domingo, 16 de noviembre de 2025

Lo del “periodista” David González (D.G.) en El Correo, tiene nombre… (I)

 


 

Aunque en la anterior entrada David González (D.G. o @davidutti) el sensacional(ista) periodista policial de El Correo Álava ya dejamos claro que ni El Correo, ni en concreto D.G. son desgraciadamente los únicos que practican este falso periodismo, también señalábamos que en el caso concreto de D.G y El Correo Álava, llevamos más de una década padeciendo su inquina contra determinados colectivos, de los más castigados social y/o económicamente, ya sea por su origen, por su etnia, por su religión, por su edad o por prácticas (como la ocupación) a la que se ven abogadas estas personas para conseguir un techo o simplemente sobrevivir. Algo que, afortunadamente, no practican las mayoría de compañeras y compañeros de D.G. cuando abordan noticias relacionadas con sucesos.


Pues bien, dando un paso más en el análisis y denuncia de ese falso periodismo, hoy sostenemos que lo que practica D.G. no es ni más ni menos que lo que se denomina Criminología mediática, y para lo cual se basa de algunas herramientas trampa como la “agenda setting” (tematización de la agenda) y la técnica del “framing” (encuadre noticioso), en ambos casos con relación al tipo de delincuencia y delincuentes que él se encarga de criminalizar: de forma muy especial pobres, jóvenes e inmigrantes, o, en el vocabulario de D.G jóvenes okupas y desarraigados (siempre presuntamente peligrosos) o contra algunas familias gitanas, como de forma especialmente grave llevó a cabo contra la familia Manzanares Cortés, como ya en su día mencionamos (y sobre lo que luego volveremos al analizar algunas de sus malas artes antiperiodísticas)


Pero, para darnos cuenta en toda su dimensión de este proceder de D.G se hace necesario previamente conocer mínimamente qué es eso de la Crimonología mediática y en qué consisten esas herramientas de la agenda setting y el framing. A ello vamos a dedicar la entrada de hoy, y en futuras entradas veremos su aplicación concreta por parte de D.G.




La Criminología mediática


Para conocer mínimamente sus planteamientos, desarrollados principalmente en América Latina, de las numerosas fuentes posibles nos vamos a servir principalmente del texto de Mailén Alejandra Sassone (abogada, egresada de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, especializada en Derecho Penal y docente de la asignatura «Elementos del Derecho Penal y Procesal Penal»), titulado precisamente LA CRIMINOLOGÍA MEDIÁTICA (Revista Iberoamericana de Derecho, Cultura y Ambiente. Edición Nº 2. Diciembre de 2022) y en el que, para empezar, nos acerca al origen del concepto y a una primera definición:

Dicha criminología se originó en Estados Unidos y podemos definirla como “... la creación de la realidad a través de información, subinformación y desinformación mediática en convergencia con prejuicios y creencias, que se basa en una etiología criminal simplista asentada en la causalidad mágica.” (Zaffaroni & Bailone, 2014, p. 127)

(…) En el discurso mediático se observa una íntima relación entre pobreza y delincuencia. Quienes encarnan la violencia, el delito y la inseguridad son los pobres y dentro de ellos en especial los jóvenes. En consonancia con ello, la pobreza es concebida como una fábrica de delincuentes: “…sujetos que con ¨otra cultura¨, ¨otros valores¨, sin educación, sin trabajo, ¨sin perspectivas futuras¨, encarnación de la otredad, entonces, jóvenes-pobres que, en el proceso de conformarse en adultos, producen y reproducen la inseguridad.” (Galvani et al., 2010, p. 89)


¿Y cómo crean esa “otredad” los medios?:

Los medios de comunicación crean una realidad paralela en la cual conviven un mundo de personas decentes frente a una masa de delincuentes identificados a través de estereotipos, produciendo de este modo la idea de un mundo dividido en un “nosotros” buenos y un “ellos” malditos, donde en este último grupo se encuentran los criminales, los delincuentes, los responsables de todos los males que acechan, la escoria de la sociedad, los “otros”, los verdaderos chivos expiatorios de la sociedad.

(…) Entonces surge la pregunta, ¿De qué modo los medios masivos de comunicación convierten a “ellos” en criminales violentos?, y la respuesta es, dando a conocer al público a los pocos estereotipados que, sí delinquen, lo cual siembra en la audiencia la idea de que los que presentan el mismo estereotipo actuarán de igual forma que los criminales. La vestimenta, el estilo de vida, los tatuajes, la música, el modo de hablar, los modos de recreación y cualquier objeto relacionado con los estereotipados adquieren una connotación negativa.

(…) La criminología mediática está profundamente internalizada en la sociedad gracias al trabajo que realizan cotidianamente los medios de comunicación, lo cual dificulta mucho tomar distancia del mensaje que nos envían

(…) Dentro del espectáculo se exagera la información, se la multiplica por diversos medios, se crean titulares engañosos que no coinciden con lo que se informa, y también se suele mencionar dos veces el mismo episodio, lo cual genera la sensación de que se trata de dos hechos diferentes.

La realidad fabricada por los medios masivos de comunicación es impuesta a la sociedad y pasa a formar de la vida cotidiana de la población, que es la realidad por excelencia y en la cual la conciencia se encuentra en su apogeo, lo cual dificulta mucho que la persona no actúe condicionada por ella y se logre abstraer


Que nadie piense que lo que expone Mailén Sassone es una mera elucubración u ocurrencia suya. Quien probablemente más ha denunciado la criminología mediática es Eugenio Raúl Zaffaroni, crimólogo argentino, exministro de la Corte Suprema de Justicia y miembro de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, quien, por ejemplo, describe así una de las consecuencias de la construcción de esa otredad del “ellos”:

domingo, 2 de noviembre de 2025

El goce de castigar. Política afectiva, víctimas funcionales y Estado moral (Laura Macaya)

 


 

Los textos de Laura Macaya nos hacen pensar. Nos alteran. Nos revuelven. Nos generan dudas, acuerdos y desacuerdos. Nos dejan a las claras lo mucho que tenemos aún por aprender, reaprender, cuestionarnos y replantearnos. Y, sobre todo, nos ponen sobre la mesa con claridad y rotundidad, y con un enfoque que nos encanta (pues lo sentimos muy próximo, y tanto echamos de menos tantas veces en tantísimos textos pretendidamente revolucionarios o alternativos), ideas, sentimientos, argumentos y propuestas sin ñoñerías, sin postureos, sin demagogias, sin esclavitudes ideológicas… es decir, las bases principales para el debate honesto que estimule el mutuo aprendizaje.


El texto que hoy os acercamos se trata de El goce de castigar. Política afectiva, víctimas funcionales y Estado moral, publicado dentro del número 3 de Cuadernos de Estrategia, dedicado a El sentido común punitivo, y que el colectivo que lo edita, Zona de Estrategia (un espacio cada vez más atractivo para alimentar el espíritu crítico) ha comenzado ya a liberar para descargar en la web.


El resumen de lo que nos vamos a encontrar en el texto, lo realiza la propia Laura Macaya:

En este artículo me propongo, en primer lugar, analizar cómo un enfoque punitivo de las violencias machistas no solo genera efectos contraproducentes para las propias víctimas, sino que además perpetúa las dinámicas de exclusión y segregación que, paradójicamente, busca combatir. Me detendré especialmente en un aspecto frecuentemente desatendido: la subjetivación que imponen los lenguajes del castigo y su impacto en las posibilidades de recuperación, agencia y politización de quienes han sufrido violencia. Este análisis permitirá mostrar cómo el orden punitivo se sostiene, en gran parte, gracias a este reaccionarismo de la alternativa que exige soluciones funcionales al tiempo que blinda las estructuras que producen el daño. Finalmente, señalaré algunas líneas de fuga: propuestas y formas de ruptura que abren paso a una política del deseo, de la potencia y de la transformación radical que no se subordine a la lógica de la penalidad neoliberal. Porque no todo lo que arde es violencia, ni toda justicia cabe en un juzgado.

(…) Lo que hemos denominado violencia mítica no se limita a la coerción física o institucional ejercida por el Estado, también se reproduce a través de discursos sociales y culturales que regulan la feminidad y la victimización. Cuando señalamos las tendencias punitivas presentes en ciertas estrategias feministas, en ocasiones nos referimos a la reproducción de una cultura de la eliminación del otro a través de las estrategias indiscriminadas del escrache y la cancelación. También nos referimos a la fuerte beligerancia con la que una parte del feminismo enfrenta las críticas y las disidencias internas de quienes señalan la inconsistencia o la falta de acuerdo ante determinados dogmas del feminismo oficial o incluso hacia quienes se les atribuye determinadas características simplemente por su condición identitaria. Pero en muchas ocasiones, y en este artículo nos centraremos en ello, nos referimos específicamente a la reproducción de relatos homogéneos sobre la violencia sexual que replican los valores de una feminidad hegemónica, imponiendo identidades fijas y legitimadas exclusivamente a través del sufrimiento y la vulnerabilidad.


El texto no es largo, pero, como ya hemos dicho, sí enjundioso, y a veces hasta enrevesado, retorcido, estrujante. O al menos esa ha sido nuestra experiencia. Es decir que, aunque abordando muchas de las cuestiones que Macaya ha tratado ya en otros textos, no te deja indiferente. Veamos unos párrafos que pueden ser buen ejemplo de ello:

La política del feminismo institucionalizado y mediático vive instalada en un estado de alarma emocional permanente. Cada nueva denuncia pública, cada condena mediática, cada campaña contra un agresor simbólico o real, produce una coreografía previsible de adhesiones automáticas, escándalos catárticos y exigencias de castigo que no dejan lugar para la duda, la complejidad o el conflicto. Todo se decide a golpe de un afecto sobreactuado, entre lágrimas digitales, gestos morales y aplausos por los buenos reflejos. En este escenario saturado de moral, donde el dolor se ha convertido en la única medida de lo político y el castigo en sinónimo de justicia, pensar alternativas que no pasen por reforzar la maquinaria punitiva se ha vuelto un gesto casi obsceno. Cualquier crítica a esta lógica es rápidamente desactivada con una pregunta trampa: «¿Y entonces qué propones?». Así se instala el reaccionarismo de la alternativa, esa forma sutil de blindaje del orden vigente que exige a toda crítica estar ya acompañada de una solución empaquetada, viable, evaluable y, a poder ser, homologable con la ley. Pero ¿y si lo que urge no es sustituir una herramienta por otra, sino desactivar el marco entero que define lo que es justicia, lo que es violencia y lo que puede o no ser deseado?

(…) El modelo punitivo no solo fracasa en sus promesas de justicia, sino que produce efectos devastadores sobre las subjetividades de las víctimas empíricas. Para ser reconocida como tal, la víctima debe encarnar una serie de atributos moralmente codificados —pureza, fragilidad, inocencia, vulnerabilidad— que configuran una gramática afectiva específica y excluyente. Solo quienes se ajustan a ese molde —mujeres blancas, de clase media, emocionalmente expresivas y políticamente dóciles, o también aquellas que encarnan la figura de la pobre sumisa— pueden acceder a los circuitos de reconocimiento y reparación simbólica que este régimen ofrece. Las demás quedan fuera: mujeres racializadas, migrantes, trabajadoras sexuales, militantes políticas, personas trans o con trayectorias disidentes que encarnan otros modos de sufrir, de resistir o de nombrar la violencia, son sistemáticamente deslegitimadas, invisibilizadas e incluso criminalizadas.

(…) En este contexto, las relaciones afectivas se estructuran según los mismos principios que rigen el sistema penal: exclusión, ejemplaridad, irreversibilidad. Interiorizamos una forma de estar en el mundo en la que todo conflicto se convierte en violencia, toda violencia en delito, todo malestar en trauma y toda diferencia en peligro. Esta despolitización del conflicto borra su potencial transformador y consolida una subjetividad temerosa, precavida y ensimismada. La lógica del castigo no solo se impone desde arriba: se filtra en los gestos, en las conversaciones, en las decisiones más íntimas.

El resultado es la multiplicación de la soledad política, el miedo a intervenir, la autocensura. Muchas personas —especialmente quienes no encajan del todo en el relato hegemónico— optan por retirarse, callar o no implicarse por temor a no estar «a la altura moral» o a ser denunciadas por pensar, sentir o actuar de forma no homologada. Se consolida así un clima relacional en el que la afectividad opera como mecanismo de control y la comunidad se convierte en escenario de escarmiento. En nombre de la justicia, se reproduce la fragmentación neoliberal, la desafección y la soledad, mientras se refuerza un aparato estatal que capitaliza nuestra impotencia relacional para legitimar su intervención constante.


Encontramos también algunas de las ideas por las que los planteamientos de Macaya han conseguido abrirse paso en el debate público:

domingo, 19 de octubre de 2025

La “noticia bomba” de Sapa sobre su supuesto contrato en USA es una bomba de humo para tapar su (nuevo) fracaso en el VCR 8x8 (Gasteizkoak).

 

 La ministra de Defensa, Margarita Robles, "inspeccionando" un VCR 8x8 (Foto: Marta Fernández /         Europa Press).

 

La desinformación y la censura son dos de las principales herramientas de quienes tratan de manipular a las poblaciones, o acallar las iniciativas populares. En esta entrada de hoy vamos a ofrecer un ejemplo palmario de la primera. El relato hecho por el colectivo Gasteizkoak de la manipulación informativa en torno al “último bombazo” de Sapa, que al final no intenta sino levantar humo para tapar su último petardazo en el programa del blindado VCR 8x9. No sabemos qué asusta más, si el convencimiento de la familia Aperribay de que puede controlar a importantes medios de difusión generalista (o, al menos a algunas de las personas que en ellos escriben), o el seguimiento acrítico sin contraste con el que, según vemos que ha sucedido con esta, esas “noticias” manipuladas son redifundidas por la inmensa mayoría del resto de medios.

 Si arrancábamos citando también la censura es porque nos da toda la impresión de que es lo que está llevando a cabo Google y familia (y por lo tanto también blogspot, quien acoge este blog) con lo relacionado con Israel. Iraultzak lagunduz nunca ha sido un blog con muchas entradas (ni es ese su objetivo) pero, desde que colgamos la entrevista que Martín Gak realizó a Rita Segato, no solo es que prácticamente no recibamos visitas (salvo una sorprendente entrada de 50 visitantes de Singapur…), sino que también han desaparecido las referencias de esa entrada (y prácticamente del blog) en Google. No nos preocupa lo que tiene que ver con este blog que, como ya hemos dicho, no tiene como objetivo la búsqueda masiva de visitas, sino el pensar que si esto es lo que padece un blog tan insignificante como el nuestro, qué pueden estar experimentando otros espacios informativos críticos que sí precisan repercusión. En cualquier caso nuestra opción de respuesta es seguir en la misma línea, por ello, tras el texto de Gasteizkoak, encontraréis un video con otra jugosa entrevista a Rita Segato, en el que reflexionando sobre el genocidio en Gaza se reafirma en que "Me defino como ex-humana. No quiero pertenecer a esta especie siniestra".

 

Centrémonos ya en el texto elaborado por Gasteizkoak.

 

 

 

La “noticia bomba” de Sapa sobre su supuesto contrato en USA es una bomba de humo para tapar su (nuevo) fracaso en el VCR 8x8.

No es la primera vez que utiliza esta estrategia que, desgraciadamente, parece darle resultado.

 

 La aparición de la “noticia bomba”

 El pasado viernes 10 de octubre, con reseña destacada en portada, y un despliegue de dos páginas el Diario Vasco resaltaba una noticia encabezada por los siguientes titular y subtitular:

 “Sapa suministrará su tecnología al Ejército de EE UU con un acuerdo pionero por 5.000 millones El grupo guipuzcoano desarrollará el sistema de transmisión de los nuevos blindados, su mayor programa hasta la fecha, e impulsará su facturación a los 800 millones de euros”.

 Tras ello, dedicaba su primer párrafo a ensalzar a la empresa de armamento de la familia Aperribay: 

El grupo Sapa Placencia ha dado un salto histórico en su expansión industrial e internacional al sellar una alianza con la multinacional estadounidense General Dynamics para suministrar el sistema de transmisión de los vehículos blindados de nueva generación del Ejército de Estados Unidos. Según ha podido saber DV, el acuerdo, valorado en cerca de 5.000 millones de euros para Sapa, convierte a la firma andoaindarra en la primera tecnológica vasca y española que introduce ingeniería propia en un gran programa de suministro del ejército de la primera potencia del mundo.

