miércoles, 3 de septiembre de 2025

David González (D.G. o @davidutti) el sensacional(ista) periodista policial de El Correo Álava.

 

La Policía no solo tiene agentes infiltrados que trabajan para ellos en los movimientos sociales y políticos: también tienen gente que trabaja para ellos "infiltrada" en los medios de comunicación. En este caso, no para obtener información, sino para difundirla, para propagar las versiones policiales sobre determinadas cosas (que muchas veces tienen que ver también, a su vez, con las acciones de colectivos sociales o de movimientos que trabajan para transformar la sociedad). 

(Los "infiltrados" de la Policía en los medios de comunicación; Manu Levin, Público, 01-01-2023)


Con esta entrada abrimos una pestaña nueva en este blog que vamos a dedicar a desvelar el sensacionalismo y amarillismo con el que habitualmente elabora sus artículos el más claro ejemplo alavés de eso que Manu Levin califica como “infiltrado” de la Policía en los medios de comunicación. Sabemos que, en mayor o menor medida, son muchos los medios, tanto locales como autonómicos o estatales que cuentan con este tipo de periodistas, y creemos que va siendo hora de desvelar sus maniobras, no tanto (que también) por el daño que puedan causar directamente a los colectivos o movimientos que cuestionan el sistema, sino porque, al menos en el caso de David González (que suele firmar como D.G.; o en redes como @davidutti) llevamos más de una década padeciendo su inquina contra determinados colectivos, de los más castigados social y/o económicamente, ya sea por su origen, por su etnia, o por prácticas (como la ocupación) a la que se ven abogadas estas personas para conseguir un techo o simplemente sobrevivir.


Pero no solo eso. Lo peor es que D.G. con el enfoque y tratamiento que da a sus artículos (que, como analizaremos con detenimiento en posteriores entradas de este apartado, conculca con ello numerosos aspectos del Código Deontólogico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España) genera miedos sociales, animadversiones, rechazos y predisposiciones punitivas, xenófobas y aporofóbicas (rechazo a las personas pobres o desfavorecidas) que envenenan la convivencia, denigran, cosifican y demonizan a personas y colectivos, siendo el germen y sustento de actitudes e iniciativas de tintes fascistas. En esta primera entrada ofreceremos un primer ejemplo concreto de esa pésima praxis periodística, en esta ocasión relacionada con la no veracidad de los datos sobre la “creciente delincuencia” en Gasteiz en el primer trimestre de 2025.


Por supuesto que para ello cuenta con el aval y el respaldo tanto de su medio de comunicación (el de mayores ventas en Araba) como de sus habituales fuentes policiales. De su medio de comunicación porque, al menos en el apartado de la información policial y de tribunales (de la que se encarga D.G.), parece optar por algunos de los objetivos que habitualmente se le señalan al sensacionalismo:


Los objetivos del sensacionalismo son espurios para el periodismo: la obtención a toda costa de mayor repercusión (audiencia o tirada), y por tanto mayores beneficios económicos, o la manipulación de la opinión pública (con un determinado propósito: empresarial, político, social o ideológico).


Y cuenta con el apoyo y respaldo de sus habituales fuentes policiales (y las organizaciones sindicales policiales), porque lo que a menudo realiza D.G. es dramatizar de forma novelesca las notas de prensa policiales (y su sesgo informativo), haciéndolas más atractivas a un público atraído por la espectacularidad o morbo de sus titulares y subtitulares. El sensacionalismo de D.G provoca así que la lectura de la notica dramatizada genere miedo y temor entre quienes le leen y, lo que les lleva a asumir la conclusión inducida en la deformada noticia: hace falta más policía, más vigilancia y control de cámaras y mayor severidad penal, más mano dura… es decir, las reclamaciones habituales de buena parte de los sindicatos policiales.


Además, sobre el uso y abuso de las fuentes policiales hay que tener en cuenta lo que señalan, por ejemplo, autoras como Ainhoa Novo, Simón Peña, Leyre Eguskiza, Eva Jiménez y Lucía Martínezi:


el uso recurrente de estas fuentes no resulta inocuo (Bullock & Cubert, 2002; Gillespie et al., 2013). Así, Meyer (1997) señala que los medios de comunicación las ven como una vía neutral y objetiva a través de la cual narrar la noticia, pero cuestiona su neutralidad. Esta autora sostiene que el posicionamiento sin valoraciones de la perspectiva policial puede resultar engañoso en la medida en la que, desde dicho punto de vista, el crimen se basa en una interacción entre el victimario y la víctima, en la que esta se ve implicada en la explicación de los hechos, lo que deja fuera la visión social y global del problema social (Meyer, 1997). También Bullock (2007) considera que la utilización de fuentes oficiales como la policía, los juzgados o personas de la judicatura ofrecen una creencia objetiva a la narración, a pesar de que estas fuentes tienen una posición patriarcal y no feminista

(…) Por último, la utilización de las fuentes policiales y judiciales para la cons-trucción de la noticia puede influir en el tipo de narración que contribuyen a desarrollar, unos “marcos policiales” (Bullock & Cubert, 2002) en los que se priorizan “solo los hechos”, sin elementos que permitan contextualizarlos ni describir su dimensión social (Cullen et al., 2019). Tal y como resumen Morgan y Simons (2018), las críticas al uso recurrente de las fuentes policiales se basan en la presentación de los hechos como fe-nómenos aislados, para los que la respuesta más adecuada es la ley y el orden sin apelar a la sociedad en su conjunto, lo que promueve su invisibilización


Así las cosas, habrá quien se pregunte si señalar directamente a D.G. no será sino arremeter sólo contra el mensajero. Creemos que no. Informar de las cuestiones relacionadas con la actividad policial o de tribunales, que es en lo que se suele centrar D.G. (él se define en su medio como especializado en asuntos judiciales y policiales) es algo que no pretendemos que se esconda (aunque muchas veces echemos en falta tanto el preguntarse por las causas, como la falta de información e investigación sobre los llamados delitos de cuello blanco, los más gravosos para nuestras sociedades). El problema no es informar, sino la deformación sensacionalista de esa información, y de eso sí que el protagonista y responsable es David González.


Por eso no es esta la primera denuncia pública sobre su mala praxis periodística. Hace ya algunos años colaboramos en la elaboración de un documento titulado El denunciable papel de algunos medios en la creación y difusión de falsedades. O el ejemplo del bulo de ‘los Pitxis al Casco’ por el ¿periodista? David González; y en los últimos tiempos se ha denunciado tanto su papel en la criminalización de las personas perceptoras de la RGI, como su animalización y deshumanización de colectivos vulnerables (en una denuncia pública recogida incluso en la web de Kazetariak, la Asociación Vasca de periodistas – Colegio Vasco de periodistas). Y es que, como señalan desde la Univeritat Pompeu Miguel Gómez, Sergi Cortiñas y José Luis Pérez en un texto titulado Sobrerrepresentación e infrarrepresentación del crimen en los medios de comunicación. Un estudio de caso en Barcelona”ii:


Por su parte, la lingüista Lezandra Grundlingh (…) En su estudio Identifying markers of sensationalism in online news reports on crime, introduce el concepto de “sensacionalismo sutil”, formado por términos o expresiones sobre el criminal, la víctima o el delito que no son necesarias para la comprensión de la noticia, “pero que igualmente fueron añadidas” para crear “ambiente”. Concluye que “aunque el sensacionalismo sutil no sea una forma de dejar de lado la objetividad, sí que puede ser visto, en algunos casos, como una técnica usada para manipular la opinión de los lectores en torno al crimen y los criminales”.

Un uso específico del lenguaje también puede dar lugar a la estigmatización por raza, origen, cultura o nivel económico. Actis y otros unen puentes entre la comunicación y la sociología para explicar la situación de los “otros”, personas inmigrantes, con una cultura diferente, que sufren de forma “rutinaria” una “criminalización” y “victimización” por parte de los medios. Los sujetos son “definidos desde la precariedad, la ilegalidad y el conflicto” como “amenazas”. Los autores añaden que los medios están dominados, en este sentido, por las lógicas del conflicto, la dramatización y la espectacularización.


No sabemos las razones que impulsan esta mala praxis periodística de D.G. Si es interesada (buscando reconocimiento o promoción profesional en su medio o en otros ámbitos, recordemos que ya ha sido responsable de prensa en la administración vasca) o meramente ideológica. Lo que sí sabemos es que, como señala Guillermo Berto en un texto titulado significativamente Según fuentes policiales. Por qué los medios publican sin filtro la información policial, y lo que resulta de ello:


Producir información policial es barato para los medios de comunicación, y les reporta grandes beneficios porque en general atrae mucha audiencia y, en forma subsidiaria, proyecta una escala de valores sobre la sociedad. Escala de valores que, lo señalo una vez más, coincide con la del medio que publica la información. Por eso la publica en espacios destacados. Cualquiera que haya observado con ligero detenimiento las páginas policiales de los diarios, los segmentos cada vez más amplios dedicados al tema en los noticieros de televisión, o los portales de los medios digitales, habrá notado con facilidad que no todos los delitos son considerados para la sección policiales, y no todos los delitos que se publican en la sección policiales tienen el mismo despliegue. Por lo general, la mayor atención la acaparan los homicidios. Pero tampoco cualquier homicidio. ¿Por qué algunos insumen horas de transmisión o grandes despliegues gráficos, llegan a las portadas de diarios y noticieros, y otros son prácticamente ignorados? Esto se debe a que una de las tareas esenciales de las secciones policiales de los medios es la construcción de un otro. Un otro al cual temer. Un otro del cual cuidarnos.

(…) No sabemos nada sobre criminalidad y difundimos la información que nos da la policía. A veces consultamos a pseudoespecialistas y citamos a los políticos que dicen que esto se soluciona llenando los barrios de patrulleros y endureciendo las penas. Y partimos de diagnósticos superficiales. Y cometemos errores graves. Así, se llena un barrio de patrulleros, se destruye el tejido de relaciones, se desatan enfrentamientos que antes no existían.


A lo que en el caso concreto de D.G. hay que añadir que al leer, en el ya citado artículo publicado en Kazetariak, que estos son “tiempos en los que los discursos de la ultraderecha ganan terreno precisamente criminalizando a las personas migradas y refugiadas”, no hemos podido sino recordar que hace unos pocos meses David González (davidutti para esa ocasión) fue el entrevistado único en un programa de casi dos horas llevado a cabo por uno de los principales canales informativos de eso que llaman la fachosfera, Terra Ignota, del que D.G. (quien no acudió mandado por su medio, sino por voluntad propia) se despedía con estas palabras: “Muchas gracias a vosotros sois unos craks, me lo he pasado superbien, y gracias por eso, por invitarme”.


Por eso es tan necesario desvelar el proceder de esta mezcla de periodistas sensacionalistas, “infiltrados” policiales y/o difusores de discursos xenófobos, aporófobos, clasistas y generadores de miedo social, que se refugian en los principales medios de comunicación, especialmente en los de ámbito local, porque son un verdadero cáncer para la salud social y la convivencia. Por eso os animamos a que cada quien en su lugar y con sus posibilidades intente desvelar al periodista sensacional(ista) “infiltrado” policial que padezca. En este blog, en este apartado, lo haremos con David González, y cualquier información al respecto que nos queráis hacer llegar (publicable o no) será más que bienvenida.



Primer ejemplo concreto de la pésima praxis periodística de D.G.


La mejor forma de conocer con detalle el denunciable proceder del sensacionalista periodista policial David González es ver casos concretos. Fijémonos en este primer ejemplo en uno de esos titulares impactantes tan del gusto del autor, publicado hace unos meses, con una gran repercusión en la ciudad. El pasado 28 de mayo, (en una noticia a la que, en su versión digital, posteriormente le han cambiado el titular, que inicialmente era el que vamos a ver ahora, como consta en el link que se generó inicialmente, y que no ha variado) con un amplísimo despliegue de varias páginas, David González “informaba” de que:


Vitoria ya soporta 53 delitos al día, la mayor cifra desde que existen registros

El aumento de los hurtos y los robos dispara la estadística de la Ertzaintza y la Policía Local en el primer trimestre de este 2025

Un acuchillado por semana. Un robo con violencia al día. Un hurto cada 100 minutos. La delincuencia alcanza cotas nunca vistas en Vitoria. Al menos en términos numéricos. Según las estadísticas oficiales de la Ertzaintzay la Policía Local, el primer trimestre de este 2025 arrojó un promedio de 53,3 infracciones penales cada jornada. Un ritmo desconcertante para la Green Capital, otrora ejemplo de civismo, paz y seguridad.


Incluyendo además el siguiente despiece para resaltar los datos:


  • 53,3 al día 53,3 infracciones penales padeció Vitoria a diario durante el primer trimestre de este 2025, según las estadísticas de la Ertzaintza y la Policía Local. Supone un incremento del 8,9% respecto al mismo periodo del año pasado. En 2022, el promedio fue de 43,4. En 2019, 41,7. En 2010, 39,8. En 2007, 30.

  • 45% más de hurtos Los hurtos, esa delincuencia de perfil bajo pero preocupante para las víctimas, se ha disparado. De 904 denuncias diarias a 1.317. Ya se registran 14 atestados cada jornada sólo en la capital de Álava.

  • 29% más de robos Es el porcentaje de incremento de los robos con violencia o intimidación. La estadística refleja uno al día, un promedio «muy preocupante» según fuentes policiales.

  • Violencia de género Pequeño descenso de las mujeres víctimas de ataques a manos de sus parejas o exparejas. De los 241 casos del año pasado se ha rebajado a 235 infracciones penales conocidas. Un 2,4% menos.


A lo que añadía su habitual aportación de fuentes policiales y judiciales:


«Es innegable que tenemos un problema. Negarlo es hacerse trampas al solitario», coinciden ertzainas y agentes locales encargados de patrullar por las calles del municipio. 4.804 infracciones penales registraron entre las comisarías de Portal de Foronda, Aguirrelanda y, en menor medida, José Erbina.

(…) Medios judiciales secundan esa llamada de atención. «Claramente tenemos más asuntos. Se nota muchísimo el incremento de la delincuencia», deslizan desde los juzgados de Instrucción de la Avenida de Gasteiz. Estas salas se encargan de lidiar con los detenidos y las denuncias diarias. Son la primera trinchera de la Justicia. Y algunos se encuentran «al borde del colapso» por este incremento de los delitos. En la actualidad registran 17 asuntos al día. «Hace un año eran 15», insisten estas fuentes.

Un vistazo a la estadística policial oficial descubre que han crecido los robos con violencia y los robos con fuerza. «Ambos generan mucha alarma social», reconocen agentes y personal judicial. «Aparte de que están empezando a darse a plena luz del día».


Por supuesto, tratándose de D.G., no puede faltar la dosis de dramatismo tremendista:


Idéntica tendencia dibujan los hurtos, considerados delincuencia menor pero que tienen carcomida la moral a muchas empleados de supermercados y de tiendas. «Rogamos a los políticos del gobierno local que se acerquen cualquier tarde para que vean por sus propios ojos cómo se llevan nuestros productos», comparte la dependienta de una conocida superficie comercial del barrio de Coronación.


Insiste posteriormente en la gravedad del problema, denunciando de paso el silencio institucional:


Las 53,3 infracciones penales al día representan una cifra desconocida por estos lares. Pero no hacen sino remarcar una tendencia alcista de la delincuencia en el término municipal.

(…) Peor que en Bilbao y San Sebastián

Las cifras sorprenden todavía más al cotejarlas con las ciudades vecinas y del conjunto de España.

Según el Balance Trimestral de Criminalidad, elaborado por el Ministerio del Interior y único baremo en el conjunto del país, en Bilbao, la criminalidad descendió diez puntos y en San Sebastián se incrementó en un 5% durante estos tres primeros meses de 2025.

(…) Por el momento, las instituciones prefieren callar ante este fenómeno. Ni el Departamento vasco de Seguridad, a cargo de Bingen Zupiria (PNV), ni su homólogo en el Ayuntamiento de Vitoria, el también jeltzale César Fernández de Landa, han querido opinar sobre estos datos oficiales ofrecidos por los cuerpos de seguridad que lideran, la Ertzaintza y la Policía Local respectivamente.


Eso sí, el “infiltrado” policial, en el sentido que ya hemos comentado al principio, termina cumpliendo parte importante de su función, dar voz a los sindicatos policiales para que se explayen en sus denuncias, reivindicaciones y análisis tremendistas:


«Necesitamos un estudio y una reflexión del porqué de este aumento exponencial. Y desde luego la necesidad de más agentes, tanto de la Ertzaintza como de la Policía Local, para labores de seguridad ciudadana y de investigación», dice Erne, la central mayoritaria en el sector y que hace años que denuncia «la falta» de efectivos. En este sentido, tanto la administración autonómica como la local proyectan varias OPEs a medio plazo. Mientras llegan, al menos en Vitoria, el Gabinete de Maider Etxebarria trata de parchear el temporal con interinos y vigilantes privados para los eventos y la seguridad de edificios públicos. Hoy miércoles, por cierto, se espera un acuerdo con las bases de la Policía Local.

«No recetas del pasado»

Desde Esan sostienen que «las riñas tumultuarias y la posesión de armas blancas asociadas a estas peleas han dejado de ser incidentes aislados para convertirse en síntomas de un fenómeno más profundo: la consolidación de bandas organizadas, cada vez más violentas». En este punto matizan que «la seguridad ciudadana no puede seguir siendo gestionada con recetas del pasado».

Euspel agrega que «cada vez se reduce más la capacidad de la Policía, se nos limita y cuestiona por todo, hemos perdido el principio de autoridad, se reduce la plantilla, los medios y el presupuesto...». Sipe incide en que «faltan agentes y sobran excusas porque estamos ante una situación límite que requiere medidas urgentes y no propaganda».

Y Comisiones Obreras cierra que «resulta preocupante que, habitualmente, los responsables políticos y policiales, tratando de encubrir una nefasta gestión, se dediquen a hablar de hechos aislados».


Todo ello conduce a que días después el Ayuntamiento, ante la “preocupación social” el departamento de Seguridad del Ayuntamiento, plantee una hoja de ruta con 12 acciones estratégicas,


Vitoria-Gasteiz reforzará su seguridad con más patrullajes, vigilancias especiales y programas preventivos 

El departamento de Seguridad plantea una hoja de ruta con 12 acciones estratégicas para hacer frente a los delitos que mayor preocupación social están generando


Entre las que figuran mayor presencia policial, controles en puntos estratégicos, vigilancias especiales en espacios sensibles, aumento de la videovigilancia o reforzamiento de la presencia policial en fiestas de barrios o zonas de ocio nocturno. Dado el poco tiempo transcurrido entre ambas cuestiones (publicación de la noticia de D.G. y anuncio municipal de las medidas), menos de dos semanas, nos quedamos con la duda de si es consecuencia de aquello, o si el despliegue de D.G. en realidad tuviera como objetivo preparar el camino a las propuestas municipales.


Claro que, habrá mucha gente que piense que es lógico, porque leída la noticia de D.G., aunque solo sea el titular y el despiece (lo más habitual entre el público lector) la verdad es que no deja indiferente, y que, como dicen sus fuentes policiales, parece que realmente en Gasteiz tenemos un problema con la delincuencia, algo de lo que podemos ser conscientes gracias al trabajo de D.G. Pero ese trabajo, la lectura de la realidad a la que nos conduce, y las medidas policiales que se plantean como consecuencia para hacerle frente, tienen un pequeño gran problema: los datos que aportan no son verdad, son falsos. Parece increíble ¿verdad?, pero como vamos a demostrar ahora, es así.


Como hemos podido leer en la “información” de D.G., nos habla de 4.804 infracciones penales durante el primer trimestre de 2025 (que al dividirla por los 90 días del trimestre nos da la cifra mágica de D.G. de 53,3, y nos cita como fuente los datos que aportan la Ertzaintza y la Policía Local que recoge el Balance Trimestral de Criminalidad, elaborado por el Ministerio del Interior. Pues bien, para empezar, diremos que ese Balance Trimestral de Criminalidad no recoge solo los datos de las Infracciones Penales recogidos por Ertzaintza y Policía Local, sino que, como recoge el propio documento, también incluye los datos de la Policía Nacional y la Guardia Civil:


Este Balance de Criminalidad corresponde al primer trimestre del año 2025 y recoge la evolución de la criminalidad registrada en España durante los tres meses del año por la Policía Nacional, Guardia Civil, Ertzaintza, Mossos d'Esquadra, Policía Foral de Navarra, y también por aquellos Cuerpos de Policía Local que facilitan datos a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado


Acudiendo a la página 474 de ese documento, encontramos los datos relativos a Vitoria-Gasteiz, donde podemos comprobar que las Infracciones Penales (delitos) registrados en nuestra ciudad en el primer trimestre de 2025 no son los 4.804 que nos cuenta D.G., sino bastantes menos, 3.478 (es decir, 1.330 menos, un 27,6% inferior al dato de D.G.) y, consecuentemente, los delitos por día en Gasteiz en ese primer trimestre de 2025, no han sido 53,3, sino 38,6. Lo mismo sucede con el resto de datos que aporta D.G. con respecto al número de hurtos o robos con violencia al día, tampoco son ciertos. También son falsos.


Y no, no es que los conceptos o las fuentes sean distintos, porque hay una prueba evidente de ello. Ese mismo 28 de mayo, el propio D.G. publica otro artículo, esta vez centrado en los datos de toda la provincia de Araba, en los que no solo vuelve a aparecer como fuente el Balance Trimestral de Criminalidad del Ministerio del Interior, sino que, esta vez sí, los datos del Balance (página 473) y los del artículo de D.G., coinciden completamente:


Álava, la provincia española donde más se incrementa la delincuencia

Los delitos aumentan un 12,9% durante el primer trimestre de este 2025

Miércoles, 28 de mayo 2025, 13:04 | Actualizado 13:29h.

Triste récord. Álava encabeza el ránking de subida de delincuencia según el último Balance Trimestral de Criminalidad, elaborado por el Ministerio del Interior. Entre el 1 de enero y el 31 de marzo, las infracciones penales conocidas se dispararon un 12,9%. Es la primera vez en la historia de este informe oficial en que nuestra provincia lo lidera.

Este aumento de la inseguridad sin parangón en el resto del país se sustenta sobre todo en los preocupantes incrementos de los hurtos (de 849 a 1.234 denuncias, una subida del 45%), los robos con violencia e intimidación (de 31 a 53, 71%), los robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones (de 124 a 185, 49%) o el resto de la criminalidad convencional (de 1.444 a 1.508, 4,4%).


¿Por qué entonces los datos falsos de D.G. con respecto a Gasteiz? Esa es una pregunta que tendrá que responder él. Lo que sí sabemos es que en días posteriores estuvo repitiendo y utilizando esos datos falsos, tanto, por ejemplo, en la entrevista que le realiza el 1 de junio al presidente de la Audiencia Provincial de Álava, como el día 9 de junio cuando D.G. hace la crónica sobre las nuevas medidas policiales que va a tomar el Ayuntamiento de Gasteiz. ¿Era un error y no lo sabía, por eso posteriormente lo advirtieron y variaron la versión digital de la noticia, aunque sin eliminar los datos falsos? Podría ser, pero sería llamativo que ninguna de sus fidedignas fuentes policiales y judiciales que tanto opinan sobre los llamativos datos se hubiera percatado de su falsedad, y que D.G. y su medio se hubieran limitado a variar el titular.


Más aún, de ser un error, sería incalificable y bochornoso que el propio D.G. y su medio no hayan hecho un despliegue importante dando a conocer la falsedad de los datos y, por lo tanto, lo erróneo de las lecturas e interpretaciones que los acompañaban. ¿O realmente lo que perseguían D.G., las fuentes policiales que según él le suministran los datos y/o su propio medio de comunicación eran crear esa alarma social que provocaban los datos? De nuevo, la respuesta solo la tienen ellos, pero el resultado cierto ha sido ese: aumento del temor ciudadano a la delincuencia en la ciudad, así como las nuevas medidas de control policial instauradas en días posteriores por el Ayuntamiento de Gasteiz.


Para ello, también han sido de mucha utilidad el replicar del dato que han llevado a cabo medios como La Gaceta o Nortexpres, o partidos políticos como el PP. Todo ello, lo podría haber evitado D.G. si recurriera a herramientas con las que cuenta el periodismo, como es el caso, por ejemplo, de EpData (la plataforma creada por Europa Press para facilitar el uso de datos públicos por parte de las personas periodistas, con el objetivo tanto de enriquecer las noticias con gráficos y análisis de contexto como de contrastar las cifras ofrecidas por las diversas fuentes), en donde podría haber comprobado la veracidad de los datos, encontrándose que, como era de esperar, EpData facilita los mismos que Interior y no los falsos datos que publica D.G. Pero, como vamos a comprobar también en el siguiente y último apartado, la buena praxis periodística no parece ser algo que preocupe mucho a David González.



El otro gran error en la praxis periodística del artículo de D.G.


Si incalificable (y bastante definitorio del personaje) es lo hasta ahora narrado, no queremos que el escándalo que nos provoca nos impida distinguir otro grave error en el mencionado artículo de D.G., relacionado directamente con la mala praxis periodística, y habitual también en la mayor parte de sus artículos: primar el sensacionalismo, por vía de la exageración, distorsionando la realidad, al tiempo que omite el análisis del contexto de las noticias, lo que en definitiva desinforma. En palabras del Observatorio Regional de Medios de Información y Comunicación (el colombiano ORMIC):


El sensacionalismo de la información es una técnica o estilo que expresa e interpreta la realidad con el fin de producir impresión, emoción y sensación en la población. Este es aplicable a todos los medios de comunicación y se caracteriza por la tendencia a exagerar y dramatizar la información narrada, lo que conlleva a una distorsión de la realidad. Este estilo difunde, en su mayoría, información polémica, en la que se resalta la violencia, las catástrofes, los crímenes, los asesinatos, los secuestros, los robos, y se banalizan otros aspectos de la vida social. Esto con el objetivo de llamar la atención, creando una idea que se aleja de la realidad y desinforma a la comunidad.


Es básicamente lo que hemos visto que realiza D.G. en esta noticia. Pero nos falta por ver lo que, desde una buena praxis periodística, debería hacer y no hace: dar contexto a los datos e intentar (por sí o por personas entendidas en la materia) buscar lecturas sociales y explicaciones a los mismos, más allá del manido argumentario policial. Y en esta noticia se hace indispensable.


Porque a pesar de la falsedad de los datos de D.G., los datos ciertos del Balance Trimestral de Criminalidad sí que recogen una realidad que no hay que ocultar: las Infracciones Penales registradas en Gasteiz en el primer trimestre de 2025 aumentaron con respecto a 2024 en un considerable 13,9% (de 3.053 a las ya comentadas 3.478), mientras que en el mismo periodo en Donosti se incrementaron solo en un 2%, y en Bilbo incluso se redujeron en 5,8% (aunque Gasteiz sigue siendo la capital vasca con menor tasa de infracciones penales por 1.000 habitantes).


Ante ello, una persona profesional del periodismo con buena praxis periodística, no se limitaría como D.G. a reproducir las habituales alternativas policiales pidiendo más policía, e intentaría preguntarse los motivos o causas de ese llamativo incremento. En este caso es más sencillo de lo que parece, basta con preguntarse qué novedades ha habido durante el primer trimestre de 2025 en Gasteiz con relación a estas cuestiones y enseguida aparecen dos con el suficiente peso específico como para explicar ese incremento. Primera, que durante todo ese primer trimestre (y algunos posteriores) la Policía Local de Gasteiz llevó a cabo una huelga de celo, lo que, como se ha publicado:


En el caso de la Policía Local, esta protesta puede traducirse en un incremento significativo de controles y sanciones. Los agentes denuncian todas las infracciones que observan, sin aplicar la tolerancia que normalmente permite resolver casos menores con una advertencia


Pero hay una segunda cuestión, también relativa a ese periodo y también relacionada solo con Gasteiz, que pensamos que probablemente haya tenido aún más influencia en ese aumento de las infracciones penales, mucho más si tenemos en cuenta que la infracción penal que se incrementó desmesuradamente en Gasteiz fueron los hurtos (pasaron de 763 a 1.119, esto es, 356 más, y recordemos que el conjunto de las infracciones penales se incrementó en 425): desde el 10 de febrero comenzó a ser posible la tramitación online de denuncias a través de la página web de la Policía Local gasteiztarra, de forma rápida y sin cita previa, siempre que sean relativas a las siguientes infracciones:


  • Hurto o pérdida de cartera con documentación y/o efectos. 

  • Hurto o pérdida de documentación y/o efectos. 

  • Robo en interior de vehículo. 

  • Hurto o robo de vehículos. 

  • Daños

  • Hurto de bicicleta, de patinete y/o de teléfono. 

  • Estafa

  • Otro tipo de hurtos.


Probablemente si D.G. hubiera ejercido de periodista con buena praxis, incluyendo este simple análisis del contexto su noticia sensacionalista habría volado por los aires, para el enfado y mosqueo de sus habituales fuentes policiales, y de los intereses del medio en el que escribe. Ejerciendo así noblemente el periodismo de información, no habría contribuido a exacerbar más el temor social inducido al delito, y sí a cimentar las relaciones sanas en la comunidad vecinal gasteiztarra. Pero eso, como seguiremos viendo en próximas entradas de este apartado del blog, está muy lejos de ser la forma de proceder de David González (D.G. o @davidutti) el sensacional(ista) periodista policial de El Correo Álava. Y por eso hay que denunciarlo. En ello seguiremos y a ello os animamos.


i Novo Arbona, Ainhoa; Peña Fernández, Simón; Eguskiza Sesumaga, Leyre; Jiménez Martín, Eva & Martínez Odriozola, Lucía. 2021. “¿Vecinas, policías o expertas? Las fuentes informativas en las noticias sobre feminicidios”. Quaderns de Filologia: Estudis Lingüístics XXVI: 193-211

ii Gómez, Miguel; Cortiñas, Sergi; Pérez, José Luis: “Sobrerrepresentación e infrarrepresentación del crimen en los medios de comunicación. Un estudio de caso en Barcelona”. Polít. Crim. Vol. 18 Nº 36 (Diciembre 2023), Art. 12, pp. 838-872 https://politcrim.com/wp-content/uploads/2023/12/Vol18N36A12.pdf

 

 

 

 

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