martes, 24 de diciembre de 2024

EL AÑO 2024: Gaza, Ucrania y Eurasia en la crisis del declive occidental (Rafael Poch)

 


 Para estos momentos de final de año nos parece apropiado traer a este rincón como propuesta de lectura el texto de Rafael Poch que da título a esta entrada: EL AÑO 2024: Gaza, Ucrania y Eurasia en la crisis del declive occidental

Más allá de sintonías y discrepancias posibles con el lugar desde donde se ubican las visiones y análisis de Rafael Poch, le reconocemos su honestidad y claridad, además de su conocimiento sobre las cuestiones que aborda en el texto.

Para provocaros a su lectura, igual es adecuado comenzar por el último párrafo del texto:

 

El mundo actual emite una gran incertidumbre. En el año 24, el siglo nos sugiere un ejercicio de prudente humildad. El diagnóstico general que desprende es el de una básica y elemental sensación de peligro. La senda de los imperios combatientes, resultado del declive del poderío occidental en el mundo y del ascenso de alternativas, es sumamente contradictoria con las condiciones de la crisis del Antropoceno. El belicismo es un desastre y una pérdida de tiempo que no nos podemos permitir como especie. En eso estamos.

(Diciembre de 2023 / febrero de 2024)

 

Pero que nadie piense que Poch rehúye la claridad o esquiva la contundencia cuando son precisas en sus análisis. Veamos un ejemplo:

 

Al negarse a condenar los crímenes de guerra de Israel, se ha evidenciado la hipocresía de Washington y Bruselas ante la invasión rusa de Ucrania. De repente ha quedado clara la negación del principio de igualdad entre seres humanos practicada por el Occidente ampliado, así como su compatibilidad con los “valores europeos” y el instrumental semántico sobre la democracia y los derechos humanos. La memoria histórica del sur ha recordado en Gaza que el colonialismo extendió la “civilización” a base de genocidios perfectamente compatibles con la ilustración, la separación de poderes y el parlamentarismo.

(…) La actitud de los Gobiernos occidentales, sus medios de comunicación y propagandistas contiene un claro aviso sobre cómo la parte privilegiada de este mundo puede solucionar el callejón sin salida al que nos ha conducido el sistema capitalista en este siglo. A falta de “nuevos mundos” a los que exportar excedentes demográficos y metabolismos vitales insostenibles e incompatibles con el principio de igualdad entre seres humanos, el horizonte que se dibuja puede ser el de la justificación política y mediática de un “Gaza planetario”: mantener islas de bienestar y derecho estrictamente protegidas por ejércitos y armadas para, digamos, el veinte por ciento de la población mundial, y recluir al resto en zonas humana y ambientalmente desastradas. Como

observaba el sociólogo y analista geopolítico Immanuel Wallerstein, ese no es un plan muy diferente al que Hitler y sus coetáneos tenían en mente. Para quien intente escapar de esas zonas: muros, tiros y naufragios. Eso es lo que ilustran, como anticipo de la gran emigración medioambiental que nos espera, los 28.000 muertos registrados solo en el Mediterráneo desde 2014.

 

Tampoco elude utilizar el bisturí (auto)crítico cuando se trata de analizar causas. Otro ejemplo:

 

Con la guerra, la UE se ha convertido en una organización auxiliar de la OTAN. El mal avenido eje francoalemán ha sido sustituido por un eje Londres - Varsovia - Bálticos - Nórdicos - Ucrania, mucho más favorable a Washington, que es quien marca la línea. Pero, para que eso haya sido posible en los últimos treinta o cuarenta años, han tenido que ocurrir diversos procesos. Uno de ellos es el de la “americanización” cultural de Europa y el debilitamiento de sus Estados, con pérdida de soberanía de sus instituciones, como consecuencia de la privatización de lo público

(…) La privatización de lo público y el crecimiento de la influencia empresarial en detrimento de los Gobiernos y los Estados, característica del capitalismo neoliberal, ha facilitado mucho esa influencia. Medio siglo de capitalismo neoliberal convirtió a los Estados y Gobiernos europeos en algo muy débil e impotente. La propia Unión Europea se construyó, particularmente a partir de los años noventa, como una autopista neoliberal para los intereses de las grandes corporaciones.

(…) Más allá de su retórica narcisista, la simple realidad de la Unión Europea es que no es una construcción democrática. En política monetaria manda el Banco Central Europeo, en política exterior y de seguridad manda la OTAN y en casi todo los demás la Comisión. Ninguna de esas organizaciones e instituciones está al alcance del voto y de mecanismos de soberanía popular -que solo puede ser nacional, porque existe el pueblo español, el pueblo francés y el pueblo alemán, pero no existe un “pueblo europeo”-. Por lo tanto, se trata de una típica construcción tecnocrática y oligárquica. Quiero subrayar que la concertación de las naciones europeas me parece útil y necesaria, pero precisamente por eso hay que reconocer que su forma actual ha restringido la democracia en el marco general del capitalismo neoliberal en el que lo político se subordina a lo económico.

 

Un último párrafo-cebo para quienes aún no se hayan decidido a leer el no demasiado largo texto (34 páginas, pero con no pocos mapas e ilustaciones), en esta ocasión, formando parte de su análisis sobre la situación e intenciones de China:

 

(…) el 26 de septiembre de 2023, la Oficina de Información del Consejo de Estado de China publicó un libro blanco titulado Una comunidad global de futuro compartido: Propuestas y acciones de China. Diez años después de que el presidente Xi Jinping propusiera la construcción de una “comunidad global de futuro compartido”, China ha presentado la base teórica de esa voluntad de aportación al futuro en un mundo integrado. La parte más interesante es probablemente este párrafo:

“No existe ninguna ley de hierro que dicte que una potencia emergente buscará inevitablemente la hegemonía. Esta suposición representa el típico pensamiento hegemónico y se basa en los recuerdos de guerras catastróficas entre potencias hegemónicas en el pasado. China nunca ha aceptado que, una vez que un país se hace lo bastante fuerte, buscará invariablemente la hegemonía. China comprende la lección de la historia: que la hegemonía preludia el declive. Perseguimos el desarrollo y la revitalización a través de nuestros propios esfuerzos, en lugar de la invasión o la expansión. Y todo lo que hacemos es con el propósito de proporcionar una vida mejor a nuestro pueblo, al tiempo que creamos más oportunidades de desarrollo para el mundo entero, no para suplantar o subyugar a otros”.

Que China afirme que no quiere ser hegemón, conductor, guía, dominador, es algo evidentemente positivo; sin embargo, no pasará de ser una declaración de buenas intenciones si su proyección mundial se basa en un comercio económica y ecológicamente desigual como el que tenemos en el mundo de hoy entre los países ricos y dominantes y los pobres y dependientes. Esa declaración puede acabar siendo tan irrelevante como la de los europeos llevando “la civilización” a los “salvajes” en el siglo XIX, o los estadounidenses promoviendo la “democracia y los derechos humanos” a punta de guerras y masacres en el siglo XX hasta el día de hoy.

 

Que nadie espere respuestas, soluciones o propuestas en el texto de Rafael Poch, no son esas sus características, pero nos ofrece buenas herramientas de análisis y conocimiento sobre situaciones de la geopolítica mundial desde una óptica bastante alejada de los discursos oficiales y, en gran medida, desmontando buena parte de estos. Algo que, en la actualidad, es muy de agradecer.

No obstante, y como contrapunto necesario a análisis geoestratégicos,  creemos imprescindible tener en cuenta el punto de vista que, una vez más, nos aporta la mirada de Raúl Zibechi en este artículo:


La vida frente a la muerte. Los que resisten la tormenta

Mucho se habla en los grandes medios de la tremenda situación actual, de la superposición de guerras y violencias de los de arriba, de Estados contra Estados, de muertes y de avances del despojo, disfrazados de “progreso” y “desarrollo”.

El panorama mediático está abarrotado de la mirada geopolítica, tan de moda por la aparición de innumerables “especialistas” de último momento, que no pueden ocultar su preferencia por alguna de las potencias mayores. Curioso resulta que hacen predicciones de todo tipo, como el avance de alternativas al dólar y de cumbres “tectónicas” de los BRICS, pero olvidan los evidentes retrocesos de esa alianza. Endulzaron los oídos de sus audiencias asegurando que el fin del dólar está muy cerca, como si el super imperio fuera a caer casi por sí solo sin presentar batalla.

Otros le apostaron al triunfo “inevitable” del Eje de la Resistencia, siempre en base a la cultura de la muerte, para reconocer tardíamente su fracaso y su ostensible retroceso. No debemos creer a los geopolíticos, aunque hay excepciones y es bueno leerlos para saber lo que piensan los que niegan a los pueblos o los convierten en mero instrumento para el ascenso de nuevas potencias. Sinceramente, provocan indignación los que se disfrazan de progres o alternativos para vender la misma mercancía imperialista de siempre.

Ahora está de moda hablar de la armas hipersónicas, como si ellas fueran la clave de las guerras en curso. Nunca fueron las armas las que decidieron una guerra. Se puede repasar la historia, de adelante hacia atrás y viceversa, y veremos que el nuevo armamento tuvo su papel, a veces importante, pero siempre fueron los pueblos los que decidieron el destino de la humanidad y de los conflictos. ¿Cómo pudo vencer el pueblo vietnamita a la mayor y más poderosa potencia militar del planeta? O los argelinos, o los pueblos de nuestra región que enfrentaron a los colonizadores españoles con armamento de mucha menor potencia.

En suma, mucho se habla de quienes matan, de bombardeos, de tecnologías de guerra y de crímenes de todo tipo contra los pueblos. Pero no se mencionan las resistencias. Ni en la forma franca y abierta ni en la menos ostensible de la fuga de la guerra. ¿Cuántos rusos y ucranianos desertan de sus países? No conocemos cifras, quizá porque haya acuerdo en silenciar las debilidades de los poderosos.

Rusia, por ejemplo asegura que todos los días da de baja a casi dos mil militares ucranianos, pero es secreto de Estado que todos los días caen unos mil uniformados propios. Y viceversa, Kiev no menta sus deserciones ni sus bajas. Algo similar sucede en Medio Oriente, donde Israel oculta oficialmente las bajas entre sus tropas, mientras Hamas e Hizbulá tampoco dicen la verdad sobre la situación que atraviesan.

En fin, la cultura de la muerte manda y domina en todos lados, en Occidente y en Oriente, en el Norte y en Sur, sin mayores distinciones. Los pueblos, la gente común, son sus grandes ausentes a los que sólo se menciona -enumerando la cantidad de muertos civiles que ha provocado el bando enemigo- como mera propaganda.

Apenas se mencionan las resistencias de abajo, pero hay un silencio absoluto sobre las creaciones de los pueblos para sobrevivir la tormenta. Que son muchas más, muchísimas más, de las que quisieran creer los grandes medios y los Estados y gobiernos que los financian. Por eso, creo que es necesario insistir, difundir, explicar.

En 2025 será inaugurado el Centro de Saberes del Pueblo Garífuna, en Vallecito o Faya en lengua propia, ese centro que algunos denominan universidad, construido enteramente con recursos propios, comunitarios y con trabajo colectivo. Será referencia para las 48 comunidades de la costa Caribe organizadas en OFRANEH (Organización Fraternal Negra Hondureña), que está siendo duramente acosada por terratenientes, narcotraficantes y emprendimientos turísticos. Que en realidad, trabajan juntos contra uno de los pueblos más golpeados de Honduras.

Es curioso, o no, pero sólo se los menciona en los medios cuando sufren un atentado. O sea, se elige ponerlos como víctimas pero no como sujetos que construyen vida para desafiar la cultura de la muerte y el colapso en curso.

En el sur de Argentina son mil las comunidades mapuche, según Mauro Millán, que siguen resistiendo el acoso del gobierno de Milei y su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que los califica como “terroristas” por pretender recuperar las tierras que les arrebataron. Son más de cuatro mil las comunidades mapuche en Chile, un parte de las cuales vienen recuperando tierras ante el acoso del progresista Gabriel Boric, que militarizó Wall Mapu por dos vías: la masiva presencia del Ejército y la ostensible presencia narco, que trabajan juntas contra las comunidades.

Podríamos seguir recorriendo, por ejemplo, los nueve Gobiernos Territoriales Autónomos en la Amazonia Norte del Perú, creados para resistir el despojo y para asegurar la sobrevivencia de más de mil comunidades y localidades. O los 64 pueblos indígenas de la Amazonia brasileña, que en 48 diferentes territorios han creado protocolos de demarcación autónoma de tierras que los gobiernos siguen entregando al agronegocio. O la tremenda resistencia de los Ava Guarani, Guarani Kaiowá y Kaingang, cercados por hacendados en Mato Grosso do Sul, que incendian sus recuperaciones y han disparado contra ellos.

En el Cauca colombiano los 115 Cabildos, en 84 Resguardos, de los 8 pueblos indígenas, están resistiendo la brutal ofensiva de los narcotraficantes y paramilitares, ahora engrosados por los restos de las guerrillas, que hasta el 30 de noviembre se cobraron la vida de 45 líderes y comuneros indígenas. Pese a la guerra de despojo que sufren, siguen creando vida, en especial espacios para los niños y niñas.

Dejo para el final la mención de lo que ya conocen las personas que leen Desinformemonos: las impresionantes creaciones zapatistas en medio de la guerra y del colapso, que ahora contarán con un nuevo quirófano gracias a la campaña “Un Quirófano en la Selva Lacandona”, lanzada en noviembre por la Red Europa Zapatista para fortalecer la Salud Autónoma.

Ese tremendo mundo que están construyendo los pueblos, abajo y en silencio, no existe ni para los medios ni para los gobiernos, ni para los partidos de izquierda que sólo ven caudillos y pirámides, reales o imaginarias, y nunca a las bases que resisten y construyen.




 

 

 

 

 

 

martes, 10 de diciembre de 2024

La Tormenta y el Día después. Encuentros internacionales de Rebeldías y Resistencias

 


 

El próximo 28 de diciembre, en Cideci-Unitierra. SCLC, Chiapas, México, dará comienzo el primer acto de los Encuentros internacionales de Rebeldías y Resistencias que, durante todo un año, impulsado por el zapatismo, desarrollará debates, reflexiones, encuentros y festejos, semilleros, caminatas, pláticas y otras variadas actividades, con el objetivo, ya señalado desde hace tiempo por el movimiento zapatista, de pensar y preparar el qué hacer, no sólo durante la Tormenta, sino ahora, especialmente, en el Día Después de la Tormenta, tal y como ya adelantaron el pasado 10 de octubre las Asambleas de Colectivos de Gobiernos Autónomos Zapatistas (ACEGAZ), las comunidades zapatistas y el EZLN, convocando a todas las personas, grupos, colectivos, organizaciones, movimientos y pueblos originarios que han suscrito la llamada Declaración por la Vida a participar en los encuentros internacionales de rebeldías y resistencias 2024-2025 con el tema: LA TORMENTA Y EL DÍA DESPUÉS

 

El concepto de la Tormenta en los análisis del zapatismo viene apareciendo desde, al menos, hace casi 10 años, cuando en 2015, en la convocatoria zapatista denominada “Seminario El Pensamiento Crítico frente a la Hidra Capitalista”, tal y como recogen Rene Olivera Salinas y Alonso Gutiérrez Navarro en “Legado de los Pueblos y la Comunidades Zapatistas a la lucha por la tierra y la vida frente a la Tormenta” el zapatismo nos avisaba del “avistamiento de “una catástrofe” por venir “en todos los sentidos”, una Tormenta que cambiaría por completo el paisaje conocido, la cual nos alcanzó casi de inmediato.”

 

No era la primera vez que personas cercanas al Zapatismo utilizaban esa metáfora para describir la situación mundial actual. Por ejemplo, Raúl Zibechi ya escriba un artículo en 2011 con el título de “Sudamérica ante la tormenta global”, y seguiría haciéndolo posteriormente avisando tanto de que “La tormenta sistémica ya está aquí” (2015), como de los primeros relámpagos en 2016, del “Salto cualitativo en las tormentas” (2018), o la necesidad de crear arcas comunitarias.

 

Sea como fuere, hace ahora poco más de un año, el Zapatismo, a través de cerca de una veintena de textos bajo el título conjunto de El Común y la No Propiedad, nos anunciaba por boca del Capitán Marcos que, tras profundos cambios y ajustes internos en la estructura y forma de organización de las comunidades zapatistas, producto de profundas reflexiones, éstas:

 

«Ya podemos sobrevivir a la tormenta como comunidades zapatistas que somos. Pero ahora se trata no sólo de eso, sino de atravesar ésta y otras tormentas que vienen, atravesar la noche, y llegar a esa mañana, dentro de 120 años, donde una niña empieza a aprender que ser libre es también ser responsable de esa libertad»

 

Pero ahora dan un paso más. Ahora se trata de fijar la mirada, las reflexiones, las ideas y las propuestas en el Día Después de la Tormenta, y para ello plantean unos Encuentros Internacionales de Rebeldías y Resistencias, a desarrollarse durante lo que queda de 2024 y a lo largo de todo el 2025, pretendiendo ser un espacio para fortalecer la organización y el diálogo entre comunidades indígenas, movimientos sociales y populares, colectivos internacionalistas y personas comprometidas “con la lucha por la vida y la justicia”. Nada más y nada menos. Por eso el plan de trabajo es amplio, como en lo general anunciaron ya el pasado octubre:

miércoles, 27 de noviembre de 2024

El euskara como ariete xenófobo de Pako Sudupe (y otras personas que se dicen de la izquierda vasca)

 

 

 

Pako Sudupe idazlea. (Iraia Oteiza) 

 

 

Escribo desde las tripas (así que nadie espere sesudos análisis en estas líneas), desde el profundo dolor que me causa el ver la utilización espuria y perversa que en los últimos tiempos diversas personas vinculadas a la "izquierda vasca" están llevando a cabo de uno de los tesoros más increíbles que me ha regalado esta tierra: su idioma, el euskara. Y lo hago en castellano principalmente por dos razones. Primera, porque renuncio, me niego a hablar en euskara con quienes así lo utilizan y, segunda, porque quiero que puedan leer estas líneas muchas de esas personas que han venido a vivir a esta tierra, que aún no conocen su idioma, que quizá no son todavía conscientes del tesoro que se están perdiendo y, lo peor, que pueden pensar que la mayoría de las personas euskaldunes estemos de algún modo de acuerdo con la utilización del euskara como ariete xenofóbico.

 

A los artículos a los que me refiero son principalmente Geure herrian bizitzeko eskubidea, firmado por Pako Sudupe, “ensayista escritor”, y publicado inicialmente en Zuzeu el 21 de septiembre (posteriormente publicado en Berria, aunque días después se borró); el segundo, Inmigración en Euskal Herria, firmado por Joxemari Olarra Agiriano, “Militante de la izquierda abertzale”, y publicado el 25 de septiembre en Naiz. Probablemente haya habido más, pues por algo declaraba la editora de Katakrak Nerea Fillat en El Salto el 4 de marzo de este año que en el ámbito de la cultura “hay voces que dicen que hay políticas que se hacen desde el mundo del euskara que son bastante racistas y discriminatorias”; y Unai Apaolaza Amenabar, también indicaba el problema unos meses antes en Berria en septiembre de 2023 con el artículo Euskalgintza Bidegurutzean. No es el objetivo de este texto hacer un estudio amplio de lo publicado, con lo ya reseñado es más que suficiente para la opinión y vivencia personal que quiero trasladar.

 

Me quiero centrar en desmontar las falsedades. No lo voy a hacer con el texto de Olarra, pues creo que, afortunadamente, ha tenido contestación adecuada tanto por parte de tres personas de la Secretaría Nacional de Sortu, Xabi Iraola Larraia, Lur Albizu Etxetxipia, y Arkaitz Rodriguez Torres, en el artículo (del mismo título que el de Olarra) Immigrazioa Euskal Herrian, publicado en Berria el 6 de noviembre y luego en castellano en Naiz, así como, previamente, por parte del “Militante del Movimiento Socialista” Adam Laamirni Agirrezabala, en el texto publicado en Naiz el 10 de octubre con el título de Respuesta a Joxemari Olarra, y recientemente también en Naiz por el "Militante de Ongi Etorri Errefuxiatuak" Germán García Marroquín.

 

 Sí lo voy a hacer con el de Pako Sudupe, tanto porque ha tenido menos respuestas (hasta donde conozco principalmente la breve –y por lo tanto parcial, aunque adecuada-  respuesta de Fernan Mendiola en Euskaldunok, hizkuntzak, migrazioak eta historia, publicada en euskalherriairratia el 23 de octubre), como por, sobre todo, ser un texto que cumple con muchas de las habituales artimañas de los discursos xenófobos a los que se pretende cubrir con un manto de aparente progresismo, algo a lo que parece responder también la obra general de Sudupe, que junto a biografías y ensayos de destacados personajes de la izquierda vasca (Telesforo Monzón, Beltza o Txillardegi), recientemente ha publicado un libro titulado Inmigrazio eta abertzaletasuna, editado además por la Euskal Herriko Unibertsitatea, que no he leído ni, como luego se comprenderá, leeré, ni recomiendo su lectura.

 

Una última aclaración previa. Quien esto escribe no es una persona entendida o experta en la materia, soy un migrado a Euskal Herria a finales de los 80 a quien, al llegar a esta tierra, mucha gente (de forma muy especial en los euskaltegis y en lo movimientos populares a los que me incorporé -el antimilitarismo y la autogestión vecinal-, aunque también en las calles y en los bares) me enseñó a amar el euskera, y me ayudó lo indecible facilitándome su aprendizaje, proceso que supuso mucho más que la adquisición de una habilidad lingüística:  me permitió conocer mucho más a fondo la idiosincrasia del pueblo que hizo surgir el euskara, todo lo cual no hubiera sido posible con un simple estudio académico, y sin la implicación en el proceso de buena parte de la gente euskaldun que fui conociendo. Por eso me duele tanto ver la utilización perversa de tintes xenófobos que del conocimiento del euskera se hace en el texto referido, basándose en bulos, rumores, medias verdades y no pocas falsedades. Mi humilde contribución a la defensa del euskara, en esta ocasión, se centrará por tanto en intentar desmontar el discurso, a pesar de todas mis carencias (seguro que hay otra gente que lo pueda enriquecer con aportaciones más sustanciosas), pues creo que hay que hacer frente de forma decidida a todo este tipo de planteamientos, que son los que en el fondo ponen realmente en riesgo el futuro del euskara. Y, desde luego, igual que con la utilización del euskara con fines xenófobos, me posiciono en contra de aquellas gentes que desde pretendidas posturas “progresistas” o “de izquierdas” dicen defender el euskara mientras realmente impulsan medidas que limitan más y más (incluso en ámbitos como las administraciones públicas) su uso, extensión y normalización, poniendo en riesgo su supervivencia.

 

 

Analizando el texto xenófobo de Pako Sudupe

miércoles, 13 de noviembre de 2024

Autocrítica y cuestionamientos fecundos en los movimientos populares

 


 


Desde hace un tiempo observamos con satisfacción cómo, desde personas o colectivos de diversos movimientos populares, se van poniendo a debate y cuestionamiento algunas cuestiones que chirrían con un planteamiento radicalmente transformador. Cuando esos cuestionamientos se elevan a lo público no desde el reproche a nadie, sino desde la autocrítica o el diálogo abierto, tienen el efecto también de empujarnos a todas y a todos a (re)plantearnos puntos de vista, posicionamientos, argumentos, dinámicas y actitudes. Por eso son tan válidos.

Hoy traemos a esta entrada tres ejemplos (hay bastante más) de lo que comentamos. No los vamos a analizar, esa tarea nos toca a cada quien, pero sí vamos a agradecer su esfuerzo a las personas que los han realizado. Los tres tienen en común su lugar inicial de publicación, Zona de Estrategia, una revista digital que “pretende agitar la crítica y construir herramientas de intervención que no rindan pleitesía a ninguna forma de gobierno” proyecto al que dedicaremos una próxima entrada, pero que, como vemos con estas aportaciones, ya está dando muy buenos frutos.

El primer y largo artículo se trata del escrito por Charlie Moya Gómez ((librera, investigadora, activista marica y cuir) y titulado ¿Por qué el movimiento LGTBIQ+ debería disolverse? Contra el efecto pacificador de la izquierda. Como se resalta en la entradilla de su publicación: Este texto llama a repensar el movimiento a partir de la solidaridad y la acción directa para superar el identitarismo desafiando el statu quo y recuperando el potencial de cambio social radical. El artículo abre el melón de bastante cuestiones pendientes. Veamos un ejemplo que os anime a su lectura:

Podríamos entender que, por lo menos, hay dos formas de comprender el movimiento LGTBIQ+: una en vinculación con las instituciones y partidos y otra en la autonomía, los colectivos de base o la política de calle. Bien, esto es algo que podíamos entender hasta ahora. Pero las demandas y los mensajes que al final tienen que ver con el discurso político, cada vez son más semejantes en ambos supuestos bandos. Por poner un ejemplo: en el manifiesto unitario del Orgullo Crítico de Madrid de 2023 se hacían alusiones a los «limitados avances en la adquisición de derechos», a los «derechos humanos» como tal, a las «pocas protecciones» que se otorgan desde instituciones como la Comunidad de Madrid, a «formar familias cishetero disidentes», a la «identidad política», a las «minorías entre minorías»3. ¿No suena todo a proclama democrática? ¿No tiene un aire excesivamente demandante, asimilacionista y buscador de derechos a la manera de las asociaciones institucionales?

Si he puesto estos ejemplos desde el inicio es porque quiero llegar a un lugar muy concreto: los movimientos sociales se han equivocado en el fin de este último ciclo político y es de urgencia que planteen de nuevo su devenir, su acción y su discurso. En estos casos, quizás fueron un error las concentraciones por la muerte de Samuel (o el formato que adquirieron), quizás también la concentración por el ataque al chaval de Malasaña, o las proclamas del Orgullo Crítico. Teniendo en cuenta la capacidad de convocatoria y la potencia revolucionaria de enardecer de esa forma a la masa social, ¿por qué limitarla a un acontecimiento como un asesinato? ¿Por qué convocar un velatorio enfurecido y no poner las fuerzas en urgencias aún más extremas? ¿Por qué sacar a la calle a miles de personas solo en un caso tan específico? ¿Por qué no, antes o después, el movimiento LGTBIQ+ utilizó su capacidad de movilización para fines más comunes y menos sectorializados?

Si me estoy centrando específicamente en el movimiento LGTBIQ+ es porque he formado parte de él y porque entono el mea culpa en su deriva. Podría hacerlo extensivo a cualquier movimiento social en el que participemos (feminismo, antirracismo, migra, disca, gorde…); todos tienen el nexo común de la identidad. Esta reflexión que pretendo abrir no es una acusación, sino una llamada a pensar en común cuál es el siguiente paso y cómo podemos volver a estar alertas ante el colapso y la crisis que vienen. Además, importante, qué papel jugamos colectivamente en esto y en qué lugar nos deberíamos situar.



El segundo texto es el titulado El problema de los grupos, escrito por Carolina Vacas, Javier Correa y María Linares, de la Escuela de las periferias, un grupo de autoformación política de la Villana de Vallekas. Se destaca del texto que “Se trata de poner el problema de los grupos en el centro. No tanto para pensar cómo nos organizamos, sino por qué, aunque nos organicemos, no opera ningún cambio en nuestras formas de vida”. Os adelantamos sus dos primeros párrafos para que veáis alguna de las muchas cuestiones interesantes que aborda:

 

La discusión en torno a la organización

La discusión política en torno a la organización es una cuestión histórica. Las mismas preguntas que se discutían en los ateneos libertarios y las casas del pueblo de los años 30, y que retomaron los movimientos feministas de los 70, vuelven a ponerse sobre la mesa hoy. Como elementos periféricos del sistema, los distintos grupúsculos políticos han debatido a lo largo del tiempo cómo organizarse para conseguir sus objetivos, sean estos conquistar el Estado, derrocar un gobierno u ocupar un centro social. En la tradición comunista, la discusión en torno a la organización ha sido fundamental y pautada: la construcción de un partido de masas, la generación de una vanguardia política, la disciplina militante, pero la camaradería que opera en el seno del partido también ha sido uno de los puntos discusión para los marxismos heterodoxos. Así mismo, muchos, inscritos en la estela autónoma y libertaria, han visto en la jerárquica y vertical estructura del partido el germen de los autoritarismos.

Es imposible negar que hoy esta discusión se encuentra otra vez sobre la mesa. La crítica del Movimiento Socialista (sean cuales sean sus siglas) a los movimientos sociales en Madrid se dirige principalmente a esta cuestión: las que militamos estamos desorganizadas o, para ser más precisas, nos organizamos en formas inefectivas (como el movimiento o el centro social). Si las vertientes vascas o catalanas (Gazte Koordinadora Sozialista y Horitzó socialista) dirigen también la crítica a su herencia independentista y dicen que no es necesario esperar a la independencia del Estado español para iniciar un proceso de emancipación de la clase trabajadora, el movimiento socialista del interior (Coordinadora Juvenil Socialista) se arma básicamente en torno a la crítica a los movimientos sociales. Según su diagnóstico, la forma actual movimentista de las luchas no es capaz de escalar el conflicto para torpedear verdaderamente el sistema y mantiene dispersas un número limitado de fuerzas que, de estar más organizadas (por ejemplo, en un partido), serían mucho más efectivas.



Finalmente, el tercer sustancioso textos se trata del titulado Un linchamiento feminista da la puntilla a la nueva política, que es obra del Colectivo Cantoneras (Almudena Sánchez, Beatriz García, Marisa Pérez, Fernanda Rodríguez, Nerea Fillat y Nuria Alabao), un colectivo que, a nuestro juicio, escribe textos y reflexiones cada vez más interesantes y sustanciosas. Veamos dos párrafos gancho, aunque creemos que os atrapará desde el inicio

En el camino de la nueva política se cruzó la irrupción del ciclo feminista, lo que provocó un intento de apropiación institucional de todo ese capital político. Este sirvió tanto para posicionarse dentro del parlamento como el azote de la derecha, como para gobernar en nombre del movimiento feminista, o incluso para las peleas internas por posiciones en listas: no me quieren porque soy demasiado feminista –decía Irene Montero–. Hoy el bumerán golpea en la nuca a Sumar/Más Madrid pero en realidad es la puntilla de todo el espacio del cambio. Abandonados quedan los problemas reales que el feminismo combate: la violencia, pero también la división sexual del trabajo –las posiciones subordinadas en lo laboral de los sectores más precarios y feminizados– y su relación con las tareas de reproducción social. Digamos que el número de veces que el feminismo ha estado en la boca de los y las nuevas políticas no ha estado a la altura de los logros obtenidos, sobre todo desde la óptica de un feminismo de transformación que tenga en cuenta la cuestión de clase.

(…)

Las relaciones de mierda no son agresiones machistas

El último ciclo feminista quería alertar sobre la gravedad de las violencias, pero terminamos discutiendo sobre una ley –la del solo sí es sí– que supuestamente acabaría con ellas por la vía del código penal. Los debates de estos años, que podrían haber sido imprescindibles para avanzar en la comprensión y la lucha contra estas situaciones han tenido también algunos efectos contraproducentes que empezamos a comprender mejor a partir de este caso.

miércoles, 30 de octubre de 2024

Rojava: ¿Un contrato social para la revolución? Construyendo la autonomía democrática en el Norte y Este de Siria

 

    (Imagen tomada de: https://www.kurdistanamericalatina.org/repercusiones-positivas-sobre-el-nuevo-contrato-social-del-norte-y-el-este-de-siria/)

 

 

Existe una visión común de lo que significa y parece ser la revolución, que la plantea como un momento en el que todos los males del mundo son finalmente derrotados. Es muy probable que esa imagen sea el resultado de relatos simplificados y de una manipulación intencionada de la verdad diseñada para hacer que la gente abandone su lucha por la libertad en el momento en que aparece el primer inconveniente. En realidad, según todos los relatos de la experiencia pasada y presente, la revolución no se limita a un solo momento ni es la victoria final de todo lo bueno. Más bien, es la lucha interminable a través de la cual las contradicciones subyacentes en la sociedad salen a la superficie y se enfrentan continuamente, desatando simultáneamente lo mejor y lo peor de la humanidad. Es a la vez aterradora y hermosa, y no encaja fácilmente en narrativas simples.

Tal es la realidad de la “Revolución de Rojava”, que comenzó hace exactamente doce años en la región siria ocupada del Kurdistán occidental, y que hoy se ha extendido a la mayor parte del norte y este de Siria. En este tiempo, uno de los temas que ha suscitado más curiosidad e incomprensión sobre la revolución es el de su Contrato Social. Escrito en 2013 y adoptado simultáneamente a principios de 2014 en las tres regiones de Rojava que habían sido liberadas en ese momento, representó la consolidación de la autonomía de las regiones respecto del Estado sirio, así como la cristalización de los logros de la revolución. Por esta razón, su continua evolución, habiendo sido actualizado dos veces desde entonces, refleja la forma en que la revolución se ha desarrollado a lo largo del tiempo. Al observar el Contrato Social podemos aprender sobre las realidades y contradicciones inherentes a cualquier proceso revolucionario, así como el enfoque único que el Movimiento de Liberación Kurdo ha adoptado para enfrentarlas.

 

 

Lo hemos dicho bastantes veces, es cuando menos paradójico que la inmensa mayoría de las actuales apuestas revolucionarias que se plantean en el Norte Global se esfuercen de forma machacona por tomar como referencia procesos revolucionarios antiguos, que a lo largo de la historia acumulan un amplio abanico de fracasos o derrotas y, sin embargo, parecen hacer caso omiso a las dos principales revoluciones que en la actualidad están demostrando con los hechos, muy por encima de solo teorías, la viabilidad de sus experiencias para acabar con el modelo capitalista en todas sus vertientes. Hablamos, claro está, de la revolución zapatista y de la revolución en Rojava. Nosotras seguimos aprendiendo a borbotones de esas experiencias que, además, en situaciones muy complicadas (afrontando guerras, represiones y todo los tipos de estrategias contrarrevolucionarias que el capitalismo utiliza en su Cuarta Guerra Mundial contra las/les/los de abajo) continúan ensanchando sus realidades, enriqueciendo sus debates y propuestas y, lo más importante, aportando un testimonio de viabilidad revolucionaria que insufla esperanza a quien quiera mirar la realidad con ojos transparentes.

 

Por eso vamos a seguir insistiendo en recoger sus aportes. En esta ocasión centrándonos en la experiencia de Rojava y una de sus grandes nuevas aportaciones: el llamado Contrato Social de la Administración Autónoma Democrática de la Región Norte y Este de Siria. Como en otras ocasiones vamos a servirnos para ello de los textos de algunas personas que conocen bien esa realidad, o que la han estudiado. A través de sus textos podremos conocer los pormenores de ese Contrato Social, presentado públicamente a finales de 2023.

 

Nuestras guías van a ser dos textos. El primero, elaborado por la revista Lêgerîn (una plataforma de medios de difusión ideológica en la línea del paradigma de la Modernidad democrática) es el que da título a esta entrada, y del que hemos recogido al principio sus primeros párrafos: Rojava: ¿Un contrato social para la revolución? Construyendo la autonomía democrática en el Norte y Este de Siria. El análisis se centra en explicar el proceso que ha llevado a ello, y cómo ha sido posible a pesar de los continuos bombardeos a los que se somete a la población de Rojava. Ese proceso tiene casi tanta sustancia como el propio texto del Contrato. Pero el análisis va más allá de un simple relato de hechos, y aporta una serie de reflexiones importantes, como recoge en su introducción:

sábado, 12 de octubre de 2024

Propuesta revolucionaria desde Regeneración Libertaria

 


 

En los ambientes libertarios madrileños (principalmente, pero no solo, también en Catalunya, y algo en Galiza) parece que, de alguna forma influenciados por la aparición de la revolución socialista impulsada por el MS, se están dando diversos movimientos e iniciativas que afectan tanto al autodenominado anarquismo social o especifista, como a la conocida como vertiente autónoma. Como hay mucho que recoger y comentar, hoy sólo vamos a hacer referencia (y de forma parcial) a lo relativo a esa vertiente del anarquismo social o especifista que representaría Regeneración Libertaria, intentando recoger el proceso de su constitución.

 

 

 

1. La presentación de Liza, y sus diversos documentos.

 

Así, el primer paso (de los varios que vamos a analizar) parece que se daba en marzo de 2023, cuando se presentaba LIZA, Plataforma Anarquista de Madrid, y lo hacía como una plataforma revolucionaria de socialistas anarquistas. Y lo hacía mediante un texto fundacional, que en sus primeros párrafos aclaraba:

 

Socialistas en su acepción más radical. Aspiramos a un mundo nuevo que solo será posible tras la superación total del capitalismo, en la que las relaciones sociales se basen en la igualdad, la libertad, la autogestión, la cooperación y el internacionalismo.

Revolucionarios porque nuestros objetivos atentan contra los intereses de los privilegiados y poderosos, que siempre han ejercido una resistencia y represión brutal contra cualquier iniciativa emancipadora e igualitaria. Esto implica que nuestra actividad está inscrita en un conflicto constante que se expresará de diferentes formas dependiendo de la coyuntura presente, pero que siempre debe tener como horizonte un proceso revolucionario que sea la puerta a ese mundo nuevo.

Anarquistas porque aspiramos a la disolución total de las relaciones de dominio. Creemos que la consolidación de este objetivo requiere una coherencia estratégica entre nuestros fines y principios con nuestros medios. No rendimos el término libertario contra aquellas propuestas individualistas, egoístas y voraces, ya que entendemos que cualquier política que no es social es antisocial y enemiga de los intereses realmente emancipadores que serán solo posibles cuando todo sea de todos.

Plataformistas porque abogamos por la construcción de una organización estable y consciente, un espacio de unión desde el que podamos construir la conciencia necesaria para orientar nuestra lucha.

 

Al abordar la estrategia afirman que:

 

Nuestra estrategia

Creemos que la posibilidad de llevar a cabo una pugna que logre traspasar los límites del sistema capitalista y establecer las condiciones para una organización social radicalmente diferente, basada en la igualdad y la libertad, requiere de un análisis constante del que extraigamos una orientación a nuestra acción política.

Apostamos por la formación de una organización estable, basada en la unidad política y de acción , ya que creemos firmemente que esta es la única forma de superar los obstáculos y de cambiar la relación de fuerzas.

Apostamos por una estrategia de militancia dual, lo que implica la participación política y activa en dos niveles, desde una plataforma específicamente anarquista nos organizarnos para intervenir en los movimientos de masas.

El entorno especifico, es decir, la plataforma anarquista, pretende ayudar en la construcción de un anarquismo social y político revolucionario fuerte. Para ello es necesario generar un espacio de formación y recuperación de conocimiento, de debate y discusión, de análisis y proyección. Además, requiere de la construcción de lazos con otras formaciones afines, que permitan un crecimiento y colaboración cada vez mayor. Pretendemos crear una alternativa política anarquista para quienes desencantados con otros procesos, o huérfanos de proyectos políticos, terminan por abandonar las luchas o por engrosar iniciativas de otras corrientes.

 

Subrayan también cuestiones como:

 

La intervención en los movimientos de masa persigue la acumulación de fuerza social en manos del pueblo trabajador y las comunidades sociales oprimidas ya que creemos que este es el verdadero sujeto revolucionario

(…) Denunciamos radicalmente la separación entre la esfera política y económica como artificial e interesada y, por tanto, cuando hablamos de autogestión nos referimos a la defensa de una soberanía plena en contra de cualquier forma de dominación.

Somos clasistas porque sabemos que el principal modo de dominación en el sistema capitalista es la explotación económica sustentada en la propiedad privada y la desposesión de los medios de producción y subsistencia de la mayoría por parte de unos pocos. También reconocemos cómo es ta forma de dominación se cruza con constantes ejes de opresión, discriminación y subyugación como el sexo, el género, la raza, la etnia, la orientación sexual, las capacidades físicas, psíquicas y cognitivas y otros factores sobre los que se construyen relaciones de dominación.

(…) Las posturas que rechazan la intervención en la realidad social no solo renuncian a su transformación, sino que refuerzan posturas sectarias que juegan en contra de la posibilidad de fortalecer los procesos de lucha

(…) Los movimientos de vanguardia no van a dejar de existir porque los ignoremos, debemos entender que nuestro deber es estar presente en esos espacios para instalar nuestra alarma antiautoritaria desde la radical democracia directa.

No pretendemos la conversión ideológica de los movimientos populares. No defendemos una estrategia dogmática y por eso nos organizamos junto con los militantes afines en una organización. Creemos en el ejemplo como mejor modo de difusión de nuestro ideal. La construcción de conciencia de clase es un proceso que requiere un cuidado particular.

En nuestra práctica interna tiene que imperar la misma coherencia política.

 

Y junto a todo ello, han presentado también un programa estratégico 2023-2024: construir-la-utopia-programa-estrategico-23-24, que consta de Introducción al programa estratégico; Diagnóstico internacional; Diagnóstico estatal; Diagnóstico local; Ámbitos de intervención, y Construir la Utopía. Hoy no vamos a profundizar en él, pues esta entrada se haría larguísima, y preferimos centrar el texto en otras cuestiones que han ido sucediendo desde entonces.

 

Posteriormente, en julio de 2023, hacían público su Código Ético Militante, que parte de aclarar que:

sábado, 5 de octubre de 2024

Encuentros de Gaztetxes y Gazte asanbladas (19 de octubre en Leitza)

 


 

 

Nos alegra enormemente el saber que los Gaztetxes y Gazte Asanbladas de Euskal Herria van a recuperar el próximo día 19 de octubre en Leitza la sana costumbre de realizar unos encuentros de debate, reflexión y el compartir experiencias y luchas.

 

Así lo anunciaron ya a mediados de junio:

 

Tras meses de reflexión, debate y contactos… ¡Hoy estamos aquí en Leitza para dar a conocer Euskal Herriko Gaztetxe eta Gazte Asanblade Topaketak que celebraremos el 19 de octubre!

Con estos encuentros, nos juntaremos miembros de diferentes pueblos y reflexionaremos sobre la autogestión, las relaciones de poder, la ocupación, la comunicación política o las formas de lucha (entre otras cosas). Proponemos un punto de encuentro para compartir las diferentes situación, los retos o los proyectos locales de cada lugar. Habrá numerosas sesiones de formación, mesas redondas y talleres prácticos, ya que no hay teorías válidas, sin prácticas, ni viceversa.

 

Pero daban cuenta de que decenas de jóvenes de los siete herrialdes, desde hace meses venían trabajando de forma colectiva y abierta en la organización de los Encuentros, y que:

 

el proceso está abierto y nos gustaría contar con la participación del mayor número posible de personas, por lo que también queremos destacar que cualquiera que tenga interés o voluntad de participar en el proceso organizativo encontrará las puertas abiertas, ya que será necesaria la colaboración de todos para sacar adelante estos encuentros.

 

En la misma nota con la que presentaban la iniciativa explicitaban su punto de vista sobre los Gaztetxes y Gazte Asanbladas:

 

Los Gaztetxes y Gazte Asanbladas son espacios compuestos por personas diversas (o pensamos que así deberían serlo), es decir, en los que participan personas con diferentes puntos de vista estratégicos o de diferentes líneas políticas u organizaciones. Así, entendemos que son espacios para la organización de todo aquel joven que esté de acuerdo con la base ideológica y el modelo organizativo de cada Gaztetxe y Gazte Asanblada; para luchar por las diferentes problemáticas locales y crear alternativas colectivas, colectivizar el conocimiento, trabajar la opinión crítica y profundizar en la formación ideológica, promover un modelo de ocio diferente o, desde la solidaridad, la colaboración y la autogestión, soñar con un mundo diferente y empezar a construir un nuevo futuro desde hoy.

 

E introducían un análisis crítico sobre la dinámica general de Gaztetxes y Gazte Asanbladas:

 

En este momento creemos que entre los diferentes Gaztetxes y Gazte Asanbladas nos hemos embarcada en un proceso de atomización y/o polarización, en lugar de aprovechar el potencial de multiplicar fuerzas desde la solidaridad y el apoyo mutuo que sustentan la autogestión; también hemos organizado estos encuentros con el objetivo de dar respuesta a esta situación. Mientras tanto, la ofensiva constante contra los Gaztetxes y Gazte Asanbladas se mantiene, a la vez que se actualizan los diferentes mecanismos de represión (esto también se puede ver de forma notable en el ámbito jurídico). También queremos denunciar los ataques a los Gaztetxes y el acoso policial, jurídico y económico a los miembros de las Gazte Asanbladas, al tiempo que llamamos a responder solidariamente ante la represión.

 

Sobre esta misma cuestión profundizaban algo más dos representantes de la organización de los encuentros en una entrevista en Argia en la segunda quincena de septiembre (traducción nuestra):

 

Es innegable que la situación del movimiento juvenil de Euskal Herria ha tenido influencia en los gaztetxes y gazte asanbladas. Creemos que las discusiones y desacuerdos que se han producido en estos últimos años han reducido la capacidad y el atractivo que los gaztetxes y gazte asanbladas tenían para la transformación

 

Las actividades que se llevarán a cabo durante los Encuentros son:

 

De 9 a 10:30, Recepción

De 10:30 a 11, Ekitaldi de Recepción

A las 11: Taller colectivo: ¿De dónde venimos y a dónde vamos? En este taller se pretende colectivamente“abrir las tripas” de los gaztetxes y gazte asanbladas de Euskal Herria; desde la base de la horizontalidad, el asamblearismo y la autogestión. Se pretende que sea un espacio para intercambiar las experiencias que cada quien ha tenido, y aprender y desaprender de ellas. El objetivo colectivo será crear red, conocerse mutuamente, y apoyarse, protegerse y cuidarse.

14:15 Comida

Entre las 16 y las 17:30 horas, división por bloques para abordar:

·         Mesa Redonda: Autogestión, ocupación y solidaridad: aprendiendo de las experiencias

·         Charla: Contexto, modelos de lucha y represión: ayer, hoy y mañana?

·         Debate: Escena musical vasca: el escenario será gaztetxero o no será.

A las 17:30 nueva división por bloques:

·         Taller: Cerraduras, agua, luz… Y la ley?

·         Charla: Relaciones de poder y espacios seguros

·         Entrevista / Podcast: Comunicación política: qué y cómo comunicamos?

A las 19:30, Movilización

A las 22:00, Conciertos:

Naxker

RTZ Kolektiboa

Las Sexpeares

 

A lo largo del día se mantendrán tres espacios:

Txoko de serigrafía

Exposición del XX aniversario del Gaztetxe de Leitza

Txoko de intercambio de experiencias

 

Por el formulario de inscripción al encuentro se deduce que habrá traducción tanto al francés como al castellano.

 

Hay plazo abierto hasta el 13 de octubre para apuntarse en https://t.co/Iy1TvxOgtE

 

 

Euskal Herriko Gaztetxe eta Gazte Asanbladek Bizitza luzea eta oparoa izan dezatela!!

 

lunes, 23 de septiembre de 2024

Euskal Herria: del huracán revolucionario a la (casi) calma chicha


 

 Cuando iniciamos este blog, hace aproximadamente dos años, los vientos revolucionarios arreciaban por doquier refrescando el viciado ambiente político de Euskal Herria, a veces incluso hasta tomar la forma de huracán que no dudaba en arrasar lo que encontraba a su paso. Dos años más tarde, y a no ser que en próximas fechas los hechos nos desmientan (ojalá sea así, porque esos aires se necesitan para expandir semillas revolucionarias), hemos pasado de esos vientos huracanados a una calma chicha bastante más preocupante.

 

Desde hace unos meses algunos de esos colectivos o han desaparecido, o parecen haber entrado en fase de hibernación. Es el caso de Kimua, que recientemente ha anunciado su disolución (ahora abordaremos la cuestión). En el caso de Herribiltza, en los últimos tiempos parece haberse centrado en la defensa y el impulso del euskara, en hacer frente a la represión en forma de juicios y multas… y en una crítica (desde nuestro punto de vista, muy poco constructiva y bastante destructiva, se tenga la opinión que se tenga sobre el asunto) contra la dinámica Bizi!, también de Iparralde.

 

Igualmente parece que han tenido que centrar buena parte de sus energías en hacer frente a la represión los colectivos de Jardun koordinadora. Por eso probablemente no hemos conocido casi iniciativas ni de la koordinadora ni de los colectivos que de ella forman parte, más allá de los aniversarios y fechas clave del calendario revolucionario y festivo vasco. Incluso su boletín Zuzia, donde incorporaba sus reflexiones y propuestas, publicó su último número hace más de un año. Pero es que incluso la dinámica estudiantil que con la denominación Astindu se lanzó en 2023 integrándose en Jardun, no tiene ni pestaña propia en la web de Jardun, como si tienen el resto de los colectivos que la componen.

 

Por lo que respecta a Herritar Batasuna, la situación parece ser la contraria: genera muchos textos, análisis y denuncias, pero, a la vista de las imágenes de sus apariciones públicas, parece carecer de capacidad de extensión de su propuesta, de forma muy especial en el sector de la juventud (probablemente lo mismo que nos sucedería a Iraultzak Lagunduz si algún día se nos ocurriera lanzar una propuesta revolucionaria)

 

Finalmente, el sector organizado en torno al denominado Mugimendu Sozialista también parece haber entrado en una fase distinta, donde tanto sus movilizaciones como sus textos de reflexión y planteamientos son mucho menos habituales. Sus medios de comunicación también parecen seguir la misma senda (mucha menor presencia de opinión y propuestas tanto en Gedar escrita como en su canal de TB), así como algunas de las personas más referentes públicamente, que también han reducido mucho su presencia en redes sociales. No es descartable que estén concentrando sus fuerzas tanto en la extensión del MS por el resto del Estado español, como en el intento de fortalecimiento en base a los Kontseilu, pues ambas cuestiones parecen estarles costando más de lo que pensaban (crear la organización en algunas zonas les está resultando complicado, así como atraer a la propuesta general a sectores no juveniles).

 

Es cierto que en el horizonte próximo se anuncian actos o hechos como la Elkastasun Jaialdia de Aske (Jardun) en Errekaleor (5 de octubre) o la Gazte Topagunea del MS en Altsasu (31-10 al 3-11). O que se apoya y participa en dinámicas que están en marcha (denunciando el genocidio en Gaza, los desahucios, las agresiones sexistas, las barbaridades contra la naturaleza…). Pero algo ha cambiado.

 

Por supuesto, no es que pensemos que las propuestas revolucionarias tengan que mantener de continuo un ritmo como el de hace un tiempo. Que es normal también que entre tanta propuesta se vaya dando una especie de proceso de selección natural. Pero, al margen de todo ello, nos parece que se está dando un cierto impasse, aunque no tenemos claro el a qué responde. Si es para analizar, reflexionar, rehacer tácticas y estrategias y/o, hacer autocrítica, bienvenido sea, repercutirá en la buena salud general. Pero seguimos pensando que el momento actual precisa de propuestas transformadoras y/o revolucionarias que pongan en cuestión el actual modelo social, económico y político, hasta conseguir quebrarlo.

 

Precisamente por esa necesidad de propuestas transformadoras y revolucionarias nos da especial rabia la desaparición de Kimua, quizá, entre las aparecidas por Euskal Herria, la que nos parecía más sugerente y atractiva. Pero la gente de Kimua no ha querido cerrar el txiringuito de un portazo, ni escabullirse de forma silenciosa, fiel a su idiosincrasia, se va intentando hacer un esfuerzo (que en el contexto de decidir tu autodisolución no es nada fácil) paraque el análisis y autocrítica que realizan de su trayectoria puedan servir al resto. Esa valiosa herramienta que nos dejan es el texto con el que cerramos esta entrada, deseando, al mismo tiempo, que entre el huracán y la calma chicha las propuestas revolucionarias y/o transformadoras sepan encontrar un viento a favor de la intensidad necesaria como para seguir avanzando. En lo que podamos, seguiremos iraultzak lagunduz.

 

 

Kimua. Un lugar en el horizonte

20 de septiembre, 2024

https://www.kimua.eus/es/articulos/kimua-un-lugar-en-el-horizonte

 

Este otoño se cumplen tres años desde que Kimua comenzó su andadura. Durante este tiempo hemos llevado a cabo numerosos análisis, publicaciones, presentaciones, formaciones y jornadas de debate político. En todo este tiempo, Kimua ha logrado despertar el interés en mucha gente y para algunas ha llegado a convertirse en un referente ideológico. También hay quien se ha mostrado recelosa o incluso opuesta a nuestra propuesta. Nuestro objetivo fundamental ha consistido en realizar una serie de aportaciones al momento histórico que vive Euskal Herria: profundizar en el análisis ideológico y la lectura crítica de la dominación, ensayar diversos métodos y modelos organizativos e impulsar la propuesta política de las Estructuras Populares en diversas expresiones de organización popular.

Este verano de 2024, habiendo cumplido algunos de nuestros objetivos, y dejando otros muchos sin concluir, creemos que es el momento de dar por terminado el recorrido de Kimua. Siendo sinceras con nosotras mismas, hemos de reconocer que hemos llegado a este punto antes de lo que nos hubiera gustado. Y es que aunque nunca quisimos llegar a ser una organización de masas, sí que nos hubiera gustado alcanzar un nivel de éxito y de desarrollo mayores del que finalmente hemos obtenido. Por ello, antes de nada, consideramos necesario realizar una autocrítica a nuestra trayectoria. Que sirva de aprendizaje a las experiencias organizativas que vengan en adelante, así como a las que hoy en día siguen vigentes.

-        Liderazgos y relaciones de poder a nivel interno. En toda organización existen siempre diferentes posiciones de poder. En la medida en que cada persona cuenta con niveles de conocimiento y capacidades diversos, la idea de una horizontalidad total es ciertamente ilusoria. En ese sentido, aunque siempre lo hemos problematizado, nosotras nunca hemos rechazado la existencia del liderazgo en sí mismo. Por ello, entendemos que la existencia de figuras de liderazgo en los procesos organizativos es inevitable y en muchos sentidos positivo. No obstante, si no se gestionan de forma adecuada, están condenados a convertirse en una fuente permanente de problemas, sobre todo cuando se nutren de la masculinidad y el carácter patriarcal de los hombres. A lo largo de la historia muchas organizaciones se han visto abocadas al fracaso por esta cuestión; y la nuestra no ha sido una excepción. Durante estos años, no hemos logrado ese equilibrio interno que nos permitiera combinar de forma armoniosa las asimetrías existentes entre nosotras.

-        Ética revolucionaria. Relacionado con el punto anterior, desde un inicio hemos prestado atención a la cuestión de la ética revolucionaria. Siempre hemos defendido que no podemos entender la dominación exclusivamente como un factor externo (el estado, la burguesía, el patriarcado...). Además de eso, cada una de nosotras, en tanto que hemos sido socializadas en este sistema, llevamos el reflejo del mismo en nuestro interior. A ese reflejo lo hemos denominado mentalidad de la dominación y a día de hoy está presente en cada una de nosotras, con distintas formas y niveles de intensidad, a través de los ejes liberal-burgués, colonial y patriarcal. Pues bien, la cuestión de la transformación social nunca podrá ser resuelta únicamente en el plano de la macropolítica, con la superación del Estado, mediante la colectivización de los medios de producción... La comprensión de la violencia social y las opresiones que de ella se derivan quedará siempre incompleta si no incluimos en nuestra ecuación ese plano de la mentalidad (o de la subjetividad, la personalidad, la emocionalidad, la psique... cada cual como mejor considere denominarla). Pero ¿cómo lograr articular el análisis y la transformación de una misma dentro de un proceso de carácter colectivo y formalmente organizado? Tratando de dar una respuesta a esa pregunta en nuestra experiencia hemos abordado recurrentemente la cuestión de la ética revolucionaria y el trabajo de la personalidad, ensayando para ello diversos métodos, técnicas y herramientas organizativas. Y aunque hayamos obtenido numerosas lecciones, hemos de reconocer que en lo fundamental no hemos logrado dar una respuesta satisfactoria. Hacia afuera, con esta cuestión de la ética revolucionaria hemos transmitido una imagen y actitud moralistas, con la superioridad moral del “cuadro” político. También en muchas ocasiones se ha entendido la lectura que hacíamos de la militancia en clave de mero sacrificio y penitencia. Nunca ha sido nuestro objetivo transmitir todo eso de esa manera, pero si así hemos sido leídas por muchas, es indudable que en esa lectura contiene una parte de la verdad. Del mismo modo, al investigar diversas técnicas de análisis y trabajo de la subjetividad, hay quien nos ha señalado por estar haciendo el hippie. En ese sentido, si bien creemos que tenemos que estar abiertas a la crítica externa, no hay que confundir la crítica con la etiqueta estigmatizadora. En cualquier caso, en tanto que las miradas producen relaciones sociales (y delimitan el potencial de las sinergias políticas), no podemos negar que la combinación de nuestras actitudes con los prejuicios de diversa índole que han existido en nuestro contexto político han condicionado nuestro recorrido.

Por otro lado, hacia adentro, este intento por prestar especial atención a la ética y el trabajo de la personalidad ha complicado notablemente el proceso organizativo, llegando a desarrollar niveles de exigencia y complejidad organizativa que carecían de sentido dadas las dimensiones de Kimua. Ha sido una apuesta tan osada como problemática: que en el plano teórica quizá tuviera sentido, pero que a la hora llevarla a la práctica ha contado con graves deficiencias.

-        La lectura del momento táctico y la función de Kimua. Desde nuestro nacimiento hemos desarrollado un marco de interpretación y una propuesta estratégica que seguimos considerando válidas y en la cual nos volvemos a reafirmar. Consideramos que contiene numerosas claves para el trabajo político que continuaremos realizando en adelante. Sin embargo, es posible que no hayamos interpretado adecuadamente el momento que vive Euskal Herria y sobre todo, la función que debía cumplir Kimua en el mismo. En primer lugar, está el hecho de haber llegado “tarde” al nuevo ciclo, en un momento en el que el escenario político comenzaba a estar ya saturado de diversas propuestas organizativas e ideológicas. Puede que realmente no hubiera espacio para más. Por otro lado, siempre nos hemos presentado como “línea ideológica” y no como “organización”, para lo cual teníamos una justificación ideológica clara: en nuestra opinión, la agencia del proceso revolucionario ha de resolverse a nivel popular y nuestras aportaciones han ido siempre encaminadas a dotar a las estructuras de carácter popular de esas capacidades organizativas estratégicas. Es cierto que en el avance hacia la construcción de un nuevo proceso revolucionario hemos considerado que la función de Kimua debía de ser también la de comenzar a dar forma a un nuevo paradigma ideológico. Y eso no iba a suceder de forma espontánea; requiere de un impulso organizado y consciente. A eso no hemos dedicado estos últimos años: investigar diversos temas, ofrecer una perspectiva estratégica diferente, profundizar en la formación, ensayar métodos y técnicas organizativas... Pero nunca nos hemos atribuido el carácter de “organización estratégica” o “partido”. Al contrario, uno de nuestros objetivos principales ha consistido en superar la separación entre masa y partido que presuponen numerosas tradiciones organizativas. Impulsar el proceso de organización popular sí, pero no para encuadrarlo dentro de Kimua, sino al contrario, para que las funciones que cumple en la actualidad Kimua puedan desarrollarse al interior de esas estructuras populares. La cuestión es que en última instancia Kimua ha funcionado como un agente externo a esos espacios populares: para mucha gente Kimua ha sido una “organización estratégica” y así ha sido leída. Aunque nosotras no hayamos actuado como tal. Esto ha generado confusión y falta de claridad, y muchas no han sabido muy bien cuál era realmente la función de Kimua, dificultando su participación en nuestras estructuras. Además de todo ello, nosotras mismas (las militantes de Kimua), así como muchas de las compañeras que han mostrado interés en Kimua, hemos seguido trabajando intensamente en esos espacios populares. En nuestra perspectiva estratégica siempre ha sido una prioridad reforzar esos espacios, y en última instancia, eso ha terminado por debilitar la propia Kimua. De forma resumida, no hemos sabido trasladar cuál era la función histórica de Kimua en el actual contexto político de Euskal Herria: no hemos conseguido convencer a la gente de la necesidad de dicha función, ni suscitar un entusiasmo militante al respecto.

-        Los límites de nuestras fuerzas y la importancia de los cuidados. Por último, no podemos pasar por alto que no hemos sabido medir nuestras fuerzas y que el ritmo de militancia que nos hemos impuesto no ha sido sostenible. Es indudable que durante los últimos 20 años, al menos en Euskal Herria, se ha generalizado una tendencia a entender la militancia de forma cada vez más difusa, con un nivel de compromiso e intensidad decrecientes. El fin del ciclo político anterior explica parte de esa tendencia, pero también la generalización de la perspectiva liberal en la sociedad. Autocomplacencia, priorizar los intereses individuales, entender la militancia como algo que hacemos en nuestro “tiempo libre”... Ante eso, desde un principio hemos subrayado que una militancia sin compromiso ni disciplina difícilmente puede lograr transformaciones sociales. Ciertamente, nuestra apuesta ha sido la de la militancia como “decisión vital”, en donde nuestra vida no aparezca escindida: el tiempo que militamos por un lado, el que dedicamos al trabajo asalariado por el otro; el “tiempo libre” que tenemos para nosotras por otro lado. Nuestro horizonte estratégico ha tenido como pilar fundamental una apuesta de vida colectivista, en el que se entiende el proceso de vida-lucha como un todo integral. Nos seguimos reafirmando en ello y creemos que sigue teniendo sentido, pero en las condiciones actuales es muy difícil llevar a la práctica ese tipo de apuesta vital. Seguramente nuestro error haya sido tratar de avanzar demasiado rápido en esa dirección. De hecho, la comprensión de la militancia como apuesta vital implica la renuncia a diversas cuestiones que a día de hoy son centrales en nuestras vidas: el ocio capitalista, el trabajo asalariado, las relaciones personales más allá de la militancia... Sin embargo, sin unas estructuras organizativas bien desarrollas y sin una base social amplia, ¿quién cuenta a día de hoy con las condiciones materiales y subjetivo-emocionales para llevar a cabo tal apuesta? Nosotras no, y partiendo de donde partíamos, una apuesta como la nuestra adolecía de una gran dosis de idealismo. A medida que el tiempo avanzaba hemos sido conscientes de lo insostenible de esa apuesta: la presión militante ha deteriorado nuestra salud mental, hay quien ha optado por priorizar una vida más normal (trabajo asalariado, crear una familia...), quien ha priorizado el trabajo local frente a la doble o triple militancia que hemos llevado a cabo... Llegadas a este punto, hemos visto la necesidad de prestar atención y cuidar a nuestras familiares y personas cercanas, así como a nosotras mismas. Tenemos claro que la apertura y extensión de un nuevo ciclo revolucionario requerirá la apuesta vital plena de muchas compañeras. Sin ello no hay revolución posible. Sin embargo, sea como fuere, para nosotras aún no ha sido posible tal cosa.

Hasta aquí algunas reflexiones y lecciones del recorrido y el final de Kimua. Hay aún más, pero estas son, a nuestro entender, las más relevantes. Esperamos que os sean de utilidad. En adelante nuestra página web seguirá en funcionamiento (www.kimua.eus) y puede que vayamos publicando algunos de los textos que se nos han quedado a medio camino. Nuestro email también seguirá abierto (kontaktua@kimua.eus) por si alguien quiere hacer alguna aportación. El recorrido de Kimua termina aquí.

Respecto a nosotras, seguiremos luchando por la emancipación de Euskal Herria y las desposeídas de esta tierra, cada una desde su lugar y a la espera de la próxima oportunidad. Guiadas por las enseñanzas que nos ha proporcionado Kimua. Tras estos tres años de andadura, el camino hacia una sociedad libre de toda opresión cuenta en su horizonte con una nueva puerta. Tan pequeña como lo ha sido nuestra propia existencia; tan grande como lo es todo empeño revolucionario. Que sea eso lo que quede de nosotras.

Por último, dar las gracias con todo nuestro corazón a todas aquellas que de alguna manera u otra se hayan sentido parte de Kimua.

Un abrazo revolucionario.