 Posteriormente añadía unos datos muy llamativos: 

El programa forma parte del proyecto Next Gen, el plan más ambicioso de renovación de blindados que impulsa el Pentágono, con una producción prevista de unas 7.000 unidades y un horizonte de ejecución de alrededor de quince años. La tecnológica guipuzcoana ya está entregando los sistemas y ha superado de forma satisfactoria la fase de validación, mientras que la fabricación en serie arrancará en 2028. Aunque Sapa estima que su participación puede alcanzar los 5.000 millones.

 7.000 vehículos blindados del Ejército USA, y 5.000 millones son cifras tan llamativas como contundentes, pues supondría, con mucho, el mayor contrato de su historia, así que acudimos en busca de mayores detalles a la propia página web de SAPA, imaginando un tremendo despliegue para hacer público un “grandísimo contrato” que la pondría en “la vanguardia de la industria militar vasca y española” o algo parecido. Pero, sorprendentemente, allí no había nada. Solo al día siguiente, 11 de octubre, colgaba en sus apartados de Actualidad y Sala de Prensa un resumen de lo aparecido en prensa, pero sin ningún tipo de comentario o ampliación de información por la empresa.

 Acudimos entonces a la web propia de la empresa que Sapa tiene en Estados Unidos, SAPA Transmission, pensando en que el grupo empresarial habría dejado anunciar la noticia a la empresa del grupo que la protagonizaba. Pero tampoco. Solo, en un apartado no muy principal de su blog encontramos que con fecha 8 de octubre SAPA Transmission y General Dynamics Land Systems (GDLS) anunciaban simplemente en dos párrafos “la expansión de su asociación estratégica en el desarrollo cooperativo de vehículos de combate de infantería de próxima generación

 Se nos ocurrió entonces que, aunque fuera raro, Sapa habria dejado que fuera la empresa principal del acuerdo, GDLS, quien anunciara el contrato y se pusiera las medallas correspondientes, y por ello nos dirigimos entonces a la página web de la propia GDLS. Pero en su apartado de noticias, “News Room” solo encontramos el anuncio de acuerdos a los que ha llegado recientemente bien con empresas del Reino Unido, Polonia o Alemania… pero ninguna referencia a Sapa. Es más, utilizamos el buscador de esa página, y no daba ningún resultado ante la búsqueda de “Sapa”.

 Ante lo extraño de todo el asunto, decidimos buscar más información publicada al respecto, y acudimos tanto a algunos de los portales habitualmente más informados sobre cuestiones militares como defensa.com y galaxia militar, así como a la web de la patronal del sector armamentístico español, TEDAE. Y en ninguno de los tres espacios aparecía nada relativo a la noticia. Definitivamente algo muy raro sucedía con respecto a la noticia.

sábado, 27 de septiembre de 2025

Rita Segato analizando el genocidio en Gaza: El poder de muerte como ley (y un comentario de Zibechi)

 


 

 

Yo soy una persona que tengo una compulsión de justicia. Por eso digo, un mundo sin justicia no sé si vale la pena ser vivido. Creo que mucha de esa gente que va en esa flotilla a enfrentar la muerte es porque siente algo así, que un mundo sin justicia no vale la pena ser vivido. Y a eso me refiero cuando digo que soy exhumana, porque una humanidad sin justicia e y que exhibe la injusticia como una forma de existencia, esa especie, esa humanidad, no vale la pena formar parte de ella.

Es imprescindible seguir manteniendo el grito de denuncia del genocidio israelí contra Palestina. Pero, al mismo tiempo, es importante analizar los cambios de fondo y calado que ello está suponiendo en el mundo que conocíamos hasta ahora. Y no nos referimos precisamente a la geopolítica, sino a la propia dimensión de eso que denominamos humanidad, sin duda afectada y trastocada tras lo que está sucediendo en Gaza y, sobre todo, ante las reacciones o falta de reacciones habidas ante el genocidio, a todos los niveles. Sobre estas cuestiones dialoga Rita Segato con Martín Gak, que es quien le realiza la entrevista, un periodista y filósofo argentino de origen judío radicado en Alemania, experto en en ética y religión. La entrevista diálogo creemos que aporta reflexiones muy oportunas y de considerable enjundia (como la que encabeza esta entrada). No obstante, estamos de acuerdo con Raúl Zibechi, quien comparte mucho de lo expuesto por Rita Segato, pero le añade un comentario, a nuestro juicio también adecuado, y que incluimos al final de la transcripción de la entrevista.

Demos paso ya a la transcripción de la entrevista en la que las preguntas e intervenciones en negro pertenecen a Martín Gak, y las palabras de Rita Segato van en violeta.




El poder de muerte como ley


En las últimas eh semanas apareció una frase tuya eh en una entrevista en la que dijiste que no querés ser más vista o no te queres reconocer a vos misma más como humana, querés te presentas como exhumana. Y esto fue en el contexto de Gaza, de las cosas que me imagino que estuviste viendo, como estuvimos viendo todos en Gaza.

Sí, claro. La esa es una frase que le dije a a John Akerman, que es un profesor de la UNAM. Yo estaba en México en ese momento, eh, y él para la para la televisión de la UNAM me hizo esa entrevista y yo dije esa frase que circuló así por muchísimos lugares, por muchísimos países. Y la puedo explicar inclusive de una forma técnica, ¿no? Para nosotros en la antropología, nuestra especie se diferencia de las otras porque lo que orienta su comportamiento no es el instinto, sino las normas, o sea, la las reglas o las leyes, o sea, normas de interacción social que caracteriza nuestra nuestra especie, que es la especie humana. Las otras todas en mayor o menos grado tienen tienen lo instintual, que es lo que define su comportamiento, ¿no? Hay hay especies en que todo su comportamiento es derivado del instinto, otras en que hay un aprendizaje de reglas, los domésticos, por ejemplo, los animales domésticos tienen una parte de instinto, pero nuestra especie para los antropólogos es una especie no instintual, sino una especie que convive mediante la existencia de normas. Y lo que yo digo para el momento presente de la historia es que la gramática normativa, o sea, la ley, no funciona. está la ficción, lo que llamo de ficción jurídica, que es el conjunto de normas en las cuales creemos. que son ficcionales porque en realidad no siempre entran en vigencia como deberían o son activadas como deberían o tienen un impacto o deciden como deberían. Todos vivimos gramatical y agramaticalmente, pero creemos en una ficción y que es esa ficción dice que se puede tener comportamientos esperados en la interacción social. O sea, hay cosas que pueden suceder y cosas que no pueden suceder y no van a suceder porque todos los seres humanos, o sea, los miembros de esta especie obedecemos a reglas. Creo que el caso de Gaza muestra la absoluta obsolescencia, el absoluto fin de la ley. Es un momento de la historia en que opera completamente fuera de la ley. Lo que está sucediendo en Gaza es un comportamiento absolutamente no regido por el derecho.

Fuiste fuiste, te quiero preguntar, fuiste criticada, dijiste, e o me dijiste, fuiste muy criticada incluso por gente en la izquierda. ¿Cuál fue la base de la crítica?

La base de la crítica es, ay, cómo no, que no somos humanos, como una especie de quiebre de laesperanza. y quiebre de la fe en nuestra especie, ¿no? Y sí, tengo un quiebre de la fe, porque en este momento la manera en que yo leo lo que está sucediendo es que la ley es el poder de muerte. Entonces, nuestra especie siempre se ha regido por por reglas, como dije, de lo que se puede y no se puede hacer. Han habido constantemente infracciones sobre lo que se puede y no se puede hacer, pero nunca ha exhibido al mundo que la capacidad de muerte, o sea, el poder letal es la ley.

Y esa es la manera en que yo leo el presente.

¿Cuál? Déjame, déjame preguntarte cuál, cuál es la diferencia que ves entre Sudán, entre la República Central africana y Gaza. Digamos, hay otras instancias en las que el poder de muerte...

lunes, 15 de septiembre de 2025

Contra el genocidio en Gaza: ¿Y si se organiza un bloqueo a Israel del personal estibador vasco?

 


 


Si perdemos el contacto con nuestros barcos o con nuestros compañeros y compañeras aunque solo sea veinte minutos, bloquearemos Europa». Estas fueron las palabras de los estibadores del Collettivo Autonomo dei Lavoratori Portuali (CALP) del Sindicato de base USB que resonaron poderosas en la noche de la partida de la Global Sumud Flotilla desde Génova. El mensaje era claro: la ayuda humanitaria debe llegar a Gaza y nadie debe atreverse a tocar la flotilla, a pesar de las amenazas del ministro de Seguridad Nacional israelí, de lo contrario «ni un clavo partirá más de nuestros puertos»


Siguen surgiendo iniciativas diversas para intentar parar el genocidio en Gaza. A veces cunde el desánimo pensando en que nada se consigue y el genocidio avanza. Otras veces, como en la reciente vuelta ciclista, se ve cómo un acto puntual puede multiplicar por mucho el efecto de nuestros actos.

En la línea de intentar aportar ideas y sugerencias, que parten de experiencias previas, hoy lanzamos la pregunta que encabeza esta entrada: ¿Y si se organiza un bloqueo a Israel del personal estibador vasco? Para comprobar cómo puede ser menos complicado de lo que parece os dejamos a continuación una entrevista a José Nivoi, estibador y sindicalista miembro del Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios de Génova, es una versión de la entrevista publicada originalmente en Machina-DeriveAproddi que ha sido resumida y editada para adaptar su contenido a un contexto próximo, y, traducida por Pablo Oliveros, ha sido publicada recientemente en Zona de Estrategia. Este Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios de Génova:

Desde el 2014 trata de frenar el tráfico de armas que hace escala en el puerto de Génova, al mismo tiempo que construyen una red de solidaridad internacional que una a los estibadores italianos y europeos en esta lucha. En el año 2019, este colectivo protagonizó el bloqueo de la nave saudita Bahri Yambu que estaba cargada de armas que iban a ser utilizadas en la guerra de Yemen. En la actualidad, el colectivo ha tratado de responder de forma activa a los llamamientos en ayuda del pueblo palestino.


Si en Euskal Herria ya comprobamos la importante repercusión de la negativa del bombero Ina Robles a participar en un operativo de carga de bombas en el puerto de Bilbao con destino a Arabia Saudí. Por eso, insistimos en la pregunta ¿Y si se organiza un bloqueo a Israel del personal estibador vasco? Para animar a ello, aquí os dejamos el texto de la mencionada entrevista:




«Queremos que cada trabajador sea libre de decidir si quiere o no participar en el transporte de armas»

por Stefano Serretta | Sep 11, 2025

Entrevista a José Nivoi, estibador y sindicalista miembro del Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios de Génova.


José Nivoi se ha embarcado en la Global Sumud Flotilla que partió desde Génova con la intención de romper el bloqueo naval impuesto por Israel a Gaza, y de establecer un corredor humanitario. «Si perdemos el contacto con nuestros barcos o con nuestros compañeros y compañeras aunque solo sea veinte minutos, bloquearemos Europa». Estas fueron las palabras de los estibadores del Collettivo Autonomo dei Lavoratori Portuali (CALP) del Sindicato de base USB que resonaron poderosas en la noche de la partida de la Global Sumud Flotilla desde Génova. El mensaje era claro: la ayuda humanitaria debe llegar a Gaza y nadie debe atreverse a tocar la flotilla, a pesar de las amenazas del ministro de Seguridad Nacional israelí, de lo contrario «ni un clavo partirá más de nuestros puertos».

El CALP tiene una importante experiencia de organización de los trabajadores portuarios de Europa y el Mediterráneo en su compromiso por no participar del transporte de armas. Este colectivo nació en el puerto de Génova en 2011, donde un grupo de estibadores que decidió organizarse de forma autónoma. Al principio formaban parte del sindicato mayoritario en los puertos (Filt-CGIL), pero con el tiempo se apartaron para unirse a la Unione Sindicale de Base. El CALP representa una derivación militante dentro del sindicalismo portuario italiano: no solo pelea por mejores condiciones de trabajo, sino que también se inscribe en una lucha internacionalista contra la guerra y la explotación.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

David González (D.G. o @davidutti) el sensacional(ista) periodista policial de El Correo Álava.

 

La Policía no solo tiene agentes infiltrados que trabajan para ellos en los movimientos sociales y políticos: también tienen gente que trabaja para ellos "infiltrada" en los medios de comunicación. En este caso, no para obtener información, sino para difundirla, para propagar las versiones policiales sobre determinadas cosas (que muchas veces tienen que ver también, a su vez, con las acciones de colectivos sociales o de movimientos que trabajan para transformar la sociedad). 

(Los "infiltrados" de la Policía en los medios de comunicación; Manu Levin, Público, 01-01-2023)


Con esta entrada abrimos una pestaña nueva en este blog que vamos a dedicar a desvelar el sensacionalismo y amarillismo con el que habitualmente elabora sus artículos el más claro ejemplo alavés de eso que Manu Levin califica como “infiltrado” de la Policía en los medios de comunicación. Sabemos que, en mayor o menor medida, son muchos los medios, tanto locales como autonómicos o estatales que cuentan con este tipo de periodistas, y creemos que va siendo hora de desvelar sus maniobras, no tanto (que también) por el daño que puedan causar directamente a los colectivos o movimientos que cuestionan el sistema, sino porque, al menos en el caso de David González (que suele firmar como D.G.; o en redes como @davidutti) llevamos más de una década padeciendo su inquina contra determinados colectivos, de los más castigados social y/o económicamente, ya sea por su origen, por su etnia, o por prácticas (como la ocupación) a la que se ven abogadas estas personas para conseguir un techo o simplemente sobrevivir.


Pero no solo eso. Lo peor es que D.G. con el enfoque y tratamiento que da a sus artículos (que, como analizaremos con detenimiento en posteriores entradas de este apartado, conculca con ello numerosos aspectos del Código Deontólogico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España) genera miedos sociales, animadversiones, rechazos y predisposiciones punitivas, xenófobas y aporofóbicas (rechazo a las personas pobres o desfavorecidas) que envenenan la convivencia, denigran, cosifican y demonizan a personas y colectivos, siendo el germen y sustento de actitudes e iniciativas de tintes fascistas. En esta primera entrada ofreceremos un primer ejemplo concreto de esa pésima praxis periodística, en esta ocasión relacionada con la no veracidad de los datos sobre la “creciente delincuencia” en Gasteiz en el primer trimestre de 2025.


Por supuesto que para ello cuenta con el aval y el respaldo tanto de su medio de comunicación (el de mayores ventas en Araba) como de sus habituales fuentes policiales. De su medio de comunicación porque, al menos en el apartado de la información policial y de tribunales (de la que se encarga D.G.), parece optar por algunos de los objetivos que habitualmente se le señalan al sensacionalismo:


Los objetivos del sensacionalismo son espurios para el periodismo: la obtención a toda costa de mayor repercusión (audiencia o tirada), y por tanto mayores beneficios económicos, o la manipulación de la opinión pública (con un determinado propósito: empresarial, político, social o ideológico).


Y cuenta con el apoyo y respaldo de sus habituales fuentes policiales (y las organizaciones sindicales policiales), porque lo que a menudo realiza D.G. es dramatizar de forma novelesca las notas de prensa policiales (y su sesgo informativo), haciéndolas más atractivas a un público atraído por la espectacularidad o morbo de sus titulares y subtitulares. El sensacionalismo de D.G provoca así que la lectura de la notica dramatizada genere miedo y temor entre quienes le leen y, lo que les lleva a asumir la conclusión inducida en la deformada noticia: hace falta más policía, más vigilancia y control de cámaras y mayor severidad penal, más mano dura… es decir, las reclamaciones habituales de buena parte de los sindicatos policiales.


Además, sobre el uso y abuso de las fuentes policiales hay que tener en cuenta lo que señalan, por ejemplo, autoras como Ainhoa Novo, Simón Peña, Leyre Eguskiza, Eva Jiménez y Lucía Martínezi: