones sindicales policiales), porque lo que a menudo realiza D.G. es dramatizar de forma novelesca las notas de prensa policiales (y su sesgo informativo), haciéndolas más atractivas a un público atraído por la espectacularidad o morbo de sus titulares y subtitulares. El sensacionalismo de D.G provoca así que la lectura de la notica dramatizada genere miedo y temor entre quienes le leen y, lo que les lleva a asumir la conclusión inducida en la deformada noticia: hace falta más policía, más vigilancia y control de cámaras y mayor severidad penal, más mano dura… es decir, las reclamaciones habituales de buena parte de los sindicatos policiales.


Además, sobre el uso y abuso de las fuentes policiales hay que tener en cuenta lo que señalan, por ejemplo, autoras como Ainhoa Novo, Simón Peña, Leyre Eguskiza, Eva Jiménez y Lucía Martínezi